Ya te habías marchado
Poema publicado el 30 de Septiembre de 2011
Cada trazo de esos recuerdos
era un vagabundeo nocturno
la falsa felicidad de los sueños
se derrite apenas ve la luz…
y me detuve a contemplarte
pero vos... ya te habías marchado.
Ya no había conciencia
entonces dejé que muy lento
la lluvia de todo se encargara,
dejando trampas en mis trampas
invente colores de esperanza
porque vos... ya te habías marchado
Y nada más lejano a la nostalgia
a esa alegría casi amontonada
Esa que vivía los días de la vida,
al otro lado de la risa y paradoja
cuando todo tenía colores simulados.
Al llegar la tarde... ya más viejo
más afín a los tiempos... más solo
dudaba hasta de los susurros
y de los exabruptos de mi cuerpo.
La sangre loca hacía humoradas
por entre los cuadernos y las ansias
y ese mutismo que poco a poco
entre mis letras se amuraba,
a pesar que desaparecieron los relojes
la medición del tiempo vivía y estaba.
Puse rumbo firme hacia la nada
y monte sobre la punta de mis dedos
y miré a lo lejos por si acaso
tu foto me hablara desde el silencio,
el ronronear de los estruendos
que celosamente te cuidaban
me dieron la razón de ese silencio.
Vi una luz a lo lejos que sutil iluminaba
letras que amorosamente me arropaban
clamé para que la decisión llegara
hurgando entre los cajones y las hojas
poniendo en marcha la vida cotidiana,
pues a esa hora existía la certeza
que vos, ya te habías marchado.
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Poema publicado el 30 de Septiembre de 2011
Cada trazo de esos recuerdos
era un vagabundeo nocturno
la falsa felicidad de los sueños
se derrite apenas ve la luz…
y me detuve a contemplarte
pero vos... ya te habías marchado.
Ya no había conciencia
entonces dejé que muy lento
la lluvia de todo se encargara,
dejando trampas en mis trampas
invente colores de esperanza
porque vos... ya te habías marchado
Y nada más lejano a la nostalgia
a esa alegría casi amontonada
Esa que vivía los días de la vida,
al otro lado de la risa y paradoja
cuando todo tenía colores simulados.
Al llegar la tarde... ya más viejo
más afín a los tiempos... más solo
dudaba hasta de los susurros
y de los exabruptos de mi cuerpo.
La sangre loca hacía humoradas
por entre los cuadernos y las ansias
y ese mutismo que poco a poco
entre mis letras se amuraba,
a pesar que desaparecieron los relojes
la medición del tiempo vivía y estaba.
Puse rumbo firme hacia la nada
y monte sobre la punta de mis dedos
y miré a lo lejos por si acaso
tu foto me hablara desde el silencio,
el ronronear de los estruendos
que celosamente te cuidaban
me dieron la razón de ese silencio.
Vi una luz a lo lejos que sutil iluminaba
letras que amorosamente me arropaban
clamé para que la decisión llegara
hurgando entre los cajones y las hojas
poniendo en marcha la vida cotidiana,
pues a esa hora existía la certeza
que vos, ya te habías marchado.
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