Jesús el mesías
Poema publicado el 05 de Mayo de 2023
JESÚS EL MESÍAS.
En María Virgen llegaste encarnado,
el Espíritu Santo puso la semilla,
fue tu corazón de Cielo y arcilla;
abrazaste al mundo, Dios enamorado.
Hiciste del orbe divino santuario,
como lo anunciaron sabias profecías,
con dolor dijeron que un día el Mesías
Vida ofrendaría en cruento calvario.
En gracia creciste y en sabiduría,
alegre y a salvo, por José cuidado,
y del Padre Dios, Hijo tan amado.
Sobre las tinieblas nueva Luz vendría.
Ya llegado el día, el bautista Juan,
anunció el arribo del Santo Cordero,
el Divino Soplo te marcó el sendero.
Renació la historia en el río Jordán.
Anulando al diablo, luego del desierto,
anunciaste el Reino a tus seguidores,
echaste demonios, sanaste dolores,
y hasta levantaste al que estuvo muerto.
Bendito Evangelio, la buena noticia,
pobres y sencillos vieron la esperanza,
fue tu fiel Palabra bienaventuranza.
Alguien te miraba desde la avaricia.
Fue a Jerusalén, tumba de profetas.
Con cantos y ramos, todos le aclamaron,
y a los pocos días le crucificaron.
Lloran cielo y tierra, lloran los poetas.
©TeodoroDelgadoPalacios
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Poema publicado el 05 de Mayo de 2023
JESÚS EL MESÍAS.
En María Virgen llegaste encarnado,
el Espíritu Santo puso la semilla,
fue tu corazón de Cielo y arcilla;
abrazaste al mundo, Dios enamorado.
Hiciste del orbe divino santuario,
como lo anunciaron sabias profecías,
con dolor dijeron que un día el Mesías
Vida ofrendaría en cruento calvario.
En gracia creciste y en sabiduría,
alegre y a salvo, por José cuidado,
y del Padre Dios, Hijo tan amado.
Sobre las tinieblas nueva Luz vendría.
Ya llegado el día, el bautista Juan,
anunció el arribo del Santo Cordero,
el Divino Soplo te marcó el sendero.
Renació la historia en el río Jordán.
Anulando al diablo, luego del desierto,
anunciaste el Reino a tus seguidores,
echaste demonios, sanaste dolores,
y hasta levantaste al que estuvo muerto.
Bendito Evangelio, la buena noticia,
pobres y sencillos vieron la esperanza,
fue tu fiel Palabra bienaventuranza.
Alguien te miraba desde la avaricia.
Fue a Jerusalén, tumba de profetas.
Con cantos y ramos, todos le aclamaron,
y a los pocos días le crucificaron.
Lloran cielo y tierra, lloran los poetas.
©TeodoroDelgadoPalacios
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