Tu obscura llegada
Poema publicado el 23 de Julio de 2017
En una noche anhelada se ve a la luna reflejarse en el mar.
En el agua se dibujan mis pasionales deseos.
Ella aparece en respuesta a mi oración.
Sus largos cabellos, sus bellos ojos, su seductora sonrisa en grandes olas me llevan mar adentro.
Eres tú, a lo lejos te percibo pero no te veo.
Se que estás ahí, esperando nuestro encuentro.
Esperando ver cómo muere el día para dar rienda suelta a la noche.
Eres una diosa de la obscuridad.
Me cobijas, me liberas.
Eres una libertadora.
Vuelas libre por el cielo y estás en todas partes de mi infierno.
Mis ojos cegados por el sol por fin han visto el descanso en las sombras.
La Paz de la tiniebla.
El más intenso beso.
La muerte misma me ha vencido, me ha castigado.
Mi cuerpo desaparece en el vacío universal.
Pero una pequeña llama sigue ardiendo, sigue viva.
Tú, mi amor, tú con tu último aliento de la noche más das el aliento que me renace.
Me regala la luz del día.
Tú no te das por vencida, pero finalmente la luz retorna y mi alma triste espera tu regreso.
Espero que despiertes de tu sueño.
Espero que se caiga el velo de tus ojos.
Para encontrarnos en el cosmos, en donde no hay día o noche.
Sol o Luna.
Un lugar sin tiempo ni espacio.
Un lugar del que puedas regresar con solo despertar pero que siempre vas a querer volver.
Porque la luna reflejada en el mar adquiere su belleza después de ver el reflejo del sol en sus olas.
Porque no se que es el amor pero toma sentido con tu presencia.
Porque no se que hago pero si es para ti mi árbol va derecho.
Esperaré nuestro encuentro.
Oh bella diosa que me castiga.
En tus sombras quiero reposar, en tu frío mi calor.
Ansío el más mortífero de los besos.
Descansa mi alma envuelta de la sombra de tu recuerdo.
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Poema publicado el 23 de Julio de 2017
En una noche anhelada se ve a la luna reflejarse en el mar.
En el agua se dibujan mis pasionales deseos.
Ella aparece en respuesta a mi oración.
Sus largos cabellos, sus bellos ojos, su seductora sonrisa en grandes olas me llevan mar adentro.
Eres tú, a lo lejos te percibo pero no te veo.
Se que estás ahí, esperando nuestro encuentro.
Esperando ver cómo muere el día para dar rienda suelta a la noche.
Eres una diosa de la obscuridad.
Me cobijas, me liberas.
Eres una libertadora.
Vuelas libre por el cielo y estás en todas partes de mi infierno.
Mis ojos cegados por el sol por fin han visto el descanso en las sombras.
La Paz de la tiniebla.
El más intenso beso.
La muerte misma me ha vencido, me ha castigado.
Mi cuerpo desaparece en el vacío universal.
Pero una pequeña llama sigue ardiendo, sigue viva.
Tú, mi amor, tú con tu último aliento de la noche más das el aliento que me renace.
Me regala la luz del día.
Tú no te das por vencida, pero finalmente la luz retorna y mi alma triste espera tu regreso.
Espero que despiertes de tu sueño.
Espero que se caiga el velo de tus ojos.
Para encontrarnos en el cosmos, en donde no hay día o noche.
Sol o Luna.
Un lugar sin tiempo ni espacio.
Un lugar del que puedas regresar con solo despertar pero que siempre vas a querer volver.
Porque la luna reflejada en el mar adquiere su belleza después de ver el reflejo del sol en sus olas.
Porque no se que es el amor pero toma sentido con tu presencia.
Porque no se que hago pero si es para ti mi árbol va derecho.
Esperaré nuestro encuentro.
Oh bella diosa que me castiga.
En tus sombras quiero reposar, en tu frío mi calor.
Ansío el más mortífero de los besos.
Descansa mi alma envuelta de la sombra de tu recuerdo.
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