GerminaciÓn del alba
Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
Dueña de los crepúsculos,
tú en mà todo lo sabes y me has visto llorar.
conoces mi congoja cuando la tarde llega
meciendo entre su eclipse mi diaria solitud.
Es el instante de la partida, la fuga del poniente
que tú ya has compartido
en mi zozobra viva, en mi sed de vagar.
Ah niña que sollozas entre mis brazos trémulos,
tu miras a la tarde como se mira el hijo,
como se mira el pan.
Y me miras a mà desde tu inmediata lejanÃa
como se mira el fuego, como se mira el mar.
(Mirada incierta, en espera,
como trigo sin pilar ante el molino.)
Señora del ocaso,
vuelve hacia mà tus ojos
a la hora tremenda del ciprés,
en que la luz se alarga, en que todo se va.
Dime con tu mirada que tú ya no me dejas,
que estás siempre conmigo
cuando los potros de la noche oÃmos cabalgar.
Y tú estarás aquÃ.
No viviré en cada atardecer mi escape
ni ahogará entonces las sombras mi cantar.
Estás aquÃ, realidad y mujer,
y eres en la penumbra
el sosiego anhelado,
el faro vislumbrado,
el ancla suspensa entre la luz.
Poema publicado el 10 de Noviembre de 2008
Dueña de los crepúsculos,
tú en mà todo lo sabes y me has visto llorar.
conoces mi congoja cuando la tarde llega
meciendo entre su eclipse mi diaria solitud.
Es el instante de la partida, la fuga del poniente
que tú ya has compartido
en mi zozobra viva, en mi sed de vagar.
Ah niña que sollozas entre mis brazos trémulos,
tu miras a la tarde como se mira el hijo,
como se mira el pan.
Y me miras a mà desde tu inmediata lejanÃa
como se mira el fuego, como se mira el mar.
(Mirada incierta, en espera,
como trigo sin pilar ante el molino.)
Señora del ocaso,
vuelve hacia mà tus ojos
a la hora tremenda del ciprés,
en que la luz se alarga, en que todo se va.
Dime con tu mirada que tú ya no me dejas,
que estás siempre conmigo
cuando los potros de la noche oÃmos cabalgar.
Y tú estarás aquÃ.
No viviré en cada atardecer mi escape
ni ahogará entonces las sombras mi cantar.
Estás aquÃ, realidad y mujer,
y eres en la penumbra
el sosiego anhelado,
el faro vislumbrado,
el ancla suspensa entre la luz.
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Poemas de Halloween
Infantiles
Perdón
Religiosos
Tristeza y Dolor
Desamor
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