No es posible pasar página.
Poema publicado el 05 de Junio de 2012
Algo muy gordo tienen que ocultar
los que quieren pasar página a todo trance.
Algo muy gordo tienen que ocultar,
cuando aquel fatídico domingo por la mañana,
las calles de Monasterio de Vega,
presenciaron rabiosas y mudas a la vez,
el criminal y asesino "paseo", de dos de sus vecinos,
un joven inocente y ejemplar donde les haya,
y un trabajador honrado de cuerpo entero.
Algo muy gordo tienen que ocultar,
cuando en el pueblo cercano de Becilla de Valderaduey,
sus cuerpos asesinados permanecieron al relente
todo el resto de su muerte,
detrás de una caseta de obras públicas,
frente al pueblo.
Algo muy gordo tienen que ocultar
los que quieren pasar página a todo trance,
cuando pasados varios meses,
perros de la citada localidad terracampina,
mordisqueaban mientras rodaban por sus calles,
las dos calaveras, limpias como la patena,
mientras la gente cobarde y canalla del pueblo
cuchicheaba con complicidad civil y religiosa:
-Son los dos "paseados", que trajeron de Monasterio.
Algo muy gordo tienen que ocultar
los que quieren pasar página a todo trance.
Primero, tendrán que pagar por ello,
y después ya hablaremos entre todos,
si pasamos página, o no la pasamos.
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Poema publicado el 05 de Junio de 2012
Algo muy gordo tienen que ocultar
los que quieren pasar página a todo trance.
Algo muy gordo tienen que ocultar,
cuando aquel fatídico domingo por la mañana,
las calles de Monasterio de Vega,
presenciaron rabiosas y mudas a la vez,
el criminal y asesino "paseo", de dos de sus vecinos,
un joven inocente y ejemplar donde les haya,
y un trabajador honrado de cuerpo entero.
Algo muy gordo tienen que ocultar,
cuando en el pueblo cercano de Becilla de Valderaduey,
sus cuerpos asesinados permanecieron al relente
todo el resto de su muerte,
detrás de una caseta de obras públicas,
frente al pueblo.
Algo muy gordo tienen que ocultar
los que quieren pasar página a todo trance,
cuando pasados varios meses,
perros de la citada localidad terracampina,
mordisqueaban mientras rodaban por sus calles,
las dos calaveras, limpias como la patena,
mientras la gente cobarde y canalla del pueblo
cuchicheaba con complicidad civil y religiosa:
-Son los dos "paseados", que trajeron de Monasterio.
Algo muy gordo tienen que ocultar
los que quieren pasar página a todo trance.
Primero, tendrán que pagar por ello,
y después ya hablaremos entre todos,
si pasamos página, o no la pasamos.
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