Sin fruto
Poema publicado el 10 de Abril de 2014
Ya no hay más flores en mi alborada
se secó mi huerta. Lo largo del día y
el calor del sol, han secado el rio
que hacia fructífera mi hacienda.
Que me queda? Sino el agrio de una
vid sin uvas, un tronco seco, que no
produce nada más que una corteza hueca
y arrugada, donde viene a esconderse
el pichón de un ave, que quiere hacer
de mí su madriguera.
Es el principio de un final, del
desgaste de una vida que apenas
quería empezar; es la condena a muerte
justo cuando la vida me acababa de
encontrar.
Y se fue la alegría de un sueno
que pocos años antes pudo todavía
haber sido realidad. Corrimos contra
el tiempo, sabiendo que nos era
imposible ganar.
Para qué sirvo ahora, sino para leña
que calienta la vida de alguien más!
O como escondite de un ave rapaz, que
sabe que a nadie le va a interesar,
un árbol viejo y seco, sin fruto que dar.
Déjame en el bosque, te ruego por Dios!
junto con el resto de los de mi edad.
No me lleves en un saco al hombro,
no sea que mi amor, llene de
gorgojos tu felicidad.
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Poema publicado el 10 de Abril de 2014
Ya no hay más flores en mi alborada
se secó mi huerta. Lo largo del día y
el calor del sol, han secado el rio
que hacia fructífera mi hacienda.
Que me queda? Sino el agrio de una
vid sin uvas, un tronco seco, que no
produce nada más que una corteza hueca
y arrugada, donde viene a esconderse
el pichón de un ave, que quiere hacer
de mí su madriguera.
Es el principio de un final, del
desgaste de una vida que apenas
quería empezar; es la condena a muerte
justo cuando la vida me acababa de
encontrar.
Y se fue la alegría de un sueno
que pocos años antes pudo todavía
haber sido realidad. Corrimos contra
el tiempo, sabiendo que nos era
imposible ganar.
Para qué sirvo ahora, sino para leña
que calienta la vida de alguien más!
O como escondite de un ave rapaz, que
sabe que a nadie le va a interesar,
un árbol viejo y seco, sin fruto que dar.
Déjame en el bosque, te ruego por Dios!
junto con el resto de los de mi edad.
No me lleves en un saco al hombro,
no sea que mi amor, llene de
gorgojos tu felicidad.
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