La casa del amor
Poema publicado el 25 de Julio de 2009
Una casa llena de recuerdos,
mi copa, la tuya, la botella de licor.
Habitaciones destartaladas,
con una cama en cda rincón,
iluminadas con la débil luz,
que entra desde el callejón.
Parte de tu vida y la mia,
se quedaron impresas,
en cada habitación.
En el pueblo ya no queda nadie,
sólo este viejo callejón,
testigo mudo del viejo amor,
testigo de promesas,
de palabras que ya no reverberan
en cada habitación.
Una casa llena de recuerdos,
nuestras manos, nuestras bocas,
se cruzaban sin consentimiento,
si pedir perdón, por el futuro
de nuestras vidas,
por la despedida,
no nos dijimos adios,
vuelvo de vez en cuando
a aquel viejo caserón.
Al oir el chirrido de la puerta,
me transporto a ese amor.
Me siento en una de aquellas viejas camas,
hoy polvorientas de recuerdos,
polvorientas de dolor.
Un mundo de recuerdos me invaden,
se me llena el cuerpo de espinas,
de arrepentimiento, por no decir nada.
Tus ojos me esquivaron,
tu boca no pronunció palabra alguna,
no nos dijimos adios.
La casa de los recuerdos,
tienen nuestra imagen impresa
en cada habitación
Poema publicado el 25 de Julio de 2009
Una casa llena de recuerdos,
mi copa, la tuya, la botella de licor.
Habitaciones destartaladas,
con una cama en cda rincón,
iluminadas con la débil luz,
que entra desde el callejón.
Parte de tu vida y la mia,
se quedaron impresas,
en cada habitación.
En el pueblo ya no queda nadie,
sólo este viejo callejón,
testigo mudo del viejo amor,
testigo de promesas,
de palabras que ya no reverberan
en cada habitación.
Una casa llena de recuerdos,
nuestras manos, nuestras bocas,
se cruzaban sin consentimiento,
si pedir perdón, por el futuro
de nuestras vidas,
por la despedida,
no nos dijimos adios,
vuelvo de vez en cuando
a aquel viejo caserón.
Al oir el chirrido de la puerta,
me transporto a ese amor.
Me siento en una de aquellas viejas camas,
hoy polvorientas de recuerdos,
polvorientas de dolor.
Un mundo de recuerdos me invaden,
se me llena el cuerpo de espinas,
de arrepentimiento, por no decir nada.
Tus ojos me esquivaron,
tu boca no pronunció palabra alguna,
no nos dijimos adios.
La casa de los recuerdos,
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