Esa noche
Poema publicado el 17 de Enero de 2016
Me duelen los ojos y es por tu ausencia,
No soportan la oscuridad que has dejado, se lamentan,
Consumirte en pensamientos es el único consuelo
El tiempo es un verdugo incansable y traicionero.
Agradeciendo los querubines su libertad
Encarcelé sin piedad una centella
Culpable por dibujar la silueta,
De tus manos, robando la luna llena.
Confundida mi razón siguió el sendero
Que tan luminosa bienvenida profesaba
Noble la suerte que advirtió la puñalada
Ni un roce fugaz logró acertar la muy malvada.
Inconscientes están mis sentidos
Que has dejado en perenne letargo
Cuando en ascenso, un eco perdido
Confundiendo tu voz los ha despertado.
Libertad, que a tus redes he llegado
En los pies de Morfeo me has dejado
Y cansada me aferré a tus atenciones
Mientras dormía en un oasis de visiones.
He ganado la batalla y me he perdido en la victoria
Las piedras que me rodean son vestigios de aquella historia
Inmortales las vivencias, profanadoras en su andar
Cómplices de la sombra, en tu cabeza murmurarán.
Huir de la penumbra, respiro, nada mas
Una pausa, un latido, me detengo a suspirar
Un grito inesperado se ha postrado a mis pies
Se ha rendido y solo, me ha dejado esta vez.
Gélida tu voz,
Y crueles las espinas que desvela
Tejedoras de sinfonías, que en las entrañas se aferran.
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Poema publicado el 17 de Enero de 2016
Me duelen los ojos y es por tu ausencia,
No soportan la oscuridad que has dejado, se lamentan,
Consumirte en pensamientos es el único consuelo
El tiempo es un verdugo incansable y traicionero.
Agradeciendo los querubines su libertad
Encarcelé sin piedad una centella
Culpable por dibujar la silueta,
De tus manos, robando la luna llena.
Confundida mi razón siguió el sendero
Que tan luminosa bienvenida profesaba
Noble la suerte que advirtió la puñalada
Ni un roce fugaz logró acertar la muy malvada.
Inconscientes están mis sentidos
Que has dejado en perenne letargo
Cuando en ascenso, un eco perdido
Confundiendo tu voz los ha despertado.
Libertad, que a tus redes he llegado
En los pies de Morfeo me has dejado
Y cansada me aferré a tus atenciones
Mientras dormía en un oasis de visiones.
He ganado la batalla y me he perdido en la victoria
Las piedras que me rodean son vestigios de aquella historia
Inmortales las vivencias, profanadoras en su andar
Cómplices de la sombra, en tu cabeza murmurarán.
Huir de la penumbra, respiro, nada mas
Una pausa, un latido, me detengo a suspirar
Un grito inesperado se ha postrado a mis pies
Se ha rendido y solo, me ha dejado esta vez.
Gélida tu voz,
Y crueles las espinas que desvela
Tejedoras de sinfonías, que en las entrañas se aferran.
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