Ayer y hoy
Poema publicado el 12 de Diciembre de 2009
Ayer
te amaba.
Lo eras todo para mí.
Eras mi ilusión, mi alegría, mi sueño.
Ayer me sentía del mundo el ser más feliz.
Ayer era todo primavera.
Tus dedos tocaban en la lira de mi alma
una canción.
Encontraba mi dicha y un refugio
en tu piel y en tus besos.
Ayer
no había motivos para querer llorar
desde el corazón.
Pero hoy sí los tengo…
Detecté que había variado de tus palabras
la dulce melodía,
y en mi corazón por las tantas lluvias
murieron mis rosas.
Ya no tenían el mismo ingrediente
los dulces besos de tu boca,
y, cuando te abrazaba,
me regalabas un pretexto
y como el agua te me escurrías.
Hoy me pregunto:
¿A dónde se fue la primavera
que con su trinar, sus días bellos,
su tanta polinización invadía a nuestras almas?
Ayer eran flores. Hoy son cardos tus palabras.
Ayer el amor era inmenso.
Hoy es como cualquier insecto que se aplasta.
Quedarme contigo era mi deseo ayer,
despertarme a tu lado cada día
bajo la luz apacible de la aurora.
Hoy todo es tan distinto:
No me nace
despertar bajo los atrios de tu cuerpo
sino bajo mis sábanas,
y levantarme a la vida como si mi vida fuera otra.
Poema publicado el 12 de Diciembre de 2009
Ayer
te amaba.
Lo eras todo para mí.
Eras mi ilusión, mi alegría, mi sueño.
Ayer me sentía del mundo el ser más feliz.
Ayer era todo primavera.
Tus dedos tocaban en la lira de mi alma
una canción.
Encontraba mi dicha y un refugio
en tu piel y en tus besos.
Ayer
no había motivos para querer llorar
desde el corazón.
Pero hoy sí los tengo…
Detecté que había variado de tus palabras
la dulce melodía,
y en mi corazón por las tantas lluvias
murieron mis rosas.
Ya no tenían el mismo ingrediente
los dulces besos de tu boca,
y, cuando te abrazaba,
me regalabas un pretexto
y como el agua te me escurrías.
Hoy me pregunto:
¿A dónde se fue la primavera
que con su trinar, sus días bellos,
su tanta polinización invadía a nuestras almas?
Ayer eran flores. Hoy son cardos tus palabras.
Ayer el amor era inmenso.
Hoy es como cualquier insecto que se aplasta.
Quedarme contigo era mi deseo ayer,
despertarme a tu lado cada día
bajo la luz apacible de la aurora.
Hoy todo es tan distinto:
No me nace
despertar bajo los atrios de tu cuerpo
sino bajo mis sábanas,
y levantarme a la vida como si mi vida fuera otra.
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