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Carne, fuego y religion - Poemas de Matval Du Monte



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Carne, fuego y religion
Poema publicado el 05 de Octubre de 2010

Afuera el fuego
Adentro la carne
Congregación de ideas
Bajo la luna llena
Se tiñen de sangre
Las estrellas al mirar
A la mujer que ha de morir
Sus ojos son aceituna
Y ruegan por perdón
¡Piedad! Gritan sus labios
En su frente, a sus lados
Se reúnen ciegos ciervos
De depravada fe
Con antorchas claman
¡Bruja! Gritan
Impulsados por
Morboso amor en Dios
Alguien lanza algo
Una antorcha sobrevuela
Y cae con fuerza
Fuego horripilante la toca
El contacto es caliente
Y la dama piensa
“te amo mi señor”
Al ver el dolor
La congregación
Grita de excitación
El fuego sube y toca las rodillas
La Bruja piensa
“cumple tu promesa”
Erección se produce
En los hombres que allí están
Y aunque son culpables de sodomía
Acusan a su hermana de rebeldía
El fuego alcanza su fruto
La mujer piensa
“ya no hay vuelta atrás”
Cada mujer allí
Siente también ese dolor
Son mujeres compañeras
De secretos, historias y deseos
Más sin embargo
Deciden callar
Con la esperanza
De ser penetradas
Esa misma noche
Por sus lascivos esposos
El fuego alcanza sus caderas
Y la criatura recuerda
Cada baile que perpetuo
El fuego sube a sus pechos
Y ella murmura
“dame la oportunidad de dar vida
Yo ya perdí la mía”
Finalmente el fuego
Toca sus negros cabellos
Se prende su cabeza
Se deforma su belleza
Eyacula el espíritu santo
En la congregación

A lo lejos
Un ángel observa
Sus cabellos son de oro
De cielo sus ojos
De imponente águila sus alas
De macho cabrío sus piernas
Llora sangre al ver
A su amante deformada
Lucifer se acerca a la hoguera
Ya no hay nadie
La congregación se ha ido
Se agacha y toca las cenizas
Estas cobran vida
Se alzan, parecen etéreas
Luego adquieren forma humana
Cada ceniza se convierte en célula
Cada célula se reproduce
Y aparece desnuda
Desprotegida y vulnerable
La mujer que hace segundos murió
Ella alza la vista buscando algo
Al fin sus ojos tocan los de él
Mira a Belcebú
El príncipe cumplió su promesa
Ahora ella es eterna
Ella le ama y lo hará por siempre
Ahora que de vampira su alma es
Ella reconoce que es vida
Vida dada por el mismísimo Caído
Representa el triunfo de él sobre Dios
Él la abraza y la besa
Y se prepara para descender
Sin que ella se dé cuenta
El precioso ángel mira el cielo
Lanza una mirada sarcástica
Y dice con voz cínica
“tu turno”


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