Doncella de luna
Poema publicado el 27 de Mayo de 2013
La dama de los cielos nocturnos, espejo
del alma de la Tierra; que iluminas a los mortales
con tú bello y hermoso reflejo,
tan puro y delicado como una cama de mil rosales.
Te advierto que he encontrado, a una doncella
que te supera en el doble de tus encantos divinos,
es capaz de captar a millares, con sus encantos femeninos,
no existe comparación para tal virgen, radiante y bella.
De mirada dulce e inocente, llena mi alma y la envuelve
en un extraño manto espiritual, que me protege de todo mal,
pero su amor es indiferente, y su mirada de la mía devuelve,
pues su corazón esta atado hacia otro mortal.
Cruel Dios que de tu divino capricho, tiñes mis sueños
de melancólicas ilusiones, que jamás se podrán realizar,
para que creas tan divinos seres con dueños,
que impiden que alcance la perpetua felicidad.
Dime ser divino, acaso puedes además de ser hermoso,
leer los sentimientos escritos en mi corazón,
dame una señal que me diga que no tengo la razón,
y que tengo la oportunidad de formar parte de tu ser vanidoso.
Por ti estoy dispuesto a: abandonar a la Luna,
de ignorar a las estrellas, olvidar a las flores,
y a todo aquello que se sienta a tu altura,
pero no podrán llegar a despertar la misma sensación que produces como, mil amores uno a uno hasta el final.
Maldito destino, maldita divinidad,
porque te esfuerzas en demostrar constantemente tu superioridad,
porque no me permites vivir en la perpetua felicidad,
o acaso son celos de que pueda formar parte de lo más bello de está humanidad…
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Poema publicado el 27 de Mayo de 2013
La dama de los cielos nocturnos, espejo
del alma de la Tierra; que iluminas a los mortales
con tú bello y hermoso reflejo,
tan puro y delicado como una cama de mil rosales.
Te advierto que he encontrado, a una doncella
que te supera en el doble de tus encantos divinos,
es capaz de captar a millares, con sus encantos femeninos,
no existe comparación para tal virgen, radiante y bella.
De mirada dulce e inocente, llena mi alma y la envuelve
en un extraño manto espiritual, que me protege de todo mal,
pero su amor es indiferente, y su mirada de la mía devuelve,
pues su corazón esta atado hacia otro mortal.
Cruel Dios que de tu divino capricho, tiñes mis sueños
de melancólicas ilusiones, que jamás se podrán realizar,
para que creas tan divinos seres con dueños,
que impiden que alcance la perpetua felicidad.
Dime ser divino, acaso puedes además de ser hermoso,
leer los sentimientos escritos en mi corazón,
dame una señal que me diga que no tengo la razón,
y que tengo la oportunidad de formar parte de tu ser vanidoso.
Por ti estoy dispuesto a: abandonar a la Luna,
de ignorar a las estrellas, olvidar a las flores,
y a todo aquello que se sienta a tu altura,
pero no podrán llegar a despertar la misma sensación que produces como, mil amores uno a uno hasta el final.
Maldito destino, maldita divinidad,
porque te esfuerzas en demostrar constantemente tu superioridad,
porque no me permites vivir en la perpetua felicidad,
o acaso son celos de que pueda formar parte de lo más bello de está humanidad…
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