Yo tambien di amor
Poema publicado el 18 de Septiembre de 2009
SIN TITULO.
Yo también di amor
A la que amor me ofreció,
Si dolor en mi alma sembró,
No fui capaz de lastimarlas como me lastimó.
Yo ofrecí de lo poco que tenía todo,
Ella ofreció de lo mucho nada,
Después de haber multiplicado lo suyo con lo mío,
Se alejo ocultando la mirada.
Con tanto desdén y sin nada de orgullo,
Me sentí como indefenso niño,
Anhele en ese entonces volver a mi capullo
Do no sabía lo sucio que de las mujeres suele ser el cariño.
Quise comprarme alegrías al dos por uno,
Y aun más quise un nuevo corazón,
Ofertas no halle de amor alguno
Y me resigne a vivir con mi traición.
El amor para mi era un ramo de abrojos,
Era tanto mi dolor que quise en un instante
Cerrar para siempre los ojos.
Y mi alma convaleciente
Sentía la amargura
De un futuro inexistente.
Y el amor que en algún momento
Prometió miel de labios demasiado buenos,
Lo olvido maldiciendo y huyendo
Sus mieles entrego a labios ajenos.
Pasaron los días y marcharon los años,
Nadie más el incidente recordó,
Y aquel que de niño mi amigo dijo ser,
Ya no me habla ni me mira por que sabe que duerme con la que
Pudo haber sido mi mujer.
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Poema publicado el 18 de Septiembre de 2009
SIN TITULO.
Yo también di amor
A la que amor me ofreció,
Si dolor en mi alma sembró,
No fui capaz de lastimarlas como me lastimó.
Yo ofrecí de lo poco que tenía todo,
Ella ofreció de lo mucho nada,
Después de haber multiplicado lo suyo con lo mío,
Se alejo ocultando la mirada.
Con tanto desdén y sin nada de orgullo,
Me sentí como indefenso niño,
Anhele en ese entonces volver a mi capullo
Do no sabía lo sucio que de las mujeres suele ser el cariño.
Quise comprarme alegrías al dos por uno,
Y aun más quise un nuevo corazón,
Ofertas no halle de amor alguno
Y me resigne a vivir con mi traición.
El amor para mi era un ramo de abrojos,
Era tanto mi dolor que quise en un instante
Cerrar para siempre los ojos.
Y mi alma convaleciente
Sentía la amargura
De un futuro inexistente.
Y el amor que en algún momento
Prometió miel de labios demasiado buenos,
Lo olvido maldiciendo y huyendo
Sus mieles entrego a labios ajenos.
Pasaron los días y marcharon los años,
Nadie más el incidente recordó,
Y aquel que de niño mi amigo dijo ser,
Ya no me habla ni me mira por que sabe que duerme con la que
Pudo haber sido mi mujer.
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