A tus plendores -
Poema publicado el 16 de Diciembre de 2011
De ti aprendí
que el duro oficio de ser mujer
no está en
las vidrieras de cartel,
si no en el alma
del azulejo que a diario compartí.
En tus senos
eduqué mis malas costumbres de hábito
y de tu mano
leí sabios proverbios de consejos.
Cuando al alba
desplegaste la mañana en tus párpados/
Andaba mi ignorante mueca de calma
tras las columnas coloridas de tus nardos/
Tras mi nuca,
siempre tu lado ausente.
Tras mi cráneo
tu mirar de frente y
siempre delante de mi pelvis
tu ardor de mujer
coloreando su uña de esmalte
y tu vena de santa madre
acariciando mi dermis/
De ti aprendí...
Que “LA MUJER”
no es un ornato florido del varón,
ni naipe donde reposa el rey
su baraja de cartón,
sino tu espíritu de corazones/
Inope destino del que se ha ido
fortúnio mío
que he contemplado tus sazones/
Todos los derechos reservados en Safe Creative
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Poema publicado el 16 de Diciembre de 2011
De ti aprendí
que el duro oficio de ser mujer
no está en
las vidrieras de cartel,
si no en el alma
del azulejo que a diario compartí.
En tus senos
eduqué mis malas costumbres de hábito
y de tu mano
leí sabios proverbios de consejos.
Cuando al alba
desplegaste la mañana en tus párpados/
Andaba mi ignorante mueca de calma
tras las columnas coloridas de tus nardos/
Tras mi nuca,
siempre tu lado ausente.
Tras mi cráneo
tu mirar de frente y
siempre delante de mi pelvis
tu ardor de mujer
coloreando su uña de esmalte
y tu vena de santa madre
acariciando mi dermis/
De ti aprendí...
Que “LA MUJER”
no es un ornato florido del varón,
ni naipe donde reposa el rey
su baraja de cartón,
sino tu espíritu de corazones/
Inope destino del que se ha ido
fortúnio mío
que he contemplado tus sazones/
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