Increiblemente pequeños poemas diversos esperanzados o no , parte 2
Poema publicado el 19 de Julio de 2011
A mi madre
Ella es el centro de la tierra humedecida con sudor y silencio tempraneros
desde donde yo broté y me multipliqué por más de dos
ella es el eje donde rotamos los ocho atornillados en engranajes pertinentes
ella encharcada hasta la cintura sonreía porque ese era el pan
o el medio pan de cada día
que no venía a pedido de garganta
sino a fuerza de recorrer caminos que no están en los sueños adolescentes
siempre con su rostro decisivo y apuntalado
siempre
con sus pies encallecidos y ensanchados
siempre
con raras excepciones
caminó con pasos firmes y contables de espalda a la noche en la dirección trazada por millares de estrellas que escapaban inexplicablemente
a veces aceleraba sus palabras que nos arrastraban al ladrido de los perros
al trágico maullido de los gatos sediento de amor
y un extraño ronquido de un residente al doblar la esquina nos hacia añorar el sueño poco antes interrumpido
todo aquello en el silencio del amanecer
no podíamos quedarnos atrás
o éramos víctimas del día que comenzaba
ella con pasos fuertes y agigantados
arrastrando la mirada sobre el césped
el asfalto
y el polvo
nos trazaba la ruta cargada de fantasmas que cruzaban las alambradas
sin agacharse
porque aquello no era de esperarse
pero era de cumplirse según su palabra
porque su palabra si era el pan o el medio pan de cada día
no era sorprendente un parroquiano con olor a tabaco silbar atemorizado
o satisfecho
porque nosotros abriríamos con él las espesas rendijas de la noche
al borde de la ruta trazada por una estrella fugaz que se detenía al despuntar
la mañana
nosotros fuimos y regresamos tantas veces al mismo lugar
a diferentes lugares
nosotros fuimos tantas veces como regresamos.
A Oliver
Todo se perdió en la juguetona ruta que trazamos
en tus apenas cinco años de saltos tempraneros
te fuiste cuando aun no había brotado del fondo de las mariposas
quienes abandonaron el tiempo y la ruta que les trazó tu sonrisa desvanecida
en esta terrible circunstancia
todo fue tan breve que a estas alturas
seis años después
te siento tan lejos y tan impredecible
y te confieso que no puedo ubicarte en ningún espacio
en ningún tiempo
sin embargo todo lo que tiene vida lo relaciono contigo
aquellos niños desnudos y casi cimarrones
aquel ruiseñor
aquella mariposa de vuelo saltarín confundida en el jardín de pétalos caídos
y el escarabajo
todo aquello que cruza mis puntos cardinales en rutas trazadas por sus instintos
y se da por entendido que en mi lo era todo
era la salida
la llegada
era un constante adiós con tus manos en movimiento pendular
que gran amigo es mi papa dijiste al ritmo de la melodía del último rayo de sol
esa tarde
no sabias que a partir de ahí todo seria tan breve
y saber que yo había recuperado mis sueños infantiles
y siento no haberte dado lo que merecías
ahora que no estás aquí
te fuiste en un vuelo de nubes cargada de espanto y sin regreso
hoy recuerdo tu última sonrisa
ya no había orcoiris en ella
Ahora que estoy a tiempo
En este mundo tan globalizado
donde el tiempo tiene serios indicios de pasado y futuro
y el presente es casi imperceptible
no somos hombres fijados con alfileres de cabezas doradas en los murales antiquísimos de esta vieja ciudad indiferente y acorralada
somos el expreso que irriga el vientre de la esposa aventurera
en la tibia penumbra de una noche lunar
la esposa con piel de seda
destellada en la cálida ternura de la aurora boreal
tu detienes el vuelo de las mariposas que rondan el óvalo de mis ojos
en el instante preciso en que te observo arrastrar el ruido de tu hermosura
hasta mi convulsionado interior
ahora que no hay nada que ocultar
puedo
porque estoy a tiempo
quedarme fijamente mirando la silueta de la luna
a través de las nubes erosionadas en esta noche nerysina
Afecto
Mi amor y mi afecto cabalgan raudos
con anteojeras
definitivamente encarrilados y sin concesiones
dejando huellas como puntas de alfileres en el viento seducido
que ellos arrastran en ruta hacia tu entorno
y sin metas tu has ido forjando en mi un instinto cautivo
una ruta cautiva
un entorno alineado por la rigidez que impones con tu balanceada firmeza
y con esas aviesas andanzas extrañamente pertinentes
hasta los más indiferentes ruiseñores
avistan como me cautivas con tu reír y callar
con tu ir y venir inesperados
que como un péndulo en movimiento finito equilibran mi amor y mi afecto
mi amor porque en él pongo todo mi empeño cotidiano
mi afecto porque en él está toda mi tolerancia
mi amor porque en él se ciñe la vida temporera
mi afecto porque en él se cobija la confianza
mi amor porque en él termina el ego
mi afecto porque en él se desvanece el temor
mi amor porque en él se abriga la ternura
mi amor y mi afecto porque ellos me consagran
porque ellos me dedican y me fortalecen como una salvaje estampida
que deja desnudo el comino perdido que hicimos a fuerza de andar a plantas
de pies firmes y puntillas
mi amor y mi afecto no se amilanan aun en la más difícil ruta que trazas cuando das
la espalda sin mirar atrás en dirección a lo preconcebido
y ya ves te amo menos infinitamente que lo que te aprecio
tu llevas por dentro la música que robaste al viento al brotar sonriente la mañana
apuntalando el camino a seguir inscrito en la senda inequívoca
mi amor y mi afecto son el final de la ruta que trazaste a propósito
Ahora
Ahora
frente al monumento ágil y casi centenario
observo la lluvia arrastrar el viento bajo las luces de las lámparas de neón
algunos asiduos parroquianos escapar de esta sorprendente ternura
y yo bajo el toldo agonizante
con los brazos cruzados por el frío o por tu ausencia
pienso como me llevas contigo bajo la sombra de este techo impenetrable
sabes que la lluvia recrudece nuestros instintos
y te busco en cada entorno invadido por escasas luciérnagas estelares
Alondra
Eres la alondra que vuela a ras de mis intensiones
y a fuerza de contener con tu pecho puntiagudo los segundos que me asedian
solo tu tienes el tiempo necesario para enfrentar las mariposas
que transitan en mis sueños.
Aquella ciudad
Yo había abandonado aquella ciudad
antes de que la partida del tren dejara de ser un rumor perdido entre voces nostálgicas
yo había visto su última travesía en una tarde sudorosa
y a los adolescentes posar sus oídos sobre las vías que inesperadamente dejaron
de crujir petrificado en el ultimo silencio que jamás despertó
en esa coyuntura perdimos el tranvía
perdimos el humo negro en forma de antorcha
y el afán del maquinista lo perdimos también.
Aquí estoy
Aquí estoy
trillando el camino que tu marcaste con tus alas templadas como una mirada fija
en el tiempo erguido
aquí estoy al lado de esta puerta cerrada salpicada de la lluvia inesperada
arrastrado por estas corrientes musicales en oleajes finamente concebido
al ritmo de tu sonrisa centenaria
Aquí tu y yo
Aquí tu y yo
perfilándonos como buenos ancianos con la vista fija en el crecimiento
que no percibimos de la indudable patricia
acomodando la historia para no ser regañados por la indolencia
de los incesantes transeúntes
jorobados más por el alcohol que por los años
en estos años de presbicia necesito acercarme
y sin embargo yo también me caigo de cabeza y hombros
y si tengo sonrisa es porque en mi rostro se refleja la tuya
porque hace tiempo la vi caer entre mis pies como cristal despedazado
y allí infinitas veces tu sonrisa milenaria
debes saber que solo sonrío porque creo llevar tu dulzura conmigo
Aun cuando no sabía de ti
Aun cuando no sabía de ti
te observaba rondar en el óvalo de mis ojos
como gaviota pescando el silencio en el entorno de la sonrisa del alba
y metiéndose en las acuciantes brechas del entorno
se forjaron las marcas indelebles en nuestros cuerpos
rumbo al fin de los sueños cautivados
ya en el recodo de los años intermedios la brújula torció su pico hacia el suelo convulsionado
perforando los sueños marcados en nuestros rostros
y las luciérnagas nacidas en cada estornudo
aun cuando no sabia de ti
te observaba en cada vuelo de mariposas
Barbero
Barbero es un nombre que a veces usamos en la distancia compungida por la edad paterna
y que al oírlo construimos en nuestra memoria un conglomerado rural
silvestre
con cayenas en las aceras humedecidas por el llanto de las nubes parturientas
y que solo está en el diccionario sin alfabeto que construimos de adolescentes
nosotros en nuestras andanzas también construimos caminos que hoy recorren hijos de padres contemporáneos
ahora barbero ya no es la frontera
ni el cruce del puente en ruta al cementerio
ni el cruce del ferrocarril
solo es el recuerdo de la riada en la memoria de los que todavía recuerdan
el caballo blanco arrastrando la carreta fúnebre
barbero era una ciudad
era un río que fluía en la cristalina corriente del recuerdo
y cuando suelo caminar por la memoria
me doy cuenta que de aquel lugar solo yo he cambiado
el mismo cause del río
las mismas calles
los mismos arboles sino parecidos
los mismos muchachos maroteros
el mismo Fefelo el flaco a toque de viento cálido
los mismos profesores
la misma álgebra
el mismo barbero
solo que ahora corre por él la nostalgia que desemboca por cada calle interrumpida
allí la tierra no gira tan rápido alrededor del sol
gira veloz alrededor del ir y venir de los que traen marcadas sus espaldas
a este pueblo que ocasionalmente llamamos barbero le cortaron las alas
en la soberbia aurora que retoñaba con el silbido de viento del otoño
y pienso que habrá una nueva oportunidad aunque no haya alas ni hojas caídas
Cálido
Doy vueltas en el recodo cálido de tu memoria vaga
viajando en un sinfín carrilero en el eje de tus ideas a veces un tanto tórridas
y allí un ventilador esparce tu sonrisa más allá de la aurora que hay en tu entorno
venciendo el silbido del viento perturbado
Conteo Regresivo
Todos aquellos que supieron el conteo regresivo murieron
y yo todo poderoso decreto que a partir de hoy
todos aquellos que no sepan el conteo regresivo morirán también
porque aquí las faltas no se tapan
se borran
Ellos y nosotros
El tiempo apuraba para comvertirse en pasado imperfecto
en ese instante originarios abandonaron el vértice
y marcaron otras tierras habitadas por ellos mismos
ellos y nosotros cantábamos la misma canción en el mismo lenguaje
hasta que se desprendió la tierra
ellos habían aparecido en el pangea
nosotros en el cretácico
pero antes la estampida y nosotros nos quedamos sin elefantes y sin invierno
en el vértice había tantas confusiones
unos mataron a otros
otros esclavizaron a cientos
cientos marginaron a miles y miles a millones
nosotros no nos hemos levantado todavía del estiércol y del fango
ellos y nosotros debimos destruir el vértice antes de nacer
porque ahora nosotros traemos la nostalgia de la multitud dispersa
Esos niños
Esos niños que juegan agarrados de la mano como carrusel
no saben de ayer
no saben de hoy
no saben de mañana
ellos no manejan el tiempo necesario para conocer la rotación de la aurora
la infinitesimal evolución de la vida circundante
ellos solo saben de mariposas
de arcoiris
de nubes que se acurrucan como animales flotantes
Esta vieja ciudad
Esta vieja cuidad es como una aureola en forma de caracoles
con superficies almidonadas quebrándose al paso del sol amurallado
y allí frente a la mirada fija de millares de inocentes palomas
el portón de la catedral tragando soles hasta dejar el día sin aliento
y metiéndose la noche
el gruñido de las adolescentes peleándose el pene de un italiano o francés
sin importar la indiscreción de los parroquianos
el ladrido de los perros
el oído de las paredes o la ternura de la noche
esta vieja ciudad ha remozado sus marcas coloniales y las imágenes octubrinas
en los surcos marinos dejados por cada fantasmagorizado barco de velas
y las multitudes que van o vienen por las mismas callejuelas
se han remozado también
cuidándose de no usar las mismas palabras que don Diego
el mismo grito de montesino
y las inestables danzas de los caballeros y doncellas apabullados del mismo fornicar
bajo las velas encendidas en el rito católico.
He venido
He venido desde lejos
multiplicando pasos y besos
contando cadáveres de estrellas diurna para echarlas a tus pies
he venido desde lejos para reiterar que somos una estela de hechos inconclusos
en este retorcido universo empujado a pasos agigantados hacia sus propios abismos
Hoy
Hoy
tu cuerpo se ha reducido hasta la hermosura escalofriante
y como resplandecientes soles
el destello de tu sonrisa
que es la espada con que me apabullas en esta batalla de sueños eternizados
ella atraviesa los muros y las distancias convulsionadas
y se fija en mi como una memoria milenaria
hoy
a pasos estacionales
entre los ayeres y los después
estoy danzando al ritmo de la música de tu tiempo
atrapado en un nudo que retuerce mi garganta y me quiebra el lenguaje
hasta quedarme sin palabra
o lo que es lo mismo
sin poder decir te quiero
que linda estas
Inmemorables
Desde tiempos inmemorables hemos visto pasear las gaviotas
a través del hilo gris del atardecer
rumbo al filo de lo imprevisto
con desesperado silencio de muerte
y que está quedando en el vértice añorado por las doncellas celestinas
solo el fondo oscuro y turbio del crepúsculo
porque vinieron enormes redes y arrastraron tumbas
tumultos y los más aguerridos sobrevivientes
para que todo estuviera vacío en el advenimiento
pero no pudieron deshacer los puertos minados con millares de sonrisas adolescentes
recordemos que no habrá sueños
ni huecos
ni muros
ni eternidades
tampoco nosotros para narrar las nuevas crónicas poscolombinas
La muerte de los perros
En el fondo de esta ciudad atardecida
marchan los perros tras los automóviles veloces y humeantes
con ladridos armonizados en el tiempo letargado
hasta alejarse juguetones al doblar en una esquina convencional
el más viejo marcando sus pasos de final abrumador de zafacones y carnicerías
atenuado por la espera sofocante
el golpe del muchacho vagamundo
y el aullido lejano
lo empujan al final austero bajo el piso de la antigua casa de madera
frente a la olvidada estación del ferrocarril en el centro de esta ciudad quejumbrosa
y centenaria
sin aplausos
sin el recuerdo de los trenes de carbón
sin oídos ni voces para clamar y dejar de ser ciudad arrinconada
ciudad de ladridos nocturnos como queja o llanto de perro solitario
que a decir de los antepasados anuncian la muerte
en cualquier lugar
en cualquier momento
y sin dejar huellas
otra manada de perros sin sueños deambulan entre la amenaza y el miedo
a ellos al igual que a nosotros
nos amenazan las generaciones que nos empujan a fuerza de multitud perturbada
nosotros también marchamos a saltos sobre los travesaños de la vía del ferrocarril
al ritmo de los tiempos de adolescentes
sin referencias y con grandes sueños que se fortalecen o se debilitan
como el movimiento pendular finito de una mano diciendo adiós
ello produce la misma nostalgia que la muerte de un plantel de mariposas encantadas.
Mi vía latea
Mi universo solo tiene una estrella que flota onduladamente
la cual llevo conmigo en mi entorno estelar
y me envuelve como un serpentín en flujo de ida y regreso
esa estrella eres tu
quiero y ansío besar su luz cráteres
y su silueta en el mar
Nostálgico o triste
Cuando la lluvia cae
empieza uno a sentirse nostálgico o triste
como la otra tarde
frente al silencio que guardaron tus ojos salpicados de ternura
cuando la lluvia cae le vienen a uno recuerdos
como los de ayer teñidos de árboles grises
como los tuyos teñidos con esta sonrisa de antaño.
Nuestro amor
Nuestro amor es una espiral hacia la muerte con escaleras de segundos
en un instante preciso marcado a destajo
en este anclado sin fin vespertino
y abrumado por el desamor he gastado este tiempo
mirando pasar apresuradas las nubes que se quedaron atrás
en su interminable carrera de ida
nuestro amor no hizo rondas
ni escuchó serenatas en las madrugadas tibias o frías
ni consejeros
no tubo astucias
nunca despertó trémulo porque nunca tubo auroras.
Olor a lluvia
Con olor a lluvia despertó la mañana
soberana erguida y tartamuda
tratando de ignorar las ambigüedades del tiempo sudoroso
y el ímpetu del sol apantallado al florecer el día
marcaban el sendero implacable que nosotros ayudamos a construir con nuestros pies encallecidos
el era el camino sin rótulo que todos leíamos y conocíamos
nosotros construimos también las alambradas interminables que bordeaban nuestros recuerdos.
Mayo 6, 1998
Perfil
He caminado hacia tus alrededores a través del marco de tu sonrisa cargada
de silencio
con el temor de ser envuelto por las llamas que brotas
y el goteo de tus pasos marcados fijamente más allá del asfalto y del concreto
este es el desafío en el entorno de tu austera postura
levantar tu rostro mientras sonríe impecablemente
levantar tu cuerpo tibio mientras te desnudas vergonzosamente al ritmo
de lo impredecible
ya no hay barreras para lo expresado justo a tiempo
ellas se quebraron con el último grito del amor arrodillado entre espinas y jazmines
lógico parece ser que no he podido desatar el nudo que retuerce mi garganta
y me quiebra el lenguaje
y no se que hacer frente al remolino tenaz que no me libera
y que yo no quiero que me libere
el es mi movimiento en este augurado perfil fertilizado con tu impresionante destello
déjame entrever que crecemos
en este vertiginoso andar de espalda hacia lo reiterativo
déjame entender que crecemos
apostados en el filo de esta desbordante hilera de ternura. y que no se rompa
antes debo recoger el sudor de mis manos temblorosas
en la proximidad de tu andantina figura
que no se detiene al inicio o final del sendero indeleble que dejaste a propósito
nosotros somos hijos de la propuesta soberana de estar sobre la faz tierra
y dejarnos llevar por el instinto de esta quebrantada soberanía
porque con este privilegio
a duras penas podrán reprocharnos el atrevimiento de romper la barrera del silencio y del desbordamiento
tu y yo no podemos detener el río cuando crece
el río debe desbordarse a su antojo
y cuando las aguas retornen a su cause
que se desborde de nuevo
y no dar oportunidad a los saltos del calendario lunar
es ahora nuestro tiempo
mañana será el tiempo de los demás
porque ellos nos desplazarán sin rencores
recordemos que todos “somos sobrevivientes del día que acaba de pasar”
y endurecido tu cuerpo labrado con azadas y llamas
has podido construir caminos a fuerza de andanzas
donde cada paso es una cima antorchada y el gesto lúgubre de una interminable hilera de mirones descansan sus ojos en la distancia enturbiada por los nubarrones
esos nubarrones que se espantan cuando abandonas tu cubículo
porque a decir verdad
tu tienes la hermosura que me hostiga y me empuja hacia tu entorno
Quiero
Todos hacemos una vida de interrogantes a veces apresurada e inconclusa
otras veces callada como una ciudad tierna
pero quiero a riendas sueltas
recorrer sin comas ni asteriscos
todas tus exageraciones inconclusas
y aclamo para que un virus destruya tus programas y los míos
se apague este entorno de muros incesantes construidos de segundos
que no se aplacan
hay en tus alas la música que levanta el viento alrededor de lo que tocas
como la sinfonía que brota de tus ojos cuando buscas afanosamente
en tus alrededores lo inesperado
más allá de ti no hay nada más que la silueta del recuerdo
y tenemos a nuestra disposición la palabra hecha a fuerza de intensiones pregonadas en la dirección del viento que se multiplica y se repite cuando despiertas la mañana
tu eres el ruiseñor que esparce su música al despuntar el día
mientras nos dispersamos minuciosa o apresuradamente en el interior del hoy convulsionado.
Solo
Tu estas solo
y que bueno que estas solo
porque ahora sientes estar en la línea de la guillotina
con la que cortaste el grito de tu pueblo
mejor dicho el grito del pueblo de los demás
pero ese grito se levanta del polvo de chile
y te retuerce los oídos
ya no hay público en tu escenario que te ayude con el remordimiento
yo se que esta soledad es tu soledad de ayer
solo que ayer estaba envalentonado con la música de la metralleta
con la que mataste a miles de Allende
centenares de Neruda
decenas de Víctor Jara
y como es lógico una lista interminables de anarquistas indocumentados
con esa misma música
con la que mataste el vuelo de los pájaros cantores de libertad
le abriste las endijas a las sanguijuelas
y desangraron a este chile clamoroso
mientras le ponía música alcohol y sangre a tu soledad
ahora estás viviendo el juicio de la historia
porque siempre creíste que las arrugas acabarían primero con la historia
que contigo cuando estuviste en el borde supremo de la ignominia
que ingrata es la historia señor Pinochet
y saber que te sientes ahora como un cerdo con el lazo en la garganta
apretado por multitudes que te reclaman
y ahora tu único amigo cuelga en tu cintura y se pudrirá contigo
y alguien te escribirá diciendo la tragedia es ave migratoria
…………la tragedia es ave migratoria
Mario Benedetti
Somos materia
Mira cuan difícil es mantener en silencio la materia viva en tu cautivante entorno
porque a decir verdad es tu sonrisa la que me multiplica
la única capaz de quebrar mis paredes cuando justamente cruzas el pasillo
de semiluces rectangulares
tu motivas mis palabras fluyentes y cautivantes
no interrumpas el torrente que me arrastra hacia nuestras desigualdades convergentes expresada a través de la palabra justa
en el momento preciso en que se desvanece este marco lógico trazado por la infinita marcha de esta apacible historia
claro no tengo perfiles asociados a ti en la referida imagen de estos estereotipos
porque sin dudas tu llevas siempre una aurora contigo
y me detengo frente a tus soles tempraneros
donde también me multiplico por lo menos por dos.
Viento verde
Esas ramas
mira como mueven el viento verde y desorientado en este instante en el que partimos
con los bríos vencidos de tanto escuchar sin que fueras tu
ahora te siento tan lejos y callada
sin embargo yo espero
la ruta termina en mi pecho
que hoy está atosigado de barreras y temores
Yo seré austero
Cuando yo haya cerrado los ojos y las puertas
roto los cristales
no me busques porque no estaré
estaré buscando flores azules cielos rojos o púrpuras
gargantas infladas pechos desnudos
y me notarás austero en mis recuerdos en mis andanzas
seré tan austero que no respiraré en las multitudes ni me quejaré
ni me fijaré en la lejanía ni miraré levantarse el sol distante erguido y ajeno
ni miraré el reloj ni hojearé los estatutos ni el larousse
y estas viejas revistas irán al zafacón
apagaré el abanico kdk la estufa y la linterna
no abriré el refrigerador ni encenderé el televisor
tampoco escucharé la música pop ni el rock`n roll y de verdad lamento el esfuerzo
de paganini y el de tu sonrisa esparcida en el viento
seré tan austero que ni siquiera podré decir que estaré mañana en la antesala
de la puerta rota que percibimos de antemano
ni colocaré barquitos de papel en el torrente que se arrastra por las aceras
terminando cada lluvia
nosotros no debemos atrincherarnos en esta álgebra de sonrisas y adioses
y mucho menos sembrar atajos para detener los más oportunos recuerdos
que se tejen en nuestras memorias
yo seré austero tan austero que no me atreveré a diferenciar las luciérnagas
de las estrellas
tampoco construiré arcoiris sobre las aguas del río soleado como solía hacerlo
en la adolescencia
yo seré austero
tan austero
y sin embargo cuanto podré decir que te quiero.
Nos habíamos negado todo
Somos el estruendo de la multitud entretenida
la extensión de la palabra cuando ya no hay respuestas
cuando ya no hay alambradas ni muros que violentar
cuando no hay entusiasmo en el grito de los transeúntes
en el vuelo de la paloma
en la cadencia de los que siguen con esmero tu danza de gaviota fluyente
somos la mira que apunta con angustia a los intrépidos que nos acusan
que nos hieren con estadísticas pueriles
que nos cortan las venas por la que fluye este inexorable amor
hubo instantes en que nos negamos la palabra
nos habíamos negado todo
incluso cualquier gesto
y hoy he estado jugueteando en las huellas que dejaste tras cada ida y vuelta
desde tu cubículo
he estado con ello entreteniendo el recuerdo para que no se estirpe
del curso que dejó tu partida
ahora tu recuerdo es tan agudo y penetrante como un hilo de silencio cortando
mi silueta.
Te advierto
Te advierto que esta rutina sin descanso tiene puntas de alfileres
el rostro desdoblado
y una hiriente carcajada que violentó las paredes
la que de manera inusual siempre estuvieron apoyadas a tu espalda
tu antiguo cubículo luce como una guarida impropia
ahora que no estas
a ese cubículo le eliminaron la retórica la ida y vuelta
donde hemos estado perdiendo auroras rutinas y silencios a medida que llega la tarde
ahora se ha llenado de paredes que no existían
de colores que no eran los tuyos
ya no hay proverbios en las paredes
ni afanes
ni faroles
ni surcos en la alfombra
ni aromas
ni líneas ocupadas por lo que me irritaba
las ocurrencias y las felpas se marcharon contigo de buenas a primeras
y los propósitos se enquistaron en tu tiempo decidido y tuteante
ya las mañanas abandonaron el perfume que era tu perfume
abandonaron su fluencia que era tu fluencia
y dejaron el pino sin silbido
los ruiseñores sin su canto
y la aurora sin tu música.
He vuelto sobre tu recuerdo
He vuelto sobre tu recuerdo
a revolotear las hojas caídas desde hace tiempo
como lo hacía de niño en los cacaotales sin importar el riesgo
he vuelto a explorar los charcos junto a los muchachos después de crecido el río
contar hasta más de cien las vueltas que le dábamos al parque sin importar la lluvia
y la indiferencia de las muchachas que siempre se marchaban antes que nosotros después del concierto
así eran las noches del domingo en el parque que siempre se dormía justo ido nosotros
sin importar el aullido melancólico de los perros realengos
la música del bar que se apagaba al compás de los pasos tambaleante del último parroquiano que se marchaba mirando el reloj confundido
decidido a quebrantar la tristeza que apuntaba la noche
y el cocuyo que cruzaba veloz cortando el silencio con su linterna de nácar hasta perderse
y la despedida obligatoria que provocaba la lluvia que apenas sentíamos
y que observábamos en la copa de la única lampara casi apagada al final de la calle
he vuelto sobre este barbero
que de tanto irme me ha olvidado
he vuelto sobre el recuerdo de las fiestas de palos carentes de mitos
sin Ana Iza
belié belcan
y demás intrusos
he vuelto sobre el recuerdo de Julio y Alicia Rojas
ellos fueron el estandarte que todos erigimos sin componendas
que bueno que ya no está el latín en la misa del domingo
tener que viajar tan lejos
cruzar la mañana unas veces nubosas
húmeda
y fría
para no entender nada
teniendo cuidado de no contar las estrellas fugases so pena de enterrar
la abuela o el abuelo en vista de que ya los bisabuelos no estaban
no voy a negar que me causaba miedo todo aquello
pero ahora después de estas andanzas entiendo que tenían razón
ellos habían contado millares de estrellas fugases
y sus abuelos y bisabuelos no estaban
yo he contado centenares de estrellas fugases y ya mis abuelos no están.
Tu entiendes
Tu entiendes como yo te percibo
arrogante y sumisa
parca y fluyente
vil y amorosa
mía y ajena
ahora
yo no entiendo como me percibes tu
pero quiero que hagamos un ejercicio convincente
yo camino cabizbajo y paso frente a ti no levanto mi rostro ni la mirada
tu dirás que soy orgulloso
yo estoy parado frente a ti y te hago las mismas preguntas
y te reclamo lo mismo
tu dirás que soy terco
pero si tu estás erguida en aquel lugar por ejemplo y yo te invito
mueves tus hombros manos y cabeza en un gesto para que yo decida
y te sonríe
entonces tu dirás que soy afable
¡ves!
que yo no entiendo como me percibes tu.
Déjame escuchar tu grito
Déjame abrir tu garganta y escuchar tu grito ensordecente
y lastimero
déjame escuchar tus palmadas en las paredes como gesto impotente
tu silenciado canto frente a la multitud que te grita
que te reclama
déjame encender la luz a esta hora ya que todo se ha apagado
déjame recoger a manos llenas la lluvia que moja tu sonrisa precisada
quiero resurgir como tu voz pregonera bajo el torrente
como tu grito en las noches estranguladas
como el fantasma que otros vieron.
Recuerdo del viejo chiche
Siempre recuerdo al viejo chiche
en su trágica travesía de sol a lluvia y de lluvia a sol
siempre lo observo sobre su caballo partir lleno de esperanzas
y regresar bajo los árboles protegiéndose de los demás para que no lo vieran con las manos vacías y de la lluvia que cae junto a la noche
algunos
entre sus hijos
los más pequeños
aprendieron a contar las horas sin reloj
y a precisar el tiempo justo cuando el sol se colocaba sobre nosotros
en su trayectoria hasta doblegar nuestra silueta
ellos de manera inexplicable solían recibirlo justo cuando llegaba con las manos vacías como siempre o casi siempre
el viejo chiche a menudo bajaba de su caballo cabizbajo
sin decir una palabra
triste cansado
y cada vez más vacío
nadie a su encuentro le oía decir más allá de ¡saludos!
¡buenos días!
¡compadre y mi comadre!
incluso a veces sin quitarse el viejo sombrero de pana que siempre llevaba consigo
el viejo chiche no hacía muchas preguntas porque no tenía sueños
no tenía respuestas porque no había soñado
él como nosotros construyó surcos para la semilla que nunca germinó
construyó senderos con solo sus huellas que marcaron su ciudad aletargada
él sembró escuelas
banderas
himnos
palabras
y no conoció el alfabeto
sembró multitudes y apenas escuchó compasión.
Hay caminos
Hay caminos que crecen
que se expanden para luego quedar dormidos en el tiempo
hay distancias que se rinden y nuestras metas se quedan en las intenciones
incluso cuando las oímos del pregón nos sorprendemos
nos envilecemos
nos apresuramos
hay caminos que se estrangulan en la distancia
que se rinden a la implacable multitud
hay caminos que se petrifican al paso del hombre agigantado
que se tuercen del dolor una y otra vez
caminos que dieron origen a otros caminos atormentados
caminos que inevitablemente quedaron atrás
caminos que el hombre ha venido borrando con otros nuevos
y siguiendo este curso indomable de la historia a pasos agigantados
me he ido alejando del principio que ansiosamente se eleva al cuadrado
dejando todo aquello como un sueño que se pierde
me he apresurado tartamudeando la mirada
al tiempo que promuevo tu grito desde este podium
a la multitud que no existe pero que vibra y escucha
y me sumerjo
y simulo
doy vueltas en mi propio eje y se desgarra el miedo que se fortalece
en la medida en que yo me debilito
he decidido escuchar tu historia
y en la medida que lo que tienes que decir se hace más largo y confuso
veo posar las nubes entristecidas sobre tu cabeza casi octogenaria
y las dolidas palabras que brotan de ti son el grito de una historia constreñida
y te detienes ante todos fijando la mirada en la superficie plana del recuerdo
que se extiende hasta la falda de la cordillera que no pudiste salvar porque el tiempo
te había dado la espalda.
me he quedado escuchando tu historia mientras fijas tu memoria buscando
recuerdos
espacios
y tiempos.
Poema a Doña Matilde
Eramos orgullosos
Eramos orgullosos de esta patria sin enojos aparentes
éramos silenciosos e indiferentes a pesar de las asechanzas
hasta que un día vimos quebrarse al roble
creíamos ser carta abierta
y no fuimos más que un sobre cerrado
creíamos ser multitud
y no fuimos más que individuos sin aliento
éramos orgullosos y sin embargo fuimos cómplices cuando se cerraron los libros
y se doblegaron las palmeras.
Debemos escribir por ejemplo
Aunque estemos o no recogiendo historias en nuestro único andar a tientas
debemos escribir de manera rutinaria
por ejemplo
cuando llegaron las señoreadas parturientas con sus sueños a cuestas
cada mariposa se posó en su flor un tanto extenuadas
como lo hacían cada primavera al llegar la mañana
agrietada por las primeras miradas del sol sobre el arado oloroso a estiércol
exhibiendo el lujo que siempre fue su norte
brotó la madrugada llena de versos primarios
de canciones inconclusas que emergieron vertiginosas de los sueños prematuros
brotaron los rimados versos del hombre portentoso
y se escribieron en los diarios
aparecieron rubricados en las bibliotecas para las multitudes que abrirían sus ojos después
cuando ya no hubiera testigos aviesos
brotaron los versos del hombre desconocido
del hombre siempre anónimo
versos que nunca se leyeron después de rebosar la copa
los que nunca publicaron en los diarios
aquellos versos rimaron en el llanto
en el quejido
en la lejanía
esos versos se quedaron en el dolor del látigo ardiente
en el murmullo de la noche sin reposo y sin aliento
en el intento de ser libre
brotaron los versos del hombre del dibujo de los manantiales
y del fondo de la pena de los corrales encadenados
de la endurecida fusta que daba origen al dolor que se multiplicaba
al dolor que se repetía
al dolor que doblego la tierra
la madera
y el trapiche
al dolor que doblegó una generación y otra.
Esta multitud
Hemos recorrido tantos caminos sin llegar a ningún lado
sin llegar a ninguna parte
hemos girado torpemente en este convulsionado contorno
donde se prendieron las barreras y se mutilaron los sueños
y la imagen seducida del pozo turbio se precipitó
ante la mirada indiscreta del primer arcoiris después del alba
nosotros hemos seguido esta multitud sin sonrisas
sin poder escapar del sendero ineludible que nos reduce la palabra
dando palmadas que nadie oye
esta multitud que es el eco enmudecido de lo prohibido
de la tierra enaltecida cuando brota su lamento.
Quien podrá
Quien podrá devolverte los años perdidos
quien podrá enseñarte las palabras y las rutas que no aprendiste cuando niño
hoy apenas puedes simular la angustia que hay en tu rostro
mientras tanto hemos aprendido una lección importante
y es que las cosas siempre comienzan siendo recientes
y luego se van alejando en el tiempo indetenible
hasta quedar como cuentos
como reseñas históricas que pierden su importancia
Cuando
Cuando y como podrán mis gritos perforar tus venas cargadas de aullidos
cargadas del amor que se recicla cada vez que la mañana matiza sus anillos de oro
al levantarse tibia del mar
cuando podré tomar tus lágrimas y construir arcoiris cada vez que te lastimas
solo estoy de paso por esta travesía
que a saber
es breve como un suspiro
como un aliento
como la última señal del adiós apresurado
cuando podremos detener la inexplicable partida de esta estrella fugas
que tiñe de nácar su breve ruta.
Donde quiera que vaya
Donde quiera que vaya ese es mi lugar
es mi casa
es mi patria
su canción y su danza es mi folklore
y asumo como himno la canción que más repiten
no te preocupes Liana si los oye cantar miles canciones miles de veces
mi himno sería la canción de un trovador solitario de la media noche.
Te tomo la palabra
Te tomo la palabra y la hago poesía
te tomo la palabra y la hago canto de mar
te tomo la palabra la pongo en el viento hecha discurso para los impávidos
mientras tu me tomas el tiempo
me toma el lamento que he perdido
me dejas sin aliento
me dejas sin vida
sin muerte
y me quejo
La ciudad no era tan erguida
Ya la ciudad no lucía tan erguida como antes de ponerse el sol
y los murales no eran tan abundantes como después de la guerra patria
y las huellas en el asfalto eran marcadamente jorobadas por la insistencia del hombre y la máquina
se olvidaron los duendes y los diablos cojuelos se multiplicaron
y brotaron como fantasmas desde ningún lugar
el silbido del viento había enmudecido inesperadamente
cuando ellos agrietaron las paredes del silencio
descubrieron que allí había mariposas sorprendidas
niños contando los mismos cuentos una y otra vez
gaviotas de párpados sorprendidos en el umbral de la noche
quejidos a altavoces
dedos marcados queriendo rasgar las paredes manoseadas sin esmero
en síntesis
nosotros somos un sueño que transita de memoria en memoria
de silencio en silencio hasta quedar tendido como una mirada en el pavimento
Te cuento que esta es mi casa
Esta es mi casa mi primera casa
no así mi primer hogar mi primera tierra
desde antes de nacer ya tenía mi primera tierra preñada de abismos
que flotaban como estériles musas pisoteando la palabra
con tinieblas que cegaban mis ojos de medio universo ovalado
tierras agrestes y soleadas mezquinas a veces
tierras con internas tempestades que desnudaban su silueta
con ríos de sangre cristalina que fluyen en todas direcciones
esta es mi primera casa no así mi primer hogar
mi casa al cruzar al otro lado del río sosegado bajo la arena
del río que solo corre en el recuerdo como imagen que muere
frente al círculo asfáltico detrás de la lámpara de neón
mi casa a juicio del recorrido del sol es fresca tibia y ardiente
con sus ojos puestos sobre aquel árbol de leucaena que me indica la ruta del viento
a través de ella percibo las lloviznas tras la ventana de cristal
a mi espalda brota a diario el sol transparente y amarillo del fondo del mar caribe vibrante como el aire sobre una estela de fuego como el aire sobre el pavimento ardiente
esta es mi casa que no se despedirá igual que yo
que no tiene lejanía como el eco de una triste voz perturbada
para llegarte caminamos dando saltos entre asfalto y piedras ardientes
entre temores y sonrisas
entre el amor y el desamor que fluye por tus afluentes quejidos marcados a cuenta de rosario
era mi travesía sin escapularios sin puntos cardinales
a la suerte del viento gris y sin aliento
en el marco de esta ciudad de quejidos a fuerza de reloj que surge como un fantasma a cada instante
que muere y vive
que canta su muerte que reza sus muertos casi siempre al filo del crepúsculo
Con Oliver
Cuanto siento que no estés aquí
para que veas como me pongo cuando pienso que te has marchado
innumerables veces
cuando regresas solo lo haces en mi memoria perturbada como un remolino
una montaña gigante arrastró contigo hasta posarte en una nube
que se desvaneció de manera inesperada
tus grandes ojos tenían la dimensión del sol rasgante
del sol que me seguía en toda dirección y la sombra siempre a mi espalda
tu luz y sonrisa eran aplastantes como una tormenta de fuego volcánico
cuanto siento haber perdido la primavera que brotaba de tu inocencia
Por mi poesía
Por mi poesía entra y sale la palabra cruda
la frase desnuda y la oración sonrojada
la prosa que fluye por la ventana arrugada y transparente de mi memoria árida
entra y sale el quejido de la multitud que sangra por la garganta herida por siglos
de atadura
por mi poesía entran las cosas que recuerdo las que recordamos lo que hemos vivido y añorado
entra el discurso de los que no pudieron escribir y hablar
entra el amor enajenado que aplastó la persecución y el exilio de la palabra
entra el rodeo de las nubes posándose en la triste copa de la montaña
de las diminutas aves que danzan al compás quebrando el aire húmedo y frío
ellas naufragan bajo la música de la lluvia y el hastío del entorno
Aun así
Estamos en la intersección de la ruta norte sur
este oeste en el eje mismo por donde sale y se acuesta el sol tempranero tantas veces
tantas veces y sin darnos cuentas que cuando me miro al espejo entiendo
cuanto había empujado a mi propio yo ya medio siglo
quisiera no recordarlo
ahí están las huellas de un día y otro de un año y otro
las cicatrices de mi esfuerzo medio centenario
es cierto cuando éramos adolescentes marcamos con ansiedad la tierra que pisamos y siempre había una mañana un amanecer para recapacitar para recopilar sueños recientes
pero ya en el crepúsculo se nos vino el cansancio el sueño y casi no hay tiempo
para despertar
y aun así habiendo niños nos oponemos a verlos crecer como otros
con alas de otros que no son más que sus propias alas
con sueños de otros que no son más que sus propios sueños
nos oponemos a ver sus pentagramas con otras notas
que no son más que sus propias notas
es bueno saber que a ellos les despiertan las luces que a nosotros nos duermen
y de la música dejemos que se quejen
ellos buscan su propia sonrisa
quieren por si mismos ver su propia primavera florecer y empañarse
Una sola América
Cuanto tiempo hace que no existe una sola América
hay allá arriba una América alta exuberante arrogante
hay una América pálida insular pequeña escondida en el oleaje del mar caribe
extendido hasta el océano
hay otra América cónica flamante
hay una América sostenida por la cintura cicatrizada
una América comprimida cuya sonrisa palidece y tartamudea en el sueño
en el rocío
hay una América con el pecho tan erguido como un caballo de mar
Como un fantasma
Como un fantasma me despierto corro desde atrás de la pared
miro el sol teñir de rojo el mar cuyas olas producen la música que se parece
a la que brota de tus labios
no hay aurora ni sol recién nacido que tenga la ternura y la llanura
que hay en tu rostro montañero
tu cuerpo se expresa apuntando diferentes senderos que yo explico
porque te conozco y te quiero
yo he anclado para siempre en tu sonrisa cotidiana
en el juego de tus palabras ortodoxas
tan ortodoxas como un réquiem
como el suspiro del mar
el vuelo del alcatraz
la sombra de la roca y de un sueño
y estoy colgando de tu sonrisa como una lámpara estelar
yo tengo cómplices que se entrecruzan entre tu mirada y la mía
entre tu indiferencia y mi hostigamiento que se ha hecho clandestino y distante
y definitivo como la última palabra
esos cómplices habían forjado imágenes a fuerza de andar entre el polvo y el asfalto
imágenes que se borraron con el viento y con la lluvia que se desvanecía
en el arcoiris de tus ojos
la lluvia que inexplicablemente nos gemía
al caminar procuro dejar la sombra siempre a mi espalda
y el instante en que se convierte en mi eje
entiendo que debo comenzar una nueva travesía en el calendario
con huellas que me narran la historia de las multitudes en conflicto
de varios o de un solo hombre quien bajo la lluvia retuerce la más reciente antropología
ellos recorren su amor agarrados de la mano y de la sonrisa
cruzando por debajo de la lluvia que ha empujado la tarde gris hasta el fondo
de la noche
donde se borran las huellas para anular el recuerdo y el camino recién andado
tu eres como una montaña y desde tu falda estaré aullando hasta alcanzar tus picos mas altos
Yo no soy tan extenso
Yo no soy tan extenso como ustedes poetas de la liturgia
capaces de extender las palabras sin que se rompan
el discurso sin que se quiebre y de leer una y otra vez las incontables páginas
de estos libros sin que los versos salten de miedo
ustedes pueden edificar una torre de sueños ancestrales
pueden escribir desde la a hasta la zeta
su propia algarabía
su propia sonrisa
su propio miedo
su propia tristeza
y la algarabía
la tristeza
y el miedo de los demás
pueden escribir con imágenes su propios sueños su amor y el sueño de los demás
y yo estoy de acuerdo con ustedes
pueden contar conmigo
algunas veces los leeré
Multitud
Ellos llegaron como multitud compacta errante
arrastrando la mirada que colgaba de sus rostros como un péndulo
y languidecía bajo el sol y el polvo
rechinando la sonrisa como una cascada que se desliza sobre una piedra
el concreto o el asfalto
ellos llegaron palmeando gritos quebrando gargantas austeras
una multitud que se quiebra con un disparo de desesperanza
Aun te recuerdo Lupo
Aun te recuerdo Lupo cuando exprimía la tarde para que pudiéramos recorrer
la noche de barbero sin arcoiris desde las lámparas
aun te recuerdo como una montaña sonriente que dejó su cordillera para romper
el marco de nuestra ciudad esquematizada
esos esquemas de las aceras del pavimento de la escuela que ascendía como tu hasta rascarse con las nubes estrepitosas casi de escarcha
siempre te recuerdo saltando los rieles del ferrocarril moribundo
casi temiendo mientras un perro callejero y mortal aullaba creyéndose perseguido
ahora te has tocado quebrar las nubes las que solía tener como techo
confundirte con las estrellas
ahora más que una montaña has tomado el tamaño del universo
viniste repartiendo ternuras luces y carcajadas como solo tu solía hacerlo
descendiendo tan vertical como un faro desde la montaña granizada
hasta la llanura ardiente
desde un río más pequeño a un río más grande
desde una aula más pequeña a una aula más grande
desde una multitud más pequeña a una multitud más grande y nadie te detuvo
oye Lupo siempre fuimos imprecisos al evaluarte
siempre fuiste más allá de lo posible
mi amigo tu fuiste lo que queríamos que fuera y lo que queríamos ser
a ti solo te detuvo la muerte inoportuna la muerte tan prematura como una idea subjetiva
No desnuden la cordillera
No desnuden la cordillera para robarle el fruto del volcán que habita en su interior
no desnuden la cordillera porque está muriendo la última hortensia
que palidece en el valle
las nubes sudorosas se alejarán quejumbrosas abrumadas por la erosión
no volverán las lluvias ni los hongos crecerán estrepitosamente frente a nosotros
sin que nos demos cuenta
ni la estela anacarada de la babosa cuando se arrastra sobre una hoja o el suelo volverá
no desnuden esta cordillera ecuatorial
sus quejidos se tejen como una angustia fantasmal que brota del fondo del tiempo ecuánime e interminable
el pino erguido dejará de señalar al sol
dejará de silbar con el viento que lo frota el viento que augura
y el rocío no encontrará sus hojas perfiladas
las montañas se caen y el sol llegará más temprano sin cordillera
no desnuden la cordillera
sus fantasmas no dejarán las nubes posarse
no dejarán dormir las aves y las lagartijas porque no tendrán lecho
cesará la lucha entre la vida y la muerte en cada cordillera al desarropar montaña tras montaña
y las nubes dejarán de parpadear y de llorar en su regazo
si desnudan la cordillera gritaré hasta quebrar mi garganta y los cristales
Mis fantasmas
Tu despiertas mis fantasmas dormidos en el tiempo lejano donde tiritan las luces tempraneras de las primeras estrellas
y mis gritos están ocultos detrás del grito de tu sirena dormida
tus sueños me arropan como enormes oleajes hijos de las tempestades
que te desnudan al aflorar el alba donde las estrellas agotadas se van a dormir
hoy quiero apostarme en tu silueta extendida en la enorme superficie del tiempo
tu despierta la aurora cada mañana descalza o no
monologando el primer recorrido de la casa
luego en el baño bajo la luz la silueta en tus pies
que no puedo tocar ni ver pero sé que está ahí llamándome sin que le haga caso
Las multitudes
Izaron palmadas tejieron cantos y consignas como era costumbre
en las muchedumbres tempraneras
bajaron banderas hasta el suelo y las incendiaron
las colgaron a media asta como era de esperarse de las multitudes indignadas
contaron nubes migratorias figuras estelares estrellas fugaces y noches
en su marcha indetenible
como era la historia de las multitudes nocturnas
siguieron el mapa de su indetenible
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Poema publicado el 19 de Julio de 2011
A mi madre
Ella es el centro de la tierra humedecida con sudor y silencio tempraneros
desde donde yo broté y me multipliqué por más de dos
ella es el eje donde rotamos los ocho atornillados en engranajes pertinentes
ella encharcada hasta la cintura sonreía porque ese era el pan
o el medio pan de cada día
que no venía a pedido de garganta
sino a fuerza de recorrer caminos que no están en los sueños adolescentes
siempre con su rostro decisivo y apuntalado
siempre
con sus pies encallecidos y ensanchados
siempre
con raras excepciones
caminó con pasos firmes y contables de espalda a la noche en la dirección trazada por millares de estrellas que escapaban inexplicablemente
a veces aceleraba sus palabras que nos arrastraban al ladrido de los perros
al trágico maullido de los gatos sediento de amor
y un extraño ronquido de un residente al doblar la esquina nos hacia añorar el sueño poco antes interrumpido
todo aquello en el silencio del amanecer
no podíamos quedarnos atrás
o éramos víctimas del día que comenzaba
ella con pasos fuertes y agigantados
arrastrando la mirada sobre el césped
el asfalto
y el polvo
nos trazaba la ruta cargada de fantasmas que cruzaban las alambradas
sin agacharse
porque aquello no era de esperarse
pero era de cumplirse según su palabra
porque su palabra si era el pan o el medio pan de cada día
no era sorprendente un parroquiano con olor a tabaco silbar atemorizado
o satisfecho
porque nosotros abriríamos con él las espesas rendijas de la noche
al borde de la ruta trazada por una estrella fugaz que se detenía al despuntar
la mañana
nosotros fuimos y regresamos tantas veces al mismo lugar
a diferentes lugares
nosotros fuimos tantas veces como regresamos.
A Oliver
Todo se perdió en la juguetona ruta que trazamos
en tus apenas cinco años de saltos tempraneros
te fuiste cuando aun no había brotado del fondo de las mariposas
quienes abandonaron el tiempo y la ruta que les trazó tu sonrisa desvanecida
en esta terrible circunstancia
todo fue tan breve que a estas alturas
seis años después
te siento tan lejos y tan impredecible
y te confieso que no puedo ubicarte en ningún espacio
en ningún tiempo
sin embargo todo lo que tiene vida lo relaciono contigo
aquellos niños desnudos y casi cimarrones
aquel ruiseñor
aquella mariposa de vuelo saltarín confundida en el jardín de pétalos caídos
y el escarabajo
todo aquello que cruza mis puntos cardinales en rutas trazadas por sus instintos
y se da por entendido que en mi lo era todo
era la salida
la llegada
era un constante adiós con tus manos en movimiento pendular
que gran amigo es mi papa dijiste al ritmo de la melodía del último rayo de sol
esa tarde
no sabias que a partir de ahí todo seria tan breve
y saber que yo había recuperado mis sueños infantiles
y siento no haberte dado lo que merecías
ahora que no estás aquí
te fuiste en un vuelo de nubes cargada de espanto y sin regreso
hoy recuerdo tu última sonrisa
ya no había orcoiris en ella
Ahora que estoy a tiempo
En este mundo tan globalizado
donde el tiempo tiene serios indicios de pasado y futuro
y el presente es casi imperceptible
no somos hombres fijados con alfileres de cabezas doradas en los murales antiquísimos de esta vieja ciudad indiferente y acorralada
somos el expreso que irriga el vientre de la esposa aventurera
en la tibia penumbra de una noche lunar
la esposa con piel de seda
destellada en la cálida ternura de la aurora boreal
tu detienes el vuelo de las mariposas que rondan el óvalo de mis ojos
en el instante preciso en que te observo arrastrar el ruido de tu hermosura
hasta mi convulsionado interior
ahora que no hay nada que ocultar
puedo
porque estoy a tiempo
quedarme fijamente mirando la silueta de la luna
a través de las nubes erosionadas en esta noche nerysina
Afecto
Mi amor y mi afecto cabalgan raudos
con anteojeras
definitivamente encarrilados y sin concesiones
dejando huellas como puntas de alfileres en el viento seducido
que ellos arrastran en ruta hacia tu entorno
y sin metas tu has ido forjando en mi un instinto cautivo
una ruta cautiva
un entorno alineado por la rigidez que impones con tu balanceada firmeza
y con esas aviesas andanzas extrañamente pertinentes
hasta los más indiferentes ruiseñores
avistan como me cautivas con tu reír y callar
con tu ir y venir inesperados
que como un péndulo en movimiento finito equilibran mi amor y mi afecto
mi amor porque en él pongo todo mi empeño cotidiano
mi afecto porque en él está toda mi tolerancia
mi amor porque en él se ciñe la vida temporera
mi afecto porque en él se cobija la confianza
mi amor porque en él termina el ego
mi afecto porque en él se desvanece el temor
mi amor porque en él se abriga la ternura
mi amor y mi afecto porque ellos me consagran
porque ellos me dedican y me fortalecen como una salvaje estampida
que deja desnudo el comino perdido que hicimos a fuerza de andar a plantas
de pies firmes y puntillas
mi amor y mi afecto no se amilanan aun en la más difícil ruta que trazas cuando das
la espalda sin mirar atrás en dirección a lo preconcebido
y ya ves te amo menos infinitamente que lo que te aprecio
tu llevas por dentro la música que robaste al viento al brotar sonriente la mañana
apuntalando el camino a seguir inscrito en la senda inequívoca
mi amor y mi afecto son el final de la ruta que trazaste a propósito
Ahora
Ahora
frente al monumento ágil y casi centenario
observo la lluvia arrastrar el viento bajo las luces de las lámparas de neón
algunos asiduos parroquianos escapar de esta sorprendente ternura
y yo bajo el toldo agonizante
con los brazos cruzados por el frío o por tu ausencia
pienso como me llevas contigo bajo la sombra de este techo impenetrable
sabes que la lluvia recrudece nuestros instintos
y te busco en cada entorno invadido por escasas luciérnagas estelares
Alondra
Eres la alondra que vuela a ras de mis intensiones
y a fuerza de contener con tu pecho puntiagudo los segundos que me asedian
solo tu tienes el tiempo necesario para enfrentar las mariposas
que transitan en mis sueños.
Aquella ciudad
Yo había abandonado aquella ciudad
antes de que la partida del tren dejara de ser un rumor perdido entre voces nostálgicas
yo había visto su última travesía en una tarde sudorosa
y a los adolescentes posar sus oídos sobre las vías que inesperadamente dejaron
de crujir petrificado en el ultimo silencio que jamás despertó
en esa coyuntura perdimos el tranvía
perdimos el humo negro en forma de antorcha
y el afán del maquinista lo perdimos también.
Aquí estoy
Aquí estoy
trillando el camino que tu marcaste con tus alas templadas como una mirada fija
en el tiempo erguido
aquí estoy al lado de esta puerta cerrada salpicada de la lluvia inesperada
arrastrado por estas corrientes musicales en oleajes finamente concebido
al ritmo de tu sonrisa centenaria
Aquí tu y yo
Aquí tu y yo
perfilándonos como buenos ancianos con la vista fija en el crecimiento
que no percibimos de la indudable patricia
acomodando la historia para no ser regañados por la indolencia
de los incesantes transeúntes
jorobados más por el alcohol que por los años
en estos años de presbicia necesito acercarme
y sin embargo yo también me caigo de cabeza y hombros
y si tengo sonrisa es porque en mi rostro se refleja la tuya
porque hace tiempo la vi caer entre mis pies como cristal despedazado
y allí infinitas veces tu sonrisa milenaria
debes saber que solo sonrío porque creo llevar tu dulzura conmigo
Aun cuando no sabía de ti
Aun cuando no sabía de ti
te observaba rondar en el óvalo de mis ojos
como gaviota pescando el silencio en el entorno de la sonrisa del alba
y metiéndose en las acuciantes brechas del entorno
se forjaron las marcas indelebles en nuestros cuerpos
rumbo al fin de los sueños cautivados
ya en el recodo de los años intermedios la brújula torció su pico hacia el suelo convulsionado
perforando los sueños marcados en nuestros rostros
y las luciérnagas nacidas en cada estornudo
aun cuando no sabia de ti
te observaba en cada vuelo de mariposas
Barbero
Barbero es un nombre que a veces usamos en la distancia compungida por la edad paterna
y que al oírlo construimos en nuestra memoria un conglomerado rural
silvestre
con cayenas en las aceras humedecidas por el llanto de las nubes parturientas
y que solo está en el diccionario sin alfabeto que construimos de adolescentes
nosotros en nuestras andanzas también construimos caminos que hoy recorren hijos de padres contemporáneos
ahora barbero ya no es la frontera
ni el cruce del puente en ruta al cementerio
ni el cruce del ferrocarril
solo es el recuerdo de la riada en la memoria de los que todavía recuerdan
el caballo blanco arrastrando la carreta fúnebre
barbero era una ciudad
era un río que fluía en la cristalina corriente del recuerdo
y cuando suelo caminar por la memoria
me doy cuenta que de aquel lugar solo yo he cambiado
el mismo cause del río
las mismas calles
los mismos arboles sino parecidos
los mismos muchachos maroteros
el mismo Fefelo el flaco a toque de viento cálido
los mismos profesores
la misma álgebra
el mismo barbero
solo que ahora corre por él la nostalgia que desemboca por cada calle interrumpida
allí la tierra no gira tan rápido alrededor del sol
gira veloz alrededor del ir y venir de los que traen marcadas sus espaldas
a este pueblo que ocasionalmente llamamos barbero le cortaron las alas
en la soberbia aurora que retoñaba con el silbido de viento del otoño
y pienso que habrá una nueva oportunidad aunque no haya alas ni hojas caídas
Cálido
Doy vueltas en el recodo cálido de tu memoria vaga
viajando en un sinfín carrilero en el eje de tus ideas a veces un tanto tórridas
y allí un ventilador esparce tu sonrisa más allá de la aurora que hay en tu entorno
venciendo el silbido del viento perturbado
Conteo Regresivo
Todos aquellos que supieron el conteo regresivo murieron
y yo todo poderoso decreto que a partir de hoy
todos aquellos que no sepan el conteo regresivo morirán también
porque aquí las faltas no se tapan
se borran
Ellos y nosotros
El tiempo apuraba para comvertirse en pasado imperfecto
en ese instante originarios abandonaron el vértice
y marcaron otras tierras habitadas por ellos mismos
ellos y nosotros cantábamos la misma canción en el mismo lenguaje
hasta que se desprendió la tierra
ellos habían aparecido en el pangea
nosotros en el cretácico
pero antes la estampida y nosotros nos quedamos sin elefantes y sin invierno
en el vértice había tantas confusiones
unos mataron a otros
otros esclavizaron a cientos
cientos marginaron a miles y miles a millones
nosotros no nos hemos levantado todavía del estiércol y del fango
ellos y nosotros debimos destruir el vértice antes de nacer
porque ahora nosotros traemos la nostalgia de la multitud dispersa
Esos niños
Esos niños que juegan agarrados de la mano como carrusel
no saben de ayer
no saben de hoy
no saben de mañana
ellos no manejan el tiempo necesario para conocer la rotación de la aurora
la infinitesimal evolución de la vida circundante
ellos solo saben de mariposas
de arcoiris
de nubes que se acurrucan como animales flotantes
Esta vieja ciudad
Esta vieja cuidad es como una aureola en forma de caracoles
con superficies almidonadas quebrándose al paso del sol amurallado
y allí frente a la mirada fija de millares de inocentes palomas
el portón de la catedral tragando soles hasta dejar el día sin aliento
y metiéndose la noche
el gruñido de las adolescentes peleándose el pene de un italiano o francés
sin importar la indiscreción de los parroquianos
el ladrido de los perros
el oído de las paredes o la ternura de la noche
esta vieja ciudad ha remozado sus marcas coloniales y las imágenes octubrinas
en los surcos marinos dejados por cada fantasmagorizado barco de velas
y las multitudes que van o vienen por las mismas callejuelas
se han remozado también
cuidándose de no usar las mismas palabras que don Diego
el mismo grito de montesino
y las inestables danzas de los caballeros y doncellas apabullados del mismo fornicar
bajo las velas encendidas en el rito católico.
He venido
He venido desde lejos
multiplicando pasos y besos
contando cadáveres de estrellas diurna para echarlas a tus pies
he venido desde lejos para reiterar que somos una estela de hechos inconclusos
en este retorcido universo empujado a pasos agigantados hacia sus propios abismos
Hoy
Hoy
tu cuerpo se ha reducido hasta la hermosura escalofriante
y como resplandecientes soles
el destello de tu sonrisa
que es la espada con que me apabullas en esta batalla de sueños eternizados
ella atraviesa los muros y las distancias convulsionadas
y se fija en mi como una memoria milenaria
hoy
a pasos estacionales
entre los ayeres y los después
estoy danzando al ritmo de la música de tu tiempo
atrapado en un nudo que retuerce mi garganta y me quiebra el lenguaje
hasta quedarme sin palabra
o lo que es lo mismo
sin poder decir te quiero
que linda estas
Inmemorables
Desde tiempos inmemorables hemos visto pasear las gaviotas
a través del hilo gris del atardecer
rumbo al filo de lo imprevisto
con desesperado silencio de muerte
y que está quedando en el vértice añorado por las doncellas celestinas
solo el fondo oscuro y turbio del crepúsculo
porque vinieron enormes redes y arrastraron tumbas
tumultos y los más aguerridos sobrevivientes
para que todo estuviera vacío en el advenimiento
pero no pudieron deshacer los puertos minados con millares de sonrisas adolescentes
recordemos que no habrá sueños
ni huecos
ni muros
ni eternidades
tampoco nosotros para narrar las nuevas crónicas poscolombinas
La muerte de los perros
En el fondo de esta ciudad atardecida
marchan los perros tras los automóviles veloces y humeantes
con ladridos armonizados en el tiempo letargado
hasta alejarse juguetones al doblar en una esquina convencional
el más viejo marcando sus pasos de final abrumador de zafacones y carnicerías
atenuado por la espera sofocante
el golpe del muchacho vagamundo
y el aullido lejano
lo empujan al final austero bajo el piso de la antigua casa de madera
frente a la olvidada estación del ferrocarril en el centro de esta ciudad quejumbrosa
y centenaria
sin aplausos
sin el recuerdo de los trenes de carbón
sin oídos ni voces para clamar y dejar de ser ciudad arrinconada
ciudad de ladridos nocturnos como queja o llanto de perro solitario
que a decir de los antepasados anuncian la muerte
en cualquier lugar
en cualquier momento
y sin dejar huellas
otra manada de perros sin sueños deambulan entre la amenaza y el miedo
a ellos al igual que a nosotros
nos amenazan las generaciones que nos empujan a fuerza de multitud perturbada
nosotros también marchamos a saltos sobre los travesaños de la vía del ferrocarril
al ritmo de los tiempos de adolescentes
sin referencias y con grandes sueños que se fortalecen o se debilitan
como el movimiento pendular finito de una mano diciendo adiós
ello produce la misma nostalgia que la muerte de un plantel de mariposas encantadas.
Mi vía latea
Mi universo solo tiene una estrella que flota onduladamente
la cual llevo conmigo en mi entorno estelar
y me envuelve como un serpentín en flujo de ida y regreso
esa estrella eres tu
quiero y ansío besar su luz cráteres
y su silueta en el mar
Nostálgico o triste
Cuando la lluvia cae
empieza uno a sentirse nostálgico o triste
como la otra tarde
frente al silencio que guardaron tus ojos salpicados de ternura
cuando la lluvia cae le vienen a uno recuerdos
como los de ayer teñidos de árboles grises
como los tuyos teñidos con esta sonrisa de antaño.
Nuestro amor
Nuestro amor es una espiral hacia la muerte con escaleras de segundos
en un instante preciso marcado a destajo
en este anclado sin fin vespertino
y abrumado por el desamor he gastado este tiempo
mirando pasar apresuradas las nubes que se quedaron atrás
en su interminable carrera de ida
nuestro amor no hizo rondas
ni escuchó serenatas en las madrugadas tibias o frías
ni consejeros
no tubo astucias
nunca despertó trémulo porque nunca tubo auroras.
Olor a lluvia
Con olor a lluvia despertó la mañana
soberana erguida y tartamuda
tratando de ignorar las ambigüedades del tiempo sudoroso
y el ímpetu del sol apantallado al florecer el día
marcaban el sendero implacable que nosotros ayudamos a construir con nuestros pies encallecidos
el era el camino sin rótulo que todos leíamos y conocíamos
nosotros construimos también las alambradas interminables que bordeaban nuestros recuerdos.
Mayo 6, 1998
Perfil
He caminado hacia tus alrededores a través del marco de tu sonrisa cargada
de silencio
con el temor de ser envuelto por las llamas que brotas
y el goteo de tus pasos marcados fijamente más allá del asfalto y del concreto
este es el desafío en el entorno de tu austera postura
levantar tu rostro mientras sonríe impecablemente
levantar tu cuerpo tibio mientras te desnudas vergonzosamente al ritmo
de lo impredecible
ya no hay barreras para lo expresado justo a tiempo
ellas se quebraron con el último grito del amor arrodillado entre espinas y jazmines
lógico parece ser que no he podido desatar el nudo que retuerce mi garganta
y me quiebra el lenguaje
y no se que hacer frente al remolino tenaz que no me libera
y que yo no quiero que me libere
el es mi movimiento en este augurado perfil fertilizado con tu impresionante destello
déjame entrever que crecemos
en este vertiginoso andar de espalda hacia lo reiterativo
déjame entender que crecemos
apostados en el filo de esta desbordante hilera de ternura. y que no se rompa
antes debo recoger el sudor de mis manos temblorosas
en la proximidad de tu andantina figura
que no se detiene al inicio o final del sendero indeleble que dejaste a propósito
nosotros somos hijos de la propuesta soberana de estar sobre la faz tierra
y dejarnos llevar por el instinto de esta quebrantada soberanía
porque con este privilegio
a duras penas podrán reprocharnos el atrevimiento de romper la barrera del silencio y del desbordamiento
tu y yo no podemos detener el río cuando crece
el río debe desbordarse a su antojo
y cuando las aguas retornen a su cause
que se desborde de nuevo
y no dar oportunidad a los saltos del calendario lunar
es ahora nuestro tiempo
mañana será el tiempo de los demás
porque ellos nos desplazarán sin rencores
recordemos que todos “somos sobrevivientes del día que acaba de pasar”
y endurecido tu cuerpo labrado con azadas y llamas
has podido construir caminos a fuerza de andanzas
donde cada paso es una cima antorchada y el gesto lúgubre de una interminable hilera de mirones descansan sus ojos en la distancia enturbiada por los nubarrones
esos nubarrones que se espantan cuando abandonas tu cubículo
porque a decir verdad
tu tienes la hermosura que me hostiga y me empuja hacia tu entorno
Quiero
Todos hacemos una vida de interrogantes a veces apresurada e inconclusa
otras veces callada como una ciudad tierna
pero quiero a riendas sueltas
recorrer sin comas ni asteriscos
todas tus exageraciones inconclusas
y aclamo para que un virus destruya tus programas y los míos
se apague este entorno de muros incesantes construidos de segundos
que no se aplacan
hay en tus alas la música que levanta el viento alrededor de lo que tocas
como la sinfonía que brota de tus ojos cuando buscas afanosamente
en tus alrededores lo inesperado
más allá de ti no hay nada más que la silueta del recuerdo
y tenemos a nuestra disposición la palabra hecha a fuerza de intensiones pregonadas en la dirección del viento que se multiplica y se repite cuando despiertas la mañana
tu eres el ruiseñor que esparce su música al despuntar el día
mientras nos dispersamos minuciosa o apresuradamente en el interior del hoy convulsionado.
Solo
Tu estas solo
y que bueno que estas solo
porque ahora sientes estar en la línea de la guillotina
con la que cortaste el grito de tu pueblo
mejor dicho el grito del pueblo de los demás
pero ese grito se levanta del polvo de chile
y te retuerce los oídos
ya no hay público en tu escenario que te ayude con el remordimiento
yo se que esta soledad es tu soledad de ayer
solo que ayer estaba envalentonado con la música de la metralleta
con la que mataste a miles de Allende
centenares de Neruda
decenas de Víctor Jara
y como es lógico una lista interminables de anarquistas indocumentados
con esa misma música
con la que mataste el vuelo de los pájaros cantores de libertad
le abriste las endijas a las sanguijuelas
y desangraron a este chile clamoroso
mientras le ponía música alcohol y sangre a tu soledad
ahora estás viviendo el juicio de la historia
porque siempre creíste que las arrugas acabarían primero con la historia
que contigo cuando estuviste en el borde supremo de la ignominia
que ingrata es la historia señor Pinochet
y saber que te sientes ahora como un cerdo con el lazo en la garganta
apretado por multitudes que te reclaman
y ahora tu único amigo cuelga en tu cintura y se pudrirá contigo
y alguien te escribirá diciendo la tragedia es ave migratoria
…………la tragedia es ave migratoria
Mario Benedetti
Somos materia
Mira cuan difícil es mantener en silencio la materia viva en tu cautivante entorno
porque a decir verdad es tu sonrisa la que me multiplica
la única capaz de quebrar mis paredes cuando justamente cruzas el pasillo
de semiluces rectangulares
tu motivas mis palabras fluyentes y cautivantes
no interrumpas el torrente que me arrastra hacia nuestras desigualdades convergentes expresada a través de la palabra justa
en el momento preciso en que se desvanece este marco lógico trazado por la infinita marcha de esta apacible historia
claro no tengo perfiles asociados a ti en la referida imagen de estos estereotipos
porque sin dudas tu llevas siempre una aurora contigo
y me detengo frente a tus soles tempraneros
donde también me multiplico por lo menos por dos.
Viento verde
Esas ramas
mira como mueven el viento verde y desorientado en este instante en el que partimos
con los bríos vencidos de tanto escuchar sin que fueras tu
ahora te siento tan lejos y callada
sin embargo yo espero
la ruta termina en mi pecho
que hoy está atosigado de barreras y temores
Yo seré austero
Cuando yo haya cerrado los ojos y las puertas
roto los cristales
no me busques porque no estaré
estaré buscando flores azules cielos rojos o púrpuras
gargantas infladas pechos desnudos
y me notarás austero en mis recuerdos en mis andanzas
seré tan austero que no respiraré en las multitudes ni me quejaré
ni me fijaré en la lejanía ni miraré levantarse el sol distante erguido y ajeno
ni miraré el reloj ni hojearé los estatutos ni el larousse
y estas viejas revistas irán al zafacón
apagaré el abanico kdk la estufa y la linterna
no abriré el refrigerador ni encenderé el televisor
tampoco escucharé la música pop ni el rock`n roll y de verdad lamento el esfuerzo
de paganini y el de tu sonrisa esparcida en el viento
seré tan austero que ni siquiera podré decir que estaré mañana en la antesala
de la puerta rota que percibimos de antemano
ni colocaré barquitos de papel en el torrente que se arrastra por las aceras
terminando cada lluvia
nosotros no debemos atrincherarnos en esta álgebra de sonrisas y adioses
y mucho menos sembrar atajos para detener los más oportunos recuerdos
que se tejen en nuestras memorias
yo seré austero tan austero que no me atreveré a diferenciar las luciérnagas
de las estrellas
tampoco construiré arcoiris sobre las aguas del río soleado como solía hacerlo
en la adolescencia
yo seré austero
tan austero
y sin embargo cuanto podré decir que te quiero.
Nos habíamos negado todo
Somos el estruendo de la multitud entretenida
la extensión de la palabra cuando ya no hay respuestas
cuando ya no hay alambradas ni muros que violentar
cuando no hay entusiasmo en el grito de los transeúntes
en el vuelo de la paloma
en la cadencia de los que siguen con esmero tu danza de gaviota fluyente
somos la mira que apunta con angustia a los intrépidos que nos acusan
que nos hieren con estadísticas pueriles
que nos cortan las venas por la que fluye este inexorable amor
hubo instantes en que nos negamos la palabra
nos habíamos negado todo
incluso cualquier gesto
y hoy he estado jugueteando en las huellas que dejaste tras cada ida y vuelta
desde tu cubículo
he estado con ello entreteniendo el recuerdo para que no se estirpe
del curso que dejó tu partida
ahora tu recuerdo es tan agudo y penetrante como un hilo de silencio cortando
mi silueta.
Te advierto
Te advierto que esta rutina sin descanso tiene puntas de alfileres
el rostro desdoblado
y una hiriente carcajada que violentó las paredes
la que de manera inusual siempre estuvieron apoyadas a tu espalda
tu antiguo cubículo luce como una guarida impropia
ahora que no estas
a ese cubículo le eliminaron la retórica la ida y vuelta
donde hemos estado perdiendo auroras rutinas y silencios a medida que llega la tarde
ahora se ha llenado de paredes que no existían
de colores que no eran los tuyos
ya no hay proverbios en las paredes
ni afanes
ni faroles
ni surcos en la alfombra
ni aromas
ni líneas ocupadas por lo que me irritaba
las ocurrencias y las felpas se marcharon contigo de buenas a primeras
y los propósitos se enquistaron en tu tiempo decidido y tuteante
ya las mañanas abandonaron el perfume que era tu perfume
abandonaron su fluencia que era tu fluencia
y dejaron el pino sin silbido
los ruiseñores sin su canto
y la aurora sin tu música.
He vuelto sobre tu recuerdo
He vuelto sobre tu recuerdo
a revolotear las hojas caídas desde hace tiempo
como lo hacía de niño en los cacaotales sin importar el riesgo
he vuelto a explorar los charcos junto a los muchachos después de crecido el río
contar hasta más de cien las vueltas que le dábamos al parque sin importar la lluvia
y la indiferencia de las muchachas que siempre se marchaban antes que nosotros después del concierto
así eran las noches del domingo en el parque que siempre se dormía justo ido nosotros
sin importar el aullido melancólico de los perros realengos
la música del bar que se apagaba al compás de los pasos tambaleante del último parroquiano que se marchaba mirando el reloj confundido
decidido a quebrantar la tristeza que apuntaba la noche
y el cocuyo que cruzaba veloz cortando el silencio con su linterna de nácar hasta perderse
y la despedida obligatoria que provocaba la lluvia que apenas sentíamos
y que observábamos en la copa de la única lampara casi apagada al final de la calle
he vuelto sobre este barbero
que de tanto irme me ha olvidado
he vuelto sobre el recuerdo de las fiestas de palos carentes de mitos
sin Ana Iza
belié belcan
y demás intrusos
he vuelto sobre el recuerdo de Julio y Alicia Rojas
ellos fueron el estandarte que todos erigimos sin componendas
que bueno que ya no está el latín en la misa del domingo
tener que viajar tan lejos
cruzar la mañana unas veces nubosas
húmeda
y fría
para no entender nada
teniendo cuidado de no contar las estrellas fugases so pena de enterrar
la abuela o el abuelo en vista de que ya los bisabuelos no estaban
no voy a negar que me causaba miedo todo aquello
pero ahora después de estas andanzas entiendo que tenían razón
ellos habían contado millares de estrellas fugases
y sus abuelos y bisabuelos no estaban
yo he contado centenares de estrellas fugases y ya mis abuelos no están.
Tu entiendes
Tu entiendes como yo te percibo
arrogante y sumisa
parca y fluyente
vil y amorosa
mía y ajena
ahora
yo no entiendo como me percibes tu
pero quiero que hagamos un ejercicio convincente
yo camino cabizbajo y paso frente a ti no levanto mi rostro ni la mirada
tu dirás que soy orgulloso
yo estoy parado frente a ti y te hago las mismas preguntas
y te reclamo lo mismo
tu dirás que soy terco
pero si tu estás erguida en aquel lugar por ejemplo y yo te invito
mueves tus hombros manos y cabeza en un gesto para que yo decida
y te sonríe
entonces tu dirás que soy afable
¡ves!
que yo no entiendo como me percibes tu.
Déjame escuchar tu grito
Déjame abrir tu garganta y escuchar tu grito ensordecente
y lastimero
déjame escuchar tus palmadas en las paredes como gesto impotente
tu silenciado canto frente a la multitud que te grita
que te reclama
déjame encender la luz a esta hora ya que todo se ha apagado
déjame recoger a manos llenas la lluvia que moja tu sonrisa precisada
quiero resurgir como tu voz pregonera bajo el torrente
como tu grito en las noches estranguladas
como el fantasma que otros vieron.
Recuerdo del viejo chiche
Siempre recuerdo al viejo chiche
en su trágica travesía de sol a lluvia y de lluvia a sol
siempre lo observo sobre su caballo partir lleno de esperanzas
y regresar bajo los árboles protegiéndose de los demás para que no lo vieran con las manos vacías y de la lluvia que cae junto a la noche
algunos
entre sus hijos
los más pequeños
aprendieron a contar las horas sin reloj
y a precisar el tiempo justo cuando el sol se colocaba sobre nosotros
en su trayectoria hasta doblegar nuestra silueta
ellos de manera inexplicable solían recibirlo justo cuando llegaba con las manos vacías como siempre o casi siempre
el viejo chiche a menudo bajaba de su caballo cabizbajo
sin decir una palabra
triste cansado
y cada vez más vacío
nadie a su encuentro le oía decir más allá de ¡saludos!
¡buenos días!
¡compadre y mi comadre!
incluso a veces sin quitarse el viejo sombrero de pana que siempre llevaba consigo
el viejo chiche no hacía muchas preguntas porque no tenía sueños
no tenía respuestas porque no había soñado
él como nosotros construyó surcos para la semilla que nunca germinó
construyó senderos con solo sus huellas que marcaron su ciudad aletargada
él sembró escuelas
banderas
himnos
palabras
y no conoció el alfabeto
sembró multitudes y apenas escuchó compasión.
Hay caminos
Hay caminos que crecen
que se expanden para luego quedar dormidos en el tiempo
hay distancias que se rinden y nuestras metas se quedan en las intenciones
incluso cuando las oímos del pregón nos sorprendemos
nos envilecemos
nos apresuramos
hay caminos que se estrangulan en la distancia
que se rinden a la implacable multitud
hay caminos que se petrifican al paso del hombre agigantado
que se tuercen del dolor una y otra vez
caminos que dieron origen a otros caminos atormentados
caminos que inevitablemente quedaron atrás
caminos que el hombre ha venido borrando con otros nuevos
y siguiendo este curso indomable de la historia a pasos agigantados
me he ido alejando del principio que ansiosamente se eleva al cuadrado
dejando todo aquello como un sueño que se pierde
me he apresurado tartamudeando la mirada
al tiempo que promuevo tu grito desde este podium
a la multitud que no existe pero que vibra y escucha
y me sumerjo
y simulo
doy vueltas en mi propio eje y se desgarra el miedo que se fortalece
en la medida en que yo me debilito
he decidido escuchar tu historia
y en la medida que lo que tienes que decir se hace más largo y confuso
veo posar las nubes entristecidas sobre tu cabeza casi octogenaria
y las dolidas palabras que brotan de ti son el grito de una historia constreñida
y te detienes ante todos fijando la mirada en la superficie plana del recuerdo
que se extiende hasta la falda de la cordillera que no pudiste salvar porque el tiempo
te había dado la espalda.
me he quedado escuchando tu historia mientras fijas tu memoria buscando
recuerdos
espacios
y tiempos.
Poema a Doña Matilde
Eramos orgullosos
Eramos orgullosos de esta patria sin enojos aparentes
éramos silenciosos e indiferentes a pesar de las asechanzas
hasta que un día vimos quebrarse al roble
creíamos ser carta abierta
y no fuimos más que un sobre cerrado
creíamos ser multitud
y no fuimos más que individuos sin aliento
éramos orgullosos y sin embargo fuimos cómplices cuando se cerraron los libros
y se doblegaron las palmeras.
Debemos escribir por ejemplo
Aunque estemos o no recogiendo historias en nuestro único andar a tientas
debemos escribir de manera rutinaria
por ejemplo
cuando llegaron las señoreadas parturientas con sus sueños a cuestas
cada mariposa se posó en su flor un tanto extenuadas
como lo hacían cada primavera al llegar la mañana
agrietada por las primeras miradas del sol sobre el arado oloroso a estiércol
exhibiendo el lujo que siempre fue su norte
brotó la madrugada llena de versos primarios
de canciones inconclusas que emergieron vertiginosas de los sueños prematuros
brotaron los rimados versos del hombre portentoso
y se escribieron en los diarios
aparecieron rubricados en las bibliotecas para las multitudes que abrirían sus ojos después
cuando ya no hubiera testigos aviesos
brotaron los versos del hombre desconocido
del hombre siempre anónimo
versos que nunca se leyeron después de rebosar la copa
los que nunca publicaron en los diarios
aquellos versos rimaron en el llanto
en el quejido
en la lejanía
esos versos se quedaron en el dolor del látigo ardiente
en el murmullo de la noche sin reposo y sin aliento
en el intento de ser libre
brotaron los versos del hombre del dibujo de los manantiales
y del fondo de la pena de los corrales encadenados
de la endurecida fusta que daba origen al dolor que se multiplicaba
al dolor que se repetía
al dolor que doblego la tierra
la madera
y el trapiche
al dolor que doblegó una generación y otra.
Esta multitud
Hemos recorrido tantos caminos sin llegar a ningún lado
sin llegar a ninguna parte
hemos girado torpemente en este convulsionado contorno
donde se prendieron las barreras y se mutilaron los sueños
y la imagen seducida del pozo turbio se precipitó
ante la mirada indiscreta del primer arcoiris después del alba
nosotros hemos seguido esta multitud sin sonrisas
sin poder escapar del sendero ineludible que nos reduce la palabra
dando palmadas que nadie oye
esta multitud que es el eco enmudecido de lo prohibido
de la tierra enaltecida cuando brota su lamento.
Quien podrá
Quien podrá devolverte los años perdidos
quien podrá enseñarte las palabras y las rutas que no aprendiste cuando niño
hoy apenas puedes simular la angustia que hay en tu rostro
mientras tanto hemos aprendido una lección importante
y es que las cosas siempre comienzan siendo recientes
y luego se van alejando en el tiempo indetenible
hasta quedar como cuentos
como reseñas históricas que pierden su importancia
Cuando
Cuando y como podrán mis gritos perforar tus venas cargadas de aullidos
cargadas del amor que se recicla cada vez que la mañana matiza sus anillos de oro
al levantarse tibia del mar
cuando podré tomar tus lágrimas y construir arcoiris cada vez que te lastimas
solo estoy de paso por esta travesía
que a saber
es breve como un suspiro
como un aliento
como la última señal del adiós apresurado
cuando podremos detener la inexplicable partida de esta estrella fugas
que tiñe de nácar su breve ruta.
Donde quiera que vaya
Donde quiera que vaya ese es mi lugar
es mi casa
es mi patria
su canción y su danza es mi folklore
y asumo como himno la canción que más repiten
no te preocupes Liana si los oye cantar miles canciones miles de veces
mi himno sería la canción de un trovador solitario de la media noche.
Te tomo la palabra
Te tomo la palabra y la hago poesía
te tomo la palabra y la hago canto de mar
te tomo la palabra la pongo en el viento hecha discurso para los impávidos
mientras tu me tomas el tiempo
me toma el lamento que he perdido
me dejas sin aliento
me dejas sin vida
sin muerte
y me quejo
La ciudad no era tan erguida
Ya la ciudad no lucía tan erguida como antes de ponerse el sol
y los murales no eran tan abundantes como después de la guerra patria
y las huellas en el asfalto eran marcadamente jorobadas por la insistencia del hombre y la máquina
se olvidaron los duendes y los diablos cojuelos se multiplicaron
y brotaron como fantasmas desde ningún lugar
el silbido del viento había enmudecido inesperadamente
cuando ellos agrietaron las paredes del silencio
descubrieron que allí había mariposas sorprendidas
niños contando los mismos cuentos una y otra vez
gaviotas de párpados sorprendidos en el umbral de la noche
quejidos a altavoces
dedos marcados queriendo rasgar las paredes manoseadas sin esmero
en síntesis
nosotros somos un sueño que transita de memoria en memoria
de silencio en silencio hasta quedar tendido como una mirada en el pavimento
Te cuento que esta es mi casa
Esta es mi casa mi primera casa
no así mi primer hogar mi primera tierra
desde antes de nacer ya tenía mi primera tierra preñada de abismos
que flotaban como estériles musas pisoteando la palabra
con tinieblas que cegaban mis ojos de medio universo ovalado
tierras agrestes y soleadas mezquinas a veces
tierras con internas tempestades que desnudaban su silueta
con ríos de sangre cristalina que fluyen en todas direcciones
esta es mi primera casa no así mi primer hogar
mi casa al cruzar al otro lado del río sosegado bajo la arena
del río que solo corre en el recuerdo como imagen que muere
frente al círculo asfáltico detrás de la lámpara de neón
mi casa a juicio del recorrido del sol es fresca tibia y ardiente
con sus ojos puestos sobre aquel árbol de leucaena que me indica la ruta del viento
a través de ella percibo las lloviznas tras la ventana de cristal
a mi espalda brota a diario el sol transparente y amarillo del fondo del mar caribe vibrante como el aire sobre una estela de fuego como el aire sobre el pavimento ardiente
esta es mi casa que no se despedirá igual que yo
que no tiene lejanía como el eco de una triste voz perturbada
para llegarte caminamos dando saltos entre asfalto y piedras ardientes
entre temores y sonrisas
entre el amor y el desamor que fluye por tus afluentes quejidos marcados a cuenta de rosario
era mi travesía sin escapularios sin puntos cardinales
a la suerte del viento gris y sin aliento
en el marco de esta ciudad de quejidos a fuerza de reloj que surge como un fantasma a cada instante
que muere y vive
que canta su muerte que reza sus muertos casi siempre al filo del crepúsculo
Con Oliver
Cuanto siento que no estés aquí
para que veas como me pongo cuando pienso que te has marchado
innumerables veces
cuando regresas solo lo haces en mi memoria perturbada como un remolino
una montaña gigante arrastró contigo hasta posarte en una nube
que se desvaneció de manera inesperada
tus grandes ojos tenían la dimensión del sol rasgante
del sol que me seguía en toda dirección y la sombra siempre a mi espalda
tu luz y sonrisa eran aplastantes como una tormenta de fuego volcánico
cuanto siento haber perdido la primavera que brotaba de tu inocencia
Por mi poesía
Por mi poesía entra y sale la palabra cruda
la frase desnuda y la oración sonrojada
la prosa que fluye por la ventana arrugada y transparente de mi memoria árida
entra y sale el quejido de la multitud que sangra por la garganta herida por siglos
de atadura
por mi poesía entran las cosas que recuerdo las que recordamos lo que hemos vivido y añorado
entra el discurso de los que no pudieron escribir y hablar
entra el amor enajenado que aplastó la persecución y el exilio de la palabra
entra el rodeo de las nubes posándose en la triste copa de la montaña
de las diminutas aves que danzan al compás quebrando el aire húmedo y frío
ellas naufragan bajo la música de la lluvia y el hastío del entorno
Aun así
Estamos en la intersección de la ruta norte sur
este oeste en el eje mismo por donde sale y se acuesta el sol tempranero tantas veces
tantas veces y sin darnos cuentas que cuando me miro al espejo entiendo
cuanto había empujado a mi propio yo ya medio siglo
quisiera no recordarlo
ahí están las huellas de un día y otro de un año y otro
las cicatrices de mi esfuerzo medio centenario
es cierto cuando éramos adolescentes marcamos con ansiedad la tierra que pisamos y siempre había una mañana un amanecer para recapacitar para recopilar sueños recientes
pero ya en el crepúsculo se nos vino el cansancio el sueño y casi no hay tiempo
para despertar
y aun así habiendo niños nos oponemos a verlos crecer como otros
con alas de otros que no son más que sus propias alas
con sueños de otros que no son más que sus propios sueños
nos oponemos a ver sus pentagramas con otras notas
que no son más que sus propias notas
es bueno saber que a ellos les despiertan las luces que a nosotros nos duermen
y de la música dejemos que se quejen
ellos buscan su propia sonrisa
quieren por si mismos ver su propia primavera florecer y empañarse
Una sola América
Cuanto tiempo hace que no existe una sola América
hay allá arriba una América alta exuberante arrogante
hay una América pálida insular pequeña escondida en el oleaje del mar caribe
extendido hasta el océano
hay otra América cónica flamante
hay una América sostenida por la cintura cicatrizada
una América comprimida cuya sonrisa palidece y tartamudea en el sueño
en el rocío
hay una América con el pecho tan erguido como un caballo de mar
Como un fantasma
Como un fantasma me despierto corro desde atrás de la pared
miro el sol teñir de rojo el mar cuyas olas producen la música que se parece
a la que brota de tus labios
no hay aurora ni sol recién nacido que tenga la ternura y la llanura
que hay en tu rostro montañero
tu cuerpo se expresa apuntando diferentes senderos que yo explico
porque te conozco y te quiero
yo he anclado para siempre en tu sonrisa cotidiana
en el juego de tus palabras ortodoxas
tan ortodoxas como un réquiem
como el suspiro del mar
el vuelo del alcatraz
la sombra de la roca y de un sueño
y estoy colgando de tu sonrisa como una lámpara estelar
yo tengo cómplices que se entrecruzan entre tu mirada y la mía
entre tu indiferencia y mi hostigamiento que se ha hecho clandestino y distante
y definitivo como la última palabra
esos cómplices habían forjado imágenes a fuerza de andar entre el polvo y el asfalto
imágenes que se borraron con el viento y con la lluvia que se desvanecía
en el arcoiris de tus ojos
la lluvia que inexplicablemente nos gemía
al caminar procuro dejar la sombra siempre a mi espalda
y el instante en que se convierte en mi eje
entiendo que debo comenzar una nueva travesía en el calendario
con huellas que me narran la historia de las multitudes en conflicto
de varios o de un solo hombre quien bajo la lluvia retuerce la más reciente antropología
ellos recorren su amor agarrados de la mano y de la sonrisa
cruzando por debajo de la lluvia que ha empujado la tarde gris hasta el fondo
de la noche
donde se borran las huellas para anular el recuerdo y el camino recién andado
tu eres como una montaña y desde tu falda estaré aullando hasta alcanzar tus picos mas altos
Yo no soy tan extenso
Yo no soy tan extenso como ustedes poetas de la liturgia
capaces de extender las palabras sin que se rompan
el discurso sin que se quiebre y de leer una y otra vez las incontables páginas
de estos libros sin que los versos salten de miedo
ustedes pueden edificar una torre de sueños ancestrales
pueden escribir desde la a hasta la zeta
su propia algarabía
su propia sonrisa
su propio miedo
su propia tristeza
y la algarabía
la tristeza
y el miedo de los demás
pueden escribir con imágenes su propios sueños su amor y el sueño de los demás
y yo estoy de acuerdo con ustedes
pueden contar conmigo
algunas veces los leeré
Multitud
Ellos llegaron como multitud compacta errante
arrastrando la mirada que colgaba de sus rostros como un péndulo
y languidecía bajo el sol y el polvo
rechinando la sonrisa como una cascada que se desliza sobre una piedra
el concreto o el asfalto
ellos llegaron palmeando gritos quebrando gargantas austeras
una multitud que se quiebra con un disparo de desesperanza
Aun te recuerdo Lupo
Aun te recuerdo Lupo cuando exprimía la tarde para que pudiéramos recorrer
la noche de barbero sin arcoiris desde las lámparas
aun te recuerdo como una montaña sonriente que dejó su cordillera para romper
el marco de nuestra ciudad esquematizada
esos esquemas de las aceras del pavimento de la escuela que ascendía como tu hasta rascarse con las nubes estrepitosas casi de escarcha
siempre te recuerdo saltando los rieles del ferrocarril moribundo
casi temiendo mientras un perro callejero y mortal aullaba creyéndose perseguido
ahora te has tocado quebrar las nubes las que solía tener como techo
confundirte con las estrellas
ahora más que una montaña has tomado el tamaño del universo
viniste repartiendo ternuras luces y carcajadas como solo tu solía hacerlo
descendiendo tan vertical como un faro desde la montaña granizada
hasta la llanura ardiente
desde un río más pequeño a un río más grande
desde una aula más pequeña a una aula más grande
desde una multitud más pequeña a una multitud más grande y nadie te detuvo
oye Lupo siempre fuimos imprecisos al evaluarte
siempre fuiste más allá de lo posible
mi amigo tu fuiste lo que queríamos que fuera y lo que queríamos ser
a ti solo te detuvo la muerte inoportuna la muerte tan prematura como una idea subjetiva
No desnuden la cordillera
No desnuden la cordillera para robarle el fruto del volcán que habita en su interior
no desnuden la cordillera porque está muriendo la última hortensia
que palidece en el valle
las nubes sudorosas se alejarán quejumbrosas abrumadas por la erosión
no volverán las lluvias ni los hongos crecerán estrepitosamente frente a nosotros
sin que nos demos cuenta
ni la estela anacarada de la babosa cuando se arrastra sobre una hoja o el suelo volverá
no desnuden esta cordillera ecuatorial
sus quejidos se tejen como una angustia fantasmal que brota del fondo del tiempo ecuánime e interminable
el pino erguido dejará de señalar al sol
dejará de silbar con el viento que lo frota el viento que augura
y el rocío no encontrará sus hojas perfiladas
las montañas se caen y el sol llegará más temprano sin cordillera
no desnuden la cordillera
sus fantasmas no dejarán las nubes posarse
no dejarán dormir las aves y las lagartijas porque no tendrán lecho
cesará la lucha entre la vida y la muerte en cada cordillera al desarropar montaña tras montaña
y las nubes dejarán de parpadear y de llorar en su regazo
si desnudan la cordillera gritaré hasta quebrar mi garganta y los cristales
Mis fantasmas
Tu despiertas mis fantasmas dormidos en el tiempo lejano donde tiritan las luces tempraneras de las primeras estrellas
y mis gritos están ocultos detrás del grito de tu sirena dormida
tus sueños me arropan como enormes oleajes hijos de las tempestades
que te desnudan al aflorar el alba donde las estrellas agotadas se van a dormir
hoy quiero apostarme en tu silueta extendida en la enorme superficie del tiempo
tu despierta la aurora cada mañana descalza o no
monologando el primer recorrido de la casa
luego en el baño bajo la luz la silueta en tus pies
que no puedo tocar ni ver pero sé que está ahí llamándome sin que le haga caso
Las multitudes
Izaron palmadas tejieron cantos y consignas como era costumbre
en las muchedumbres tempraneras
bajaron banderas hasta el suelo y las incendiaron
las colgaron a media asta como era de esperarse de las multitudes indignadas
contaron nubes migratorias figuras estelares estrellas fugaces y noches
en su marcha indetenible
como era la historia de las multitudes nocturnas
siguieron el mapa de su indetenible
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