Arena, amor
Poema publicado el 01 de Febrero de 2010
Para ti, que me recuerdas a las arenas
extrañando tus garras rasgar la cerámica.
Quería terminarse un cariño armado, y se terminó
aquel día, cuando antes había dejado tu olor en mi ropa
mis sales se derramaban bajo mis ojos
la madre de mi madre me consolaba inútilmente
Recuerdo, a fuerzas de la niñez, mi rodilla rota
en recompensa por el maltrato
te recuerdo erguida, cuando yo te hacía estarlo
a propósito, en pos de mi diversión
En algarabía, recuerdo tu éxtasis
cuando a la puerta llamaban
Me mirabas con ojos de apuro
y yo, patán, caso omiso
A tantos años, aún me hacen reír tus cosquillas
y las cosquillas mías a ti solían
extraño a muerte tu color bronceado
la nostalgia me corrompe, cuando en las nocturnas te pienso
Mi nariz se inunda, mis párpados llueven
mis palabras se entorpecen y mi cabeza se inclina
todo, cuando el remordimiento de mi incomprensión
me cercena en las entrañas
Mi memoria te proyecta
no olvido en la primaria, cuando detrás de la misma silla
todos los mediodías me esperabas
cinco de siete mediodías
Me ofusca la intranquilidad
cuando solo me quedo
y débilmente recuerdo que más no estás
como un infante, atrapado en la selva lluviosa
Más que nunca, quiero decirte
aunque en vida jamás pudieras leer o entender
que te amo con tal fiereza
que te adoro con tal fervor
y te extraño con tantas ganas
que mis dolores no pueden igualar el vacío que dejaste en mis arterias
quiero arrepentirme, mortificarme y disculparme
porque en la medianoche, ocupando el mediodía
extraño tu pelaje, tu olor y tus ladridos
añoro tus colmillos en juego perforándome
y me duele el segundo en que aquella bata en aquel hombre
por tu sufrimiento, decidieron acabarlo
y me hizo sufrir más, no sufrir contigo cuando debí
Tú, nunca, me preguntaste nada
y por ello, te amo como a la vida
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Poema publicado el 01 de Febrero de 2010
Para ti, que me recuerdas a las arenas
extrañando tus garras rasgar la cerámica.
Quería terminarse un cariño armado, y se terminó
aquel día, cuando antes había dejado tu olor en mi ropa
mis sales se derramaban bajo mis ojos
la madre de mi madre me consolaba inútilmente
Recuerdo, a fuerzas de la niñez, mi rodilla rota
en recompensa por el maltrato
te recuerdo erguida, cuando yo te hacía estarlo
a propósito, en pos de mi diversión
En algarabía, recuerdo tu éxtasis
cuando a la puerta llamaban
Me mirabas con ojos de apuro
y yo, patán, caso omiso
A tantos años, aún me hacen reír tus cosquillas
y las cosquillas mías a ti solían
extraño a muerte tu color bronceado
la nostalgia me corrompe, cuando en las nocturnas te pienso
Mi nariz se inunda, mis párpados llueven
mis palabras se entorpecen y mi cabeza se inclina
todo, cuando el remordimiento de mi incomprensión
me cercena en las entrañas
Mi memoria te proyecta
no olvido en la primaria, cuando detrás de la misma silla
todos los mediodías me esperabas
cinco de siete mediodías
Me ofusca la intranquilidad
cuando solo me quedo
y débilmente recuerdo que más no estás
como un infante, atrapado en la selva lluviosa
Más que nunca, quiero decirte
aunque en vida jamás pudieras leer o entender
que te amo con tal fiereza
que te adoro con tal fervor
y te extraño con tantas ganas
que mis dolores no pueden igualar el vacío que dejaste en mis arterias
quiero arrepentirme, mortificarme y disculparme
porque en la medianoche, ocupando el mediodía
extraño tu pelaje, tu olor y tus ladridos
añoro tus colmillos en juego perforándome
y me duele el segundo en que aquella bata en aquel hombre
por tu sufrimiento, decidieron acabarlo
y me hizo sufrir más, no sufrir contigo cuando debí
Tú, nunca, me preguntaste nada
y por ello, te amo como a la vida
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Compartiendo el poema con tus amigos en facebook ayudas a la difusión de estas bellas creaciones poéticas y ayudas a dar a conocer a los poetas.