Mi corazón y yo
Poema publicado el 26 de Febrero de 2012
Corazón: perdóname si la razón la deje en el olvido, para asegurar la verdad no la necesito mis palabras son la firma obligada a este compromiso y soy responsable por demás a su respuesta la respeto y la respiro si me acepta. El precio que se paga por que sea mi recompensa fue cobrada por adelantado, el dolor me dejo preparado… más bien conocedor, yo merezco ser querido justo como soy.
Yo: Alma inusitada de mi corazón destruido hablas por ti misma, no me uses de transporte. Caminante sin retorno, ¡son palabras que no vuelven!. Es por que la respuesta de ella lastima mas a mi intuición, ¡No corazón!, que va si es si o es no.
Corazón: Hombre, habla decidido o calla para siempre, las heridas se curan con el mañana, hoy no es tarde, dale un motivo a las noches con estrella y dedícale canciones pensando en ella.
YO: Aquí me ves, tapando el reflejo del sol en mi cara, con los ojos cerrados y las manos abiertas, el equilibrio que he alcanzado tan temprano me acostumbro a caminar sin tanta prisa, yo no necesito más para conocer el argumento de los motivos que me da el viento. Ando tras la pista de sus pasos, con el rastro que deja en el aire les voy ganando. Ay corazón entiende lo que pido, prefiero su silencio por desconocido, a ser evitado por atrevido.
Corazón: lo justo es que reciba lo que doy, sabiendo que lo que pido no es por favor, ni tampoco tiene causa o motivos aparentes. Siempre lo delicioso de mi poesía es que nace para morir sin ser escuchada, así mi sabor queda. Habla, así me puedo trenzar despacio con el cabello quebrado que cae hasta su espalda, quedarme ahí sin ser mencionado, silencioso como soy yo.
YO: El gusto de tenerla por un momento en cada palabra que pasa ya es mi paga.
Corazón: la tranquilidad que me daría al pintarle una sonrisa seria mi recompensa.
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Poema publicado el 26 de Febrero de 2012
Corazón: perdóname si la razón la deje en el olvido, para asegurar la verdad no la necesito mis palabras son la firma obligada a este compromiso y soy responsable por demás a su respuesta la respeto y la respiro si me acepta. El precio que se paga por que sea mi recompensa fue cobrada por adelantado, el dolor me dejo preparado… más bien conocedor, yo merezco ser querido justo como soy.
Yo: Alma inusitada de mi corazón destruido hablas por ti misma, no me uses de transporte. Caminante sin retorno, ¡son palabras que no vuelven!. Es por que la respuesta de ella lastima mas a mi intuición, ¡No corazón!, que va si es si o es no.
Corazón: Hombre, habla decidido o calla para siempre, las heridas se curan con el mañana, hoy no es tarde, dale un motivo a las noches con estrella y dedícale canciones pensando en ella.
YO: Aquí me ves, tapando el reflejo del sol en mi cara, con los ojos cerrados y las manos abiertas, el equilibrio que he alcanzado tan temprano me acostumbro a caminar sin tanta prisa, yo no necesito más para conocer el argumento de los motivos que me da el viento. Ando tras la pista de sus pasos, con el rastro que deja en el aire les voy ganando. Ay corazón entiende lo que pido, prefiero su silencio por desconocido, a ser evitado por atrevido.
Corazón: lo justo es que reciba lo que doy, sabiendo que lo que pido no es por favor, ni tampoco tiene causa o motivos aparentes. Siempre lo delicioso de mi poesía es que nace para morir sin ser escuchada, así mi sabor queda. Habla, así me puedo trenzar despacio con el cabello quebrado que cae hasta su espalda, quedarme ahí sin ser mencionado, silencioso como soy yo.
YO: El gusto de tenerla por un momento en cada palabra que pasa ya es mi paga.
Corazón: la tranquilidad que me daría al pintarle una sonrisa seria mi recompensa.
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