Tú viviendo y yo sonriendo al despertar
Poema publicado el 16 de Junio de 2013
TÚ VIVIENDO Y YO SONRIENDO AL DESPERTAR (Para un gran amigo)
Cuánto ahogo pasa a un lado,
cuánto llanto es vertido, y sollozo una vez más.
No es la piel la del recuerdo,
no es la vida un pasatiempo,
lo que tanto nos enseñan,
es más bien dejarte ir, irte y ¿ya?
Cómo habré de reponerme, cómo haré para entenderle
las lecciones que uno aprende, duelen mucho como tal,
y como duele este momento, que se vuelve tan eterno,
como pasa el tiempo lento; lento, lento,
tan vacío igual que un cuento sin escenas, ni valijas de sueños que emocionen,
tan carnívoro, que devora mi alma misma sin dejarme
un instante más de despedida para ti.
Tiempo inmenso que me cae como viento turbulento,
que me arrastra y me hunde en el abismo del infierno,
jala, jala hasta el fondo que me quiero despeñar.
Sí que duele el sufrimiento de vivir este tormento,
como ansío que no hubiera sucedido, lo que inevitable tuvo ahora su lugar.
Si tan solo una lágrima pudiera darte vida una vez más;
pero sé que no es posible,
que partiste de repente, y que no podré algún día
verte al menos de reojo, o besarte al despertar.
No es posible que te diga que me he muerto ya mil veces,
y que sigo solo evocándote en silencio,
porque no quisiera despertarte de tu sueño,
ahora que ya duermes, y que en sueños estarás.
Cambiaría todo lo que tengo, inclusive esta vida que he vivido
para verte nuevamente, y decirte que te amo como un loco;
pero eso no es posible hijo mío, por lo menos por un tiempo
no podremos vernos, pero un día así lo espero,
correremos como antes, jugaremos al recuerdo,
te ataré con mis abrazos, y que con un te amo baste
para unirnos ya en la vida, que dio paso a la vivida,
y pasearnos muy tomados de la mano;
tú viviendo, y yo sonriendo al despertar.
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Poema publicado el 16 de Junio de 2013
TÚ VIVIENDO Y YO SONRIENDO AL DESPERTAR (Para un gran amigo)
Cuánto ahogo pasa a un lado,
cuánto llanto es vertido, y sollozo una vez más.
No es la piel la del recuerdo,
no es la vida un pasatiempo,
lo que tanto nos enseñan,
es más bien dejarte ir, irte y ¿ya?
Cómo habré de reponerme, cómo haré para entenderle
las lecciones que uno aprende, duelen mucho como tal,
y como duele este momento, que se vuelve tan eterno,
como pasa el tiempo lento; lento, lento,
tan vacío igual que un cuento sin escenas, ni valijas de sueños que emocionen,
tan carnívoro, que devora mi alma misma sin dejarme
un instante más de despedida para ti.
Tiempo inmenso que me cae como viento turbulento,
que me arrastra y me hunde en el abismo del infierno,
jala, jala hasta el fondo que me quiero despeñar.
Sí que duele el sufrimiento de vivir este tormento,
como ansío que no hubiera sucedido, lo que inevitable tuvo ahora su lugar.
Si tan solo una lágrima pudiera darte vida una vez más;
pero sé que no es posible,
que partiste de repente, y que no podré algún día
verte al menos de reojo, o besarte al despertar.
No es posible que te diga que me he muerto ya mil veces,
y que sigo solo evocándote en silencio,
porque no quisiera despertarte de tu sueño,
ahora que ya duermes, y que en sueños estarás.
Cambiaría todo lo que tengo, inclusive esta vida que he vivido
para verte nuevamente, y decirte que te amo como un loco;
pero eso no es posible hijo mío, por lo menos por un tiempo
no podremos vernos, pero un día así lo espero,
correremos como antes, jugaremos al recuerdo,
te ataré con mis abrazos, y que con un te amo baste
para unirnos ya en la vida, que dio paso a la vivida,
y pasearnos muy tomados de la mano;
tú viviendo, y yo sonriendo al despertar.
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