Arcillas
Poema publicado el 01 de Junio de 2010
Languidecen las horas en mi vaso burdeo,
languidecen las palabras en mi boca burdeo,
languidece este amor burdeo y rosa,
languidece enloquecido, repleto hastiado...
cansado de cargar con las esperanzas
a sus espaldas o en sus rodillas, languidece...
solitario en algún umbral oscuro,
con charcos de sangre a sus costados, languidece...
por mareas cálidas de recuerdos
por desiertos fríos de soledades, languidece...
languideccen mis palabras
languidecen como plumas en el viento,
languidece el tiempo,
la luz...
y tú y yo dos muros gigantescos dándose la espalda…
mirando cada cual los años anteriores,
los días las horas, los llantos, la angustia
y los bailes desnudos con la dama muerte tan bella, tan flaca, tan esbelta y bienhumorada,
languidece este amor sobre tu pared de hielo,
desesperando sobre la mia, de un lado a otro con sed,
con anhelos, languidece,
y de tanto llanto uno de mis ladrillos se ha vuelto barro,
y se ha llenado de lágrimas el espacio entre tu dureza y la mía,
llora este amor que nutre mis arcillas…
soy una espesa laguna de burdeos y arenillas cafés,
se ha sumergido este amor en mis aguas turbias de pánico,
se baña como una sirena sin sal,
estira sus brazos y alcanza todas mis orillas,
me recoge y me lleva a sus mejillas,
feliz,
los colores y las risas de este bello espectro azul, convierten
mi pesado barro en lagunas,
en agua…
tu pared frente a nosotros no se diluye, tu pared…
y vamos corriendo para estrellarnos contra ella…
cuando al fin suceda,
cuando amor y agua nos demos con toda la fuerza contra tu muro
de hielo,
si no traspasamos,
tendrás dos muertes escurriéndose a tus espaldas,
me secaré tras de ti,
me escurriré por las venas de la tierra,
la vida arrastrará su peso en mis gotas
casi secas...
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Poema publicado el 01 de Junio de 2010
Languidecen las horas en mi vaso burdeo,
languidecen las palabras en mi boca burdeo,
languidece este amor burdeo y rosa,
languidece enloquecido, repleto hastiado...
cansado de cargar con las esperanzas
a sus espaldas o en sus rodillas, languidece...
solitario en algún umbral oscuro,
con charcos de sangre a sus costados, languidece...
por mareas cálidas de recuerdos
por desiertos fríos de soledades, languidece...
languideccen mis palabras
languidecen como plumas en el viento,
languidece el tiempo,
la luz...
y tú y yo dos muros gigantescos dándose la espalda…
mirando cada cual los años anteriores,
los días las horas, los llantos, la angustia
y los bailes desnudos con la dama muerte tan bella, tan flaca, tan esbelta y bienhumorada,
languidece este amor sobre tu pared de hielo,
desesperando sobre la mia, de un lado a otro con sed,
con anhelos, languidece,
y de tanto llanto uno de mis ladrillos se ha vuelto barro,
y se ha llenado de lágrimas el espacio entre tu dureza y la mía,
llora este amor que nutre mis arcillas…
soy una espesa laguna de burdeos y arenillas cafés,
se ha sumergido este amor en mis aguas turbias de pánico,
se baña como una sirena sin sal,
estira sus brazos y alcanza todas mis orillas,
me recoge y me lleva a sus mejillas,
feliz,
los colores y las risas de este bello espectro azul, convierten
mi pesado barro en lagunas,
en agua…
tu pared frente a nosotros no se diluye, tu pared…
y vamos corriendo para estrellarnos contra ella…
cuando al fin suceda,
cuando amor y agua nos demos con toda la fuerza contra tu muro
de hielo,
si no traspasamos,
tendrás dos muertes escurriéndose a tus espaldas,
me secaré tras de ti,
me escurriré por las venas de la tierra,
la vida arrastrará su peso en mis gotas
casi secas...
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