Notas para un capricho
Poema publicado el 03 de Agosto de 2023
Hay sinfonías que no acaban.
Se baja la batuta,
El público aplaude,
Levantan sus adormecidos cuerpos de las butacas
Y regresan a lo cotidiano.
¡Silencio!
¿No escuchas el murmullo?
Todo lo que hubieras dicho
Ahí está
Todo lo que hubieras hecho de otra forma
¿No escuchas el piano sonar?
¿No ves las palomas danzar
sobre tu frente agrietada?
Sí, era esa la última pócima del calderón
Y tendrás que salir a buscar nuevas flores
Pero no olvides abrigarte las heridas
No sea que te pongas a llorar en las esquinas.
¡Espera! ¡Impaciente!
No todas las cosas conocen tu tempo
Hay gente que va por la vida
Andando con relojes del renacimiento
Y otros con unos…!
Que aun ni tus más locos sueños se imaginan.
Por eso sonrío siempre a los extraños
¡Qué gusto coincidir en tu presente!
Aunque encuentres mi pasado en estas líneas
Acrónicas, etéreas, susurradas en el austro.
Ya mañana sonará otra canción
Permíteme poner esta en bucle
¿Me dejarás atesorar mis canciones?
¿Me acompañarás en los oscuros camerinos
mientras esperamos la llamada al escenario?
Creo, podría acostumbrarme a vivir en el José Bohr
Y sonreírle a cada extraño coincidente
Que llegase en busca de su vida.
Corazón, no se te olvide nunca
Que los artistas somos doctores del alma ajena.
Para nosotros… es crónico. Lo siento.
Enjuta esas lágrimas, cariño
Ya verás como la nieve lo purifica todo,
Y si aún te sientes mal
Podemos volver a meter los pies en ese estrecho
Que todo lo entiende y todo lo lleva.
¿Te sentirías mejor si te adorno el cabello de florituras?
¿Con guirnaldas de Lupinos de colores?
Si quieres, podemos hibernar como los osos
Así aguardamos la llegada de la energía D
Con ese sol sostenido que te abriga los ojitos
Y trae de vuelta la piel de tus abrazos.
No cantes lamentos
Mañana lo entenderás todo
Y yo, tendré una respuesta
Por cada techo rojo en esta ciudad.
Cómo explicarte que
Se me atora el metrónomo
Cuando mencionan tu nombre
Y que mis labios ensueñan
Con el lugar donde habitan tus versos.
Si las estrellas supieran de tiempo
El cielo estaría tan desolado
Como esta habitación
Que me escucha practicar escalas,
Por si acaso pueda volver a trepar por tus romances
Y hacer contigo las mismas armonías.
Y es que no sé si esto sea perenne
Pero mi violín puede cantarte un “vivace”
Serenar tus traumas con serenatas
Y ataviar todos tus silencios con sonatas y sonetos.
Llegamos a la doble barra
Contengo la respiración
E intento no tropezar.
Los aplausos,
Con un contrapunto de reverencia
Los coso en mi pecho.
El telón va cayendo
Y junto a él, todas mis cadencias.
Te doy un último vistazo…
La sinfonía cambia de movimiento,
Pero aún sigue sonando en el silencio.
¿La escuchas?
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Poema publicado el 03 de Agosto de 2023
Hay sinfonías que no acaban.
Se baja la batuta,
El público aplaude,
Levantan sus adormecidos cuerpos de las butacas
Y regresan a lo cotidiano.
¡Silencio!
¿No escuchas el murmullo?
Todo lo que hubieras dicho
Ahí está
Todo lo que hubieras hecho de otra forma
¿No escuchas el piano sonar?
¿No ves las palomas danzar
sobre tu frente agrietada?
Sí, era esa la última pócima del calderón
Y tendrás que salir a buscar nuevas flores
Pero no olvides abrigarte las heridas
No sea que te pongas a llorar en las esquinas.
¡Espera! ¡Impaciente!
No todas las cosas conocen tu tempo
Hay gente que va por la vida
Andando con relojes del renacimiento
Y otros con unos…!
Que aun ni tus más locos sueños se imaginan.
Por eso sonrío siempre a los extraños
¡Qué gusto coincidir en tu presente!
Aunque encuentres mi pasado en estas líneas
Acrónicas, etéreas, susurradas en el austro.
Ya mañana sonará otra canción
Permíteme poner esta en bucle
¿Me dejarás atesorar mis canciones?
¿Me acompañarás en los oscuros camerinos
mientras esperamos la llamada al escenario?
Creo, podría acostumbrarme a vivir en el José Bohr
Y sonreírle a cada extraño coincidente
Que llegase en busca de su vida.
Corazón, no se te olvide nunca
Que los artistas somos doctores del alma ajena.
Para nosotros… es crónico. Lo siento.
Enjuta esas lágrimas, cariño
Ya verás como la nieve lo purifica todo,
Y si aún te sientes mal
Podemos volver a meter los pies en ese estrecho
Que todo lo entiende y todo lo lleva.
¿Te sentirías mejor si te adorno el cabello de florituras?
¿Con guirnaldas de Lupinos de colores?
Si quieres, podemos hibernar como los osos
Así aguardamos la llegada de la energía D
Con ese sol sostenido que te abriga los ojitos
Y trae de vuelta la piel de tus abrazos.
No cantes lamentos
Mañana lo entenderás todo
Y yo, tendré una respuesta
Por cada techo rojo en esta ciudad.
Cómo explicarte que
Se me atora el metrónomo
Cuando mencionan tu nombre
Y que mis labios ensueñan
Con el lugar donde habitan tus versos.
Si las estrellas supieran de tiempo
El cielo estaría tan desolado
Como esta habitación
Que me escucha practicar escalas,
Por si acaso pueda volver a trepar por tus romances
Y hacer contigo las mismas armonías.
Y es que no sé si esto sea perenne
Pero mi violín puede cantarte un “vivace”
Serenar tus traumas con serenatas
Y ataviar todos tus silencios con sonatas y sonetos.
Llegamos a la doble barra
Contengo la respiración
E intento no tropezar.
Los aplausos,
Con un contrapunto de reverencia
Los coso en mi pecho.
El telón va cayendo
Y junto a él, todas mis cadencias.
Te doy un último vistazo…
La sinfonía cambia de movimiento,
Pero aún sigue sonando en el silencio.
¿La escuchas?
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