Una pasión que me invade
Poema publicado el 13 de Febrero de 2018
Hoy invade mi pecho un vacío inmenso, y mi alma está cubierta por un fuego que me quema y me destroza, las lágrimas no salen de mis ojos, mi cuerpo está muerto, la pasión está ausente o quizás dormida, pero con anhelo de salir de la opresión donde esta cautiva.
Pero aun espero los besos y las caricias de mi amado, quien es, no lo sé, ya estuvo y lo perdí, lo desconozco, quizás fue así, solo el tiempo y la amargura de la vejez me lo hará saber.
Algo que me impresiona, y es que en mis sueños, suelo amar a un hombre desconocido, no lo he visto jamás, pero a él me entrego con una locura y a la ves con amor puro, es una mezcla de sentimientos que me invaden, luego despierto con añoranza de tenerlo, de conocerlo, no sé si es producto del pasado, donde una vez sentí una pasión que desbordaba mi cuerpo ardiente, junto a un amante que recorrió mi cuerpo con tal exactitud que nadie ha podido igualarlo.
Junto a él después de estar en muchos brazos, logre sentirme mujer, realmente supe que era rendirse ante una pasión, sus besos, su cuerpo, su furia ardiente, nada podía apagar tal fuego que recorría nuestro cuerpo, en ese cuarto, tras esa puerta se escondían, noches y días interminables, éramos dos imanes que se llamaban uno al otro.
Pero un sentimiento maternal, y una necesidad de ser madre puso distancia entre nosotros.
¡Oh! Amado mío
Hoy me doy cuenta que la vida está llena de injusticias, de sacrificios, que no podemos tener todo lo que deseamos, pero acaso no lo dijo Dios, él dijo: el hombre no es justo, justo soy yo, pero donde está su justicia, será después de la muerte, será que el cubrirá mi alma con todo su furia, si un día me suelto de las cadenas que yo misma puse en mi alma, y logro volar tal cual águila en busca de un amor libre, será que tu mi Dios me lo permitirás, sé que nada pasa si tu no lo deseas, pues nuestras vidas te pertenecen, tu no las distes y tú no las has de quitar el día que así lo creas conveniente.
Tanto se, que no se nada, pero dejare que me arrastre el viento, para que me lleve hasta donde quieras tu mi Dios, pues en tus manos estoy, aun la juventud favorece mi rostro, no se si será ahora o al pasar de los años, pero tengo, no sé cómo llamarlo, si presentimiento o corazonada, que viviré una pasión desenfrenada.
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Poema publicado el 13 de Febrero de 2018
Hoy invade mi pecho un vacío inmenso, y mi alma está cubierta por un fuego que me quema y me destroza, las lágrimas no salen de mis ojos, mi cuerpo está muerto, la pasión está ausente o quizás dormida, pero con anhelo de salir de la opresión donde esta cautiva.
Pero aun espero los besos y las caricias de mi amado, quien es, no lo sé, ya estuvo y lo perdí, lo desconozco, quizás fue así, solo el tiempo y la amargura de la vejez me lo hará saber.
Algo que me impresiona, y es que en mis sueños, suelo amar a un hombre desconocido, no lo he visto jamás, pero a él me entrego con una locura y a la ves con amor puro, es una mezcla de sentimientos que me invaden, luego despierto con añoranza de tenerlo, de conocerlo, no sé si es producto del pasado, donde una vez sentí una pasión que desbordaba mi cuerpo ardiente, junto a un amante que recorrió mi cuerpo con tal exactitud que nadie ha podido igualarlo.
Junto a él después de estar en muchos brazos, logre sentirme mujer, realmente supe que era rendirse ante una pasión, sus besos, su cuerpo, su furia ardiente, nada podía apagar tal fuego que recorría nuestro cuerpo, en ese cuarto, tras esa puerta se escondían, noches y días interminables, éramos dos imanes que se llamaban uno al otro.
Pero un sentimiento maternal, y una necesidad de ser madre puso distancia entre nosotros.
¡Oh! Amado mío
Hoy me doy cuenta que la vida está llena de injusticias, de sacrificios, que no podemos tener todo lo que deseamos, pero acaso no lo dijo Dios, él dijo: el hombre no es justo, justo soy yo, pero donde está su justicia, será después de la muerte, será que el cubrirá mi alma con todo su furia, si un día me suelto de las cadenas que yo misma puse en mi alma, y logro volar tal cual águila en busca de un amor libre, será que tu mi Dios me lo permitirás, sé que nada pasa si tu no lo deseas, pues nuestras vidas te pertenecen, tu no las distes y tú no las has de quitar el día que así lo creas conveniente.
Tanto se, que no se nada, pero dejare que me arrastre el viento, para que me lleve hasta donde quieras tu mi Dios, pues en tus manos estoy, aun la juventud favorece mi rostro, no se si será ahora o al pasar de los años, pero tengo, no sé cómo llamarlo, si presentimiento o corazonada, que viviré una pasión desenfrenada.
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