A mis bellas y trabajadoras golondrinas.
Poema publicado el 12 de Marzo de 2013
Las golondrinas, que según narra la leyenda,
quitaron, con paciencia y delicadeza franciscana,
las espinas de la corona de Jesús,
mientras agonizaba,
murieron en la más espartana pobreza y soledad,
olvidadas de los dioses y los hombres.
Las golondrinas, que el poeta Gustavo Adolfo Becquer,
utilizó y programó a su antojo
en su sobado y trillado poema,
murieron en la más absoluta indigencia,
porque el autor,
y la Sociedad General de Autores Españoles, (S.G.A.E.),
malversaron y dilapidaron sus honorarios,
en concepto de derechos de autor
y de la propiedad intelectual compartida.
Algunos dioses y muchos poetas,
merecen nacer, vivir y morir
dentro de una ambuesta de barro,
bajo cualquier alero de un tejado cualquiera.
del poemario.
"El banco rojo".
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Poema publicado el 12 de Marzo de 2013
Las golondrinas, que según narra la leyenda,
quitaron, con paciencia y delicadeza franciscana,
las espinas de la corona de Jesús,
mientras agonizaba,
murieron en la más espartana pobreza y soledad,
olvidadas de los dioses y los hombres.
Las golondrinas, que el poeta Gustavo Adolfo Becquer,
utilizó y programó a su antojo
en su sobado y trillado poema,
murieron en la más absoluta indigencia,
porque el autor,
y la Sociedad General de Autores Españoles, (S.G.A.E.),
malversaron y dilapidaron sus honorarios,
en concepto de derechos de autor
y de la propiedad intelectual compartida.
Algunos dioses y muchos poetas,
merecen nacer, vivir y morir
dentro de una ambuesta de barro,
bajo cualquier alero de un tejado cualquiera.
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