¡vivo!
Poema publicado el 26 de Agosto de 2012
¡Vivo!. Grito al cielo y a Dios pido
no luzcas más de velo por ese amor que sabe a hiel.
Grata brisa vespertina como terciopelo
suave mano femenina acaricia mi piel.
Que hay vida y eso es bello, tras tu amor por él.
Tus pensamientos oscuros de invierno frío, sin sol.
Sentimientos se clavan, oprimen el corazón y piensas…
¡Pasará!... Sumisa, como perro fiel.
Acurrucada en tu rincón, lamiendo heridas.
Al final del camino angosto, sombrío, sin fe recorrido,
tu luz hallarás, abrirás los ojos y verás…
Verde en tus píes crece esbelto, fuerte, solo busca, ve…
Estación más bella resurgirá, la flor en capullo estallará.
El rocío abrirá paso a un aíre nuevo, cálido, dulce como miel.
Años que pasan. Y cargo a mi pesar viejo lastre
pues se más por viejo, que por diablo.
Diablo fui un día. Corazón inexperto, débil, enclenque,
por no ver en tus ojos, ese amor que me pedías.
Espina que mi corazón alberga, orgulloso y enfermo,
de sueños efímeros se alimenta colmando el vacío dejado.
Si por quitármela algo habría, ni pena, ni alegría…
Lo único que de ti me queda, en algún lugar lejano…
¡Maldito mar de agua fría!
Exhausto, perdido, cual naufrago endeble
agarra la vida con uñas y dientes,
yo por ti… ¡Moriría!
Otros versos más escribo cual afán hidalgo
delgaducho y baldo corriese lomas, prados y campos.
Sol que se pone en lejanía deja fugaces rayos
en mujer hermosa iluminada por candil tembloroso.
Otro mes se aleja y se abre paso entre veredas,
trompicones y vedas, febrero, marzo, abril…
La noche llega… Noche en vela, alma en pena.
Entre pasos perdidos, pensativo, sin dueño y sin redil.
Madera vieja, podrida, maloliente…
En mi mente dos palabras, a fuego y hierro marcadas
¡Vivo y muero!
¿Vivo?
¿Muero?
¡Vivo!
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Poema publicado el 26 de Agosto de 2012
¡Vivo!. Grito al cielo y a Dios pido
no luzcas más de velo por ese amor que sabe a hiel.
Grata brisa vespertina como terciopelo
suave mano femenina acaricia mi piel.
Que hay vida y eso es bello, tras tu amor por él.
Tus pensamientos oscuros de invierno frío, sin sol.
Sentimientos se clavan, oprimen el corazón y piensas…
¡Pasará!... Sumisa, como perro fiel.
Acurrucada en tu rincón, lamiendo heridas.
Al final del camino angosto, sombrío, sin fe recorrido,
tu luz hallarás, abrirás los ojos y verás…
Verde en tus píes crece esbelto, fuerte, solo busca, ve…
Estación más bella resurgirá, la flor en capullo estallará.
El rocío abrirá paso a un aíre nuevo, cálido, dulce como miel.
Años que pasan. Y cargo a mi pesar viejo lastre
pues se más por viejo, que por diablo.
Diablo fui un día. Corazón inexperto, débil, enclenque,
por no ver en tus ojos, ese amor que me pedías.
Espina que mi corazón alberga, orgulloso y enfermo,
de sueños efímeros se alimenta colmando el vacío dejado.
Si por quitármela algo habría, ni pena, ni alegría…
Lo único que de ti me queda, en algún lugar lejano…
¡Maldito mar de agua fría!
Exhausto, perdido, cual naufrago endeble
agarra la vida con uñas y dientes,
yo por ti… ¡Moriría!
Otros versos más escribo cual afán hidalgo
delgaducho y baldo corriese lomas, prados y campos.
Sol que se pone en lejanía deja fugaces rayos
en mujer hermosa iluminada por candil tembloroso.
Otro mes se aleja y se abre paso entre veredas,
trompicones y vedas, febrero, marzo, abril…
La noche llega… Noche en vela, alma en pena.
Entre pasos perdidos, pensativo, sin dueño y sin redil.
Madera vieja, podrida, maloliente…
En mi mente dos palabras, a fuego y hierro marcadas
¡Vivo y muero!
¿Vivo?
¿Muero?
¡Vivo!
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