Ese julio - de v.p. veronica
Poema publicado el 29 de Abril de 2011
Recuerdo ese julio que nos encontró el verde gélido
con la leña encendida en la fogata metálica.
guardando su calor bajo el techo congelado.
El frío vino a nosotros en sigilo
pregonando un otoño desnudo y una hojarasca florecida.
Con el amarillo de la hoja del pino en alfombra
te recibía mi paisaje como princesa
cuando la mano del destino te puso en mi alma al primer abrazo.
la vida le exigió un soplo al viento en tu pelo
para aclarar tu frente de asombro con mis ojos de intérprete..
Mis trémulas manos parecían inexpertas al abrazo
hasta que tus raíces se expandieron en mis venas
omo si hundieras tu sangre de hilo infiltrando mis cavidades.
Repentina fue tu ansiada presencia desconocida
cuando en los pastos de la escarcha quedó tu huella
como si los pasos de la chacra te hubieran reconocido.
El mundo vegetal duro abrió sus fauces de hoguera
y poco a poco nuestros pechos de corazón mellizo
reconocieron sus frutos elaborados.
¿ Recuerdas mi amor ese julio?
cuando el suelo se hundía a tus pies de dama
y resurgía en montaña tras mí ultimo talón de pisada.
Nos hicimos amigos del fuego y el amor desvaneció el hielo
cuando los besos de intemperie rondaron las banquetas y sus azulejos..
¡ Oh amor ¡
todavía veo entrar tu volumen rosa de primavera
irrumpiendo los murallones de la espera como una esfera frágil de papel y vidrio.
Nos ligó la greda con sus hijos verdes y nuestros inviernos arrojados
fueron caminando al tálamo de los enamorados.
Mientras en la ventana norte
pusimos nuestro amor incipiente de gruesa barrera impenetrable y
el leño quemaba la salamandra como una fragua reciente.
giraba el cálido aire de estío prematuro en circulo ritual,
al compás de hélice, de nuestros cuerpos de enredadera.
¿ Recuerdas ese Julio que nos conoció y nuestros batallones entregaron su bandera?
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Poema publicado el 29 de Abril de 2011
Recuerdo ese julio que nos encontró el verde gélido
con la leña encendida en la fogata metálica.
guardando su calor bajo el techo congelado.
El frío vino a nosotros en sigilo
pregonando un otoño desnudo y una hojarasca florecida.
Con el amarillo de la hoja del pino en alfombra
te recibía mi paisaje como princesa
cuando la mano del destino te puso en mi alma al primer abrazo.
la vida le exigió un soplo al viento en tu pelo
para aclarar tu frente de asombro con mis ojos de intérprete..
Mis trémulas manos parecían inexpertas al abrazo
hasta que tus raíces se expandieron en mis venas
omo si hundieras tu sangre de hilo infiltrando mis cavidades.
Repentina fue tu ansiada presencia desconocida
cuando en los pastos de la escarcha quedó tu huella
como si los pasos de la chacra te hubieran reconocido.
El mundo vegetal duro abrió sus fauces de hoguera
y poco a poco nuestros pechos de corazón mellizo
reconocieron sus frutos elaborados.
¿ Recuerdas mi amor ese julio?
cuando el suelo se hundía a tus pies de dama
y resurgía en montaña tras mí ultimo talón de pisada.
Nos hicimos amigos del fuego y el amor desvaneció el hielo
cuando los besos de intemperie rondaron las banquetas y sus azulejos..
¡ Oh amor ¡
todavía veo entrar tu volumen rosa de primavera
irrumpiendo los murallones de la espera como una esfera frágil de papel y vidrio.
Nos ligó la greda con sus hijos verdes y nuestros inviernos arrojados
fueron caminando al tálamo de los enamorados.
Mientras en la ventana norte
pusimos nuestro amor incipiente de gruesa barrera impenetrable y
el leño quemaba la salamandra como una fragua reciente.
giraba el cálido aire de estío prematuro en circulo ritual,
al compás de hélice, de nuestros cuerpos de enredadera.
¿ Recuerdas ese Julio que nos conoció y nuestros batallones entregaron su bandera?
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