Y estos versos asténicos...
Poema publicado el 28 de Septiembre de 2016
¡Cómo os vais volviendo, árboles llorosos,
-bien haya en decir, en el otoño fieles-,
a aquel paseante, que piensa en vosotros
como el fatal Aeda envuelto en Keres!
Así, en lo oscuro, más luce el ramaje,
decadente, dulce, mórbido, voluptuosos...
algo propenso al olvido y la sangre
que riega indecible el paraje umbroso.
Por allí pasará Ofelia, aroma a leyenda,
haré la postrer hecatombe a Proserpina,
y un corcel hollará la húmeda senda
guiado de un templario de rostro homicida.
¡Pluguiera a mi Musa una gran vidriera
de los tonos que el anochecer me borra,
que eleven y dispersen mi conciencia
mirando a través de ella tantas cosas...!
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Poema publicado el 28 de Septiembre de 2016
¡Cómo os vais volviendo, árboles llorosos,
-bien haya en decir, en el otoño fieles-,
a aquel paseante, que piensa en vosotros
como el fatal Aeda envuelto en Keres!
Así, en lo oscuro, más luce el ramaje,
decadente, dulce, mórbido, voluptuosos...
algo propenso al olvido y la sangre
que riega indecible el paraje umbroso.
Por allí pasará Ofelia, aroma a leyenda,
haré la postrer hecatombe a Proserpina,
y un corcel hollará la húmeda senda
guiado de un templario de rostro homicida.
¡Pluguiera a mi Musa una gran vidriera
de los tonos que el anochecer me borra,
que eleven y dispersen mi conciencia
mirando a través de ella tantas cosas...!
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