El aguila y la liebre
Poema publicado el 01 de Agosto de 2009
EL AGUILA Y LA LIEBRE
I
El águila avizora desde lo alto del
(Peñasco),
la lumbre de oriente que permanece en su
(Regazo),
y mientras el aire resopla por el
(Campo),
las plumas del águila se extienden como el
(Arco)
II
Mientras que la liebre come hierva
(Facinerosamente),
no se da cuenta del peligro que le
(Advierte),
el olor del trigo es mucho más
(Fuerte),
y la sangre de la liebre demasiado
(Caliente)
III
El águila desde el sempiterno
(Azul),
prepara sus garras como la bestia
(Salvaje),
apunta su pico como rayo
(Destellante),
hacia la liebre que huye con temor
(instintivamente)
IV
Truenos, centellas que pican la
(Ambrosia),
deambulan nubarrones encinta de
(Madeja),
las plumas yacen inertes impávidas ante el
(Deshojo),
agujerada la tierra por las garras de la ave de
(Rapiña),
V
las sombras terrenales del néctar de los
(Dioses),
encumbran el halito falaz de aquella tarde
(Oscurecida),
y del vientre del paraíso artificial tristemente
(Encarnecida),
¡Oh! destierro que augura con menester la trémula
(Lozanía)
VI
La paciencia engrandece la sabiduría del
(Águila),
la prudencia embalsama la nobleza de la
(Liebre) ,
allá en tramontana se esconde el azar del júbilo
(Inmortal)
Como una leprosa que escapa de su más grande
(Mal).
Poema publicado el 01 de Agosto de 2009
EL AGUILA Y LA LIEBRE
I
El águila avizora desde lo alto del
(Peñasco),
la lumbre de oriente que permanece en su
(Regazo),
y mientras el aire resopla por el
(Campo),
las plumas del águila se extienden como el
(Arco)
II
Mientras que la liebre come hierva
(Facinerosamente),
no se da cuenta del peligro que le
(Advierte),
el olor del trigo es mucho más
(Fuerte),
y la sangre de la liebre demasiado
(Caliente)
III
El águila desde el sempiterno
(Azul),
prepara sus garras como la bestia
(Salvaje),
apunta su pico como rayo
(Destellante),
hacia la liebre que huye con temor
(instintivamente)
IV
Truenos, centellas que pican la
(Ambrosia),
deambulan nubarrones encinta de
(Madeja),
las plumas yacen inertes impávidas ante el
(Deshojo),
agujerada la tierra por las garras de la ave de
(Rapiña),
V
las sombras terrenales del néctar de los
(Dioses),
encumbran el halito falaz de aquella tarde
(Oscurecida),
y del vientre del paraíso artificial tristemente
(Encarnecida),
¡Oh! destierro que augura con menester la trémula
(Lozanía)
VI
La paciencia engrandece la sabiduría del
(Águila),
la prudencia embalsama la nobleza de la
(Liebre) ,
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Como una leprosa que escapa de su más grande
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