Encuentro
Poema publicado el 17 de Marzo de 2022
Como una aproximación acelerada.
Si calculada, fuera de tiempo.
Si pronosticada, con magnitud indefinible.
Si observada, quizá, por ojos
encajados en el centro del trajín
y muchedumbre
causa de espanto repentino.
Sobresalto como el que
la majestuosidad del rayo errante genera
cuando
sus extremidades luminosas
extendiendo a su destino
los cielos a su paso rasgando va.
¡Hoy elogio a lo corriente!
Alabo a la encomiable sabiduría
que todo lo exterior lo puso envuelto
en este pobre manto material
y pasajero.
Previendo un escenario que
así como los harapos vistiendo al hombre
a las joyas embellecen
la misma obra y efecto causaría
a favor de ciertas almas
que solo el cielo desperdiga
como niña risueña
cuyas risas no escatima.
El eje de la tierra pervierte su balance
las tres dimensiones se estrellan entre sí
cual fieras bestias combatientes.
La hace tan solo instantes previos
altiva, orgullosa vanidad de la creación
haciendo gala de sus riquezas
envalentonada
con la braveza de su fulgor bello
muda su aspecto;
y el fondo cristalino de sus pupilas
de una nueva y conmovedora simpatía se apodera.
Renovada faz que una sonrisa
reluciente cual zafiro
sabe coronar.
Y todo cuanto el ancho mundo acarrea
cada cual que
flotando en órbita suya le rodea
a una voz y sin reservas
la razón de su bonanza clama:
¡Un beso suyo!
Si, un beso de él...
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Poema publicado el 17 de Marzo de 2022
Como una aproximación acelerada.
Si calculada, fuera de tiempo.
Si pronosticada, con magnitud indefinible.
Si observada, quizá, por ojos
encajados en el centro del trajín
y muchedumbre
causa de espanto repentino.
Sobresalto como el que
la majestuosidad del rayo errante genera
cuando
sus extremidades luminosas
extendiendo a su destino
los cielos a su paso rasgando va.
¡Hoy elogio a lo corriente!
Alabo a la encomiable sabiduría
que todo lo exterior lo puso envuelto
en este pobre manto material
y pasajero.
Previendo un escenario que
así como los harapos vistiendo al hombre
a las joyas embellecen
la misma obra y efecto causaría
a favor de ciertas almas
que solo el cielo desperdiga
como niña risueña
cuyas risas no escatima.
El eje de la tierra pervierte su balance
las tres dimensiones se estrellan entre sí
cual fieras bestias combatientes.
La hace tan solo instantes previos
altiva, orgullosa vanidad de la creación
haciendo gala de sus riquezas
envalentonada
con la braveza de su fulgor bello
muda su aspecto;
y el fondo cristalino de sus pupilas
de una nueva y conmovedora simpatía se apodera.
Renovada faz que una sonrisa
reluciente cual zafiro
sabe coronar.
Y todo cuanto el ancho mundo acarrea
cada cual que
flotando en órbita suya le rodea
a una voz y sin reservas
la razón de su bonanza clama:
¡Un beso suyo!
Si, un beso de él...
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