Turbioi boicot acostumbrado
Poema publicado el 12 de Septiembre de 2009
Camino, ando, respiro, cargada de preguntas
que me preguntan los días, subidas a infinitas, aventureras mañanas
cuando el sol tiene como único orgullo el inventar corajes nuevos
que se esfuman al instante.
Y voy, en cada una de las acostumbradas respuestas
donde no aparece el color del horizonte
sino una nada
que deja, abiertos, a mi alcance, sutiles abanicos de vivencias
exponiéndome ante sus llanuras vacías
que buscan ser estaciones eximidas de tanto turbio boicot
acostumbrado.
Esas, las preguntas de mi vida, que no pueden extenderme la mano
porque están de paso
poseen la propiedad de milagros cotidianos
desperdiciados
que me repreguntan de preguntas. También de noche
y abarcando estrellas, porque quieren salir
de una realidad donde las respuestas pueden hacer cambiar
de un soplo la totalidad de mis facciones
o donde me ven comiendo amaneceres
siempre merodeando la luna, sin acercarme jamás.
Día tras día, todas ellas, mis preguntas, me ruegan
que les envíe antecedentes ciertos y completos
para inculcarme amor con un poder telepático
que no alcanzo a comprender
y yo sólo atino a cansarme, como si mi corazón fuera
un capricho, me aburro, me transformo en una excusa y escapo
para agazaparme escondida en cualquier rincón de mis circunstancias
mientras la exactitud de lo natural exprime los sentidos
y mientras sus ecos fibrilan
suspendidos entre mi alma y todas esas flores, infinitas flores recién nacidas
que yo debo albergar con este miedo a cuestas.
Poema publicado el 12 de Septiembre de 2009
Camino, ando, respiro, cargada de preguntas
que me preguntan los días, subidas a infinitas, aventureras mañanas
cuando el sol tiene como único orgullo el inventar corajes nuevos
que se esfuman al instante.
Y voy, en cada una de las acostumbradas respuestas
donde no aparece el color del horizonte
sino una nada
que deja, abiertos, a mi alcance, sutiles abanicos de vivencias
exponiéndome ante sus llanuras vacías
que buscan ser estaciones eximidas de tanto turbio boicot
acostumbrado.
Esas, las preguntas de mi vida, que no pueden extenderme la mano
porque están de paso
poseen la propiedad de milagros cotidianos
desperdiciados
que me repreguntan de preguntas. También de noche
y abarcando estrellas, porque quieren salir
de una realidad donde las respuestas pueden hacer cambiar
de un soplo la totalidad de mis facciones
o donde me ven comiendo amaneceres
siempre merodeando la luna, sin acercarme jamás.
Día tras día, todas ellas, mis preguntas, me ruegan
que les envíe antecedentes ciertos y completos
para inculcarme amor con un poder telepático
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que yo debo albergar con este miedo a cuestas.
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