Renunciacion
Poema publicado el 06 de Septiembre de 2011
RENUNCIACION
Cuando te vi aquel día,
Todo mí ser se estremeció.
En aquel momento comprendí,
Que nuevamente ¡Eras tú!...
EL hombre, que he amado
Durante todos los días de mí
Continúo renacimiento.
Fue la vibración de tu voz,
Que tocó en mis sentidos.
Fueron tus ojos,
Los que alertaron mi alma.
Anunciando por fin el rencuentro,
De nuestras almas extraviadas.
Comprendí por la sonrisa tu rostro,
Que nuevamente nos habíamos enlazado.
En este ahora, simbolizando el aquí, en un
Intenso hoy.
Entendí, en ese instante enfatizado,
Que Dios, el Universo y el Destino
Nos habían vuelto a unir, entonando
Un vals sin fin de indestructible amor.
Librando todos los obstáculos,
Ahora estabas frente a mí,
Anunciando con alegría, el
Reencuentro de nuestra
Inalterable pasión.
¡Al fin me habías encontrado!...
Después de tantas vidas encarnadas.
Entonces confirme, que tú eres en mí,
¡El fuego inagotable del amor!...
¡Comprendí que eres y serás,
La permanencia absoluta del amor eterno!...
Alcanzada por el impacto del reencuentro,
Puse atención a tus palabras.
Palabras que fluyeron con intensa
Sinceridad y calidez.
Con iluminada firmeza me revelaste
El secreto de nuestras vidas.
Aquel día,
¡Viajamos por el tiempo!...
Tú y yo hemos permanecido a través
Del espacio cósmico en constante vibración
De amor infinito.
Entonces recordé aquel sol de la mañana,
Cuando por primera vez escribiste,
¡Te amo!...
Tú sonriendo besaste mi frente,
Besaste mis ojos, besaste mis oídos,
Besaste finalmente mis labios
Y murmuraste mil veces más…
-¡Te amo, te amo!...
Aquel día caminamos tomados
De las manos, hasta que
La luna ilumino la noche.
Con humildes palabras ofrendamos
Nuestro amor al universo.
Hoy nos hemos vuelto a encontrar
Después de tantas existencias pasadas.
Te había evocado por milenios y
Milenios de años y hoy llegas a mí,
Iluminando mi vida, ofreciendo
La paz para mi alma, que sin tí
Vagaba sintiéndose vacía,
Gritando como el eco que se advierte
En las montañas,
¡VEN A MÍ, AMOR MÍO!...
Cada sonido de mí permanente grito
Hizo estremecer el universo.
Dios escuchando mi desconsolado anhelo,
Permitió el tan ansiado encuentro.
Hoy he sido yo la que ha vibrado con
Tú presencia.
Aquí, en este hoy, en este ahora puedo
Amarte como aquel día que amándote
Más allá de la existencia misma,
Te dije adiós, renunciando a ti.
PATRICIA.
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Poema publicado el 06 de Septiembre de 2011
RENUNCIACION
Cuando te vi aquel día,
Todo mí ser se estremeció.
En aquel momento comprendí,
Que nuevamente ¡Eras tú!...
EL hombre, que he amado
Durante todos los días de mí
Continúo renacimiento.
Fue la vibración de tu voz,
Que tocó en mis sentidos.
Fueron tus ojos,
Los que alertaron mi alma.
Anunciando por fin el rencuentro,
De nuestras almas extraviadas.
Comprendí por la sonrisa tu rostro,
Que nuevamente nos habíamos enlazado.
En este ahora, simbolizando el aquí, en un
Intenso hoy.
Entendí, en ese instante enfatizado,
Que Dios, el Universo y el Destino
Nos habían vuelto a unir, entonando
Un vals sin fin de indestructible amor.
Librando todos los obstáculos,
Ahora estabas frente a mí,
Anunciando con alegría, el
Reencuentro de nuestra
Inalterable pasión.
¡Al fin me habías encontrado!...
Después de tantas vidas encarnadas.
Entonces confirme, que tú eres en mí,
¡El fuego inagotable del amor!...
¡Comprendí que eres y serás,
La permanencia absoluta del amor eterno!...
Alcanzada por el impacto del reencuentro,
Puse atención a tus palabras.
Palabras que fluyeron con intensa
Sinceridad y calidez.
Con iluminada firmeza me revelaste
El secreto de nuestras vidas.
Aquel día,
¡Viajamos por el tiempo!...
Tú y yo hemos permanecido a través
Del espacio cósmico en constante vibración
De amor infinito.
Entonces recordé aquel sol de la mañana,
Cuando por primera vez escribiste,
¡Te amo!...
Tú sonriendo besaste mi frente,
Besaste mis ojos, besaste mis oídos,
Besaste finalmente mis labios
Y murmuraste mil veces más…
-¡Te amo, te amo!...
Aquel día caminamos tomados
De las manos, hasta que
La luna ilumino la noche.
Con humildes palabras ofrendamos
Nuestro amor al universo.
Hoy nos hemos vuelto a encontrar
Después de tantas existencias pasadas.
Te había evocado por milenios y
Milenios de años y hoy llegas a mí,
Iluminando mi vida, ofreciendo
La paz para mi alma, que sin tí
Vagaba sintiéndose vacía,
Gritando como el eco que se advierte
En las montañas,
¡VEN A MÍ, AMOR MÍO!...
Cada sonido de mí permanente grito
Hizo estremecer el universo.
Dios escuchando mi desconsolado anhelo,
Permitió el tan ansiado encuentro.
Hoy he sido yo la que ha vibrado con
Tú presencia.
Aquí, en este hoy, en este ahora puedo
Amarte como aquel día que amándote
Más allá de la existencia misma,
Te dije adiós, renunciando a ti.
PATRICIA.
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