Una canción para el recuerdo
Poema publicado el 22 de Enero de 2020
En las melancólicas notas
De un viejo cuatro sin color,
Nace ésta canción,
Qué me recuerda tanto tu cabello,
¡Tu cabello vida!
Qué es tan libre como el viento,
Y no hay nada en su camino
Qué pueda detenerlo.
Son tristes los compases,
Qué confunde colores con matices,
¡Oh, blanco algodón de azúcar!
Qué te pierdes en la inmensidad del cielo,
Pero tu luz peculiar,
No me deja de alumbrar,
Y aunque no dejó de admirarte,
Con mis manos no puedo alcanzarte.
Pero si desde que te marchaste,
No habido un solo día
Qué no dedique una lágrima por ti,
Un recuerdo resonante,
Qué invade mi memoria,
Cada vez que sube el sol;
Mis labios se han secado,
Porque ya no recuerdan probar tu amor.
Tu nombre se ha convertido,
En el espacio vacío,
Dónde aquella ilusión vivió;
Ya no se escuchan
Los latidos estremecedores de mi corazón,
Más por el contrario
Se encuentra triste y afligido,
Después de una cruel traición.
En las melancólicas notas
De un viejo cuatro sin color,
Intento olvidar las heridas hondas,
Qué en la penumbra,
Me han causado temor,
MI alma no ha encontrado
Otro remedio para calmar el dolor,
Que escribirte estos versos,
Por si algún día volvieras a escuchar ésta canción.
Una canción para el recuerdo,
Una canción que se quedó,
No se si con el transcurrir del tiempo,
Tal vez pierda un poco de su fulgor;
Pero lo que nadie podrá quitarle,
En cada letra hay fuego vivo de pasión,
Brasas qué avivan, Brasas qué queman,
Ahora te pregunto: ¿será que aún me recuerdas?.
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Poema publicado el 22 de Enero de 2020
En las melancólicas notas
De un viejo cuatro sin color,
Nace ésta canción,
Qué me recuerda tanto tu cabello,
¡Tu cabello vida!
Qué es tan libre como el viento,
Y no hay nada en su camino
Qué pueda detenerlo.
Son tristes los compases,
Qué confunde colores con matices,
¡Oh, blanco algodón de azúcar!
Qué te pierdes en la inmensidad del cielo,
Pero tu luz peculiar,
No me deja de alumbrar,
Y aunque no dejó de admirarte,
Con mis manos no puedo alcanzarte.
Pero si desde que te marchaste,
No habido un solo día
Qué no dedique una lágrima por ti,
Un recuerdo resonante,
Qué invade mi memoria,
Cada vez que sube el sol;
Mis labios se han secado,
Porque ya no recuerdan probar tu amor.
Tu nombre se ha convertido,
En el espacio vacío,
Dónde aquella ilusión vivió;
Ya no se escuchan
Los latidos estremecedores de mi corazón,
Más por el contrario
Se encuentra triste y afligido,
Después de una cruel traición.
En las melancólicas notas
De un viejo cuatro sin color,
Intento olvidar las heridas hondas,
Qué en la penumbra,
Me han causado temor,
MI alma no ha encontrado
Otro remedio para calmar el dolor,
Que escribirte estos versos,
Por si algún día volvieras a escuchar ésta canción.
Una canción para el recuerdo,
Una canción que se quedó,
No se si con el transcurrir del tiempo,
Tal vez pierda un poco de su fulgor;
Pero lo que nadie podrá quitarle,
En cada letra hay fuego vivo de pasión,
Brasas qué avivan, Brasas qué queman,
Ahora te pregunto: ¿será que aún me recuerdas?.
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