Mi oración
Poema publicado el 08 de Mayo de 2014
Aunque a veces pienso que la religión complicó mi vida.
También sé que como cualquier ser humano, no lograría sino solo aprensiones terrenales en mi desandar de la vida.
Puedo ver a través de la bruma de los tiempos las edificaciones derruidas de la historia humana y en sus tinieblas, fogatas y lámparas de tenue luz, residencia de su eterna cruz.
No hay en todos los tiempos de la historia una sola verdad que se mantuvo y se abrillantara en el averno del vivir humano, mas que la suya.
Sé que Tu existencia es tangible para el que desea ver, porque únicamente sin frecuentarte Dios es que nos podrás acoger.
Cuando comparo la acritud de la rutina humana al bálsamo de paz que es conocer Tu voz, no puedo sino agradecer el de tener una alternativa valedera, un aserto para mi forma de ser.
Si la espiritualidad es una escalera a Ti, al mirar desde mi grada, un peldaño justo por encima parecería un tranco hasta el mismo umbral de Tu morada, pero al tornar veo que el escalón que acabo de abandonar, esta escasamente del plano enlodecedor de lo terrenal.
Y si en el día logre subir uno o varios peldaños, cada vez al regresar a mirar, acabare de salir de la hoya, del aguazal, pero cada vez de aguas mas claras.
Sé que mi escalamiento llevará el borde del agual siguiendo mis andadas, algo a lo que nuestra condición humana, no puede relegar.
Y junto a la escalinata, hay un barandal de material templado, eterno, para mi mano aferrar.
Y a veces pienso que a religión complicó mi vida.
Porque quisiera ser solo un ser humano juzgado por derecho del hombre y no por las de su Dios y no encontrar ofensa en nadie sino tan sólo ser perecedero y prevalecer en nuestro mundo donde nacemos al nacer y morimos al finar.
Resollar los senderos en persecución de mi presa, ser lobo. Tascar el descanso en el pasto, el buey.
Surcar el viento, el cóndor. Silbar, el delfín. Susurrar la paz, el boscaje.
La hamaca, el galopín.
La espada, el cobijo.
La copla, la inflexión.
El ave, la inspiración.
Quisiera ser el celaje, tus ojos. El aire, tu palabra. La tierra, tu abrazo. La nube, tu llanto.
Recostarme en bahía tortuga a sonreírle a las nubes en el día y hablarle a las estrellas en la vigía.
A veces pienso que la religión nos complica la vida.
Pero si solo naciera del suelo y no del sol, solo tronco y no copa seria.
Pero si solo tuviera oído y no tu guía, carencia habría de sonido.
Porque si no fuéramos hijos tuyos mi Padre Dios.
¿Quién estas enamoradas emociones escribiría?
André
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Poema publicado el 08 de Mayo de 2014
Aunque a veces pienso que la religión complicó mi vida.
También sé que como cualquier ser humano, no lograría sino solo aprensiones terrenales en mi desandar de la vida.
Puedo ver a través de la bruma de los tiempos las edificaciones derruidas de la historia humana y en sus tinieblas, fogatas y lámparas de tenue luz, residencia de su eterna cruz.
No hay en todos los tiempos de la historia una sola verdad que se mantuvo y se abrillantara en el averno del vivir humano, mas que la suya.
Sé que Tu existencia es tangible para el que desea ver, porque únicamente sin frecuentarte Dios es que nos podrás acoger.
Cuando comparo la acritud de la rutina humana al bálsamo de paz que es conocer Tu voz, no puedo sino agradecer el de tener una alternativa valedera, un aserto para mi forma de ser.
Si la espiritualidad es una escalera a Ti, al mirar desde mi grada, un peldaño justo por encima parecería un tranco hasta el mismo umbral de Tu morada, pero al tornar veo que el escalón que acabo de abandonar, esta escasamente del plano enlodecedor de lo terrenal.
Y si en el día logre subir uno o varios peldaños, cada vez al regresar a mirar, acabare de salir de la hoya, del aguazal, pero cada vez de aguas mas claras.
Sé que mi escalamiento llevará el borde del agual siguiendo mis andadas, algo a lo que nuestra condición humana, no puede relegar.
Y junto a la escalinata, hay un barandal de material templado, eterno, para mi mano aferrar.
Y a veces pienso que a religión complicó mi vida.
Porque quisiera ser solo un ser humano juzgado por derecho del hombre y no por las de su Dios y no encontrar ofensa en nadie sino tan sólo ser perecedero y prevalecer en nuestro mundo donde nacemos al nacer y morimos al finar.
Resollar los senderos en persecución de mi presa, ser lobo. Tascar el descanso en el pasto, el buey.
Surcar el viento, el cóndor. Silbar, el delfín. Susurrar la paz, el boscaje.
La hamaca, el galopín.
La espada, el cobijo.
La copla, la inflexión.
El ave, la inspiración.
Quisiera ser el celaje, tus ojos. El aire, tu palabra. La tierra, tu abrazo. La nube, tu llanto.
Recostarme en bahía tortuga a sonreírle a las nubes en el día y hablarle a las estrellas en la vigía.
A veces pienso que la religión nos complica la vida.
Pero si solo naciera del suelo y no del sol, solo tronco y no copa seria.
Pero si solo tuviera oído y no tu guía, carencia habría de sonido.
Porque si no fuéramos hijos tuyos mi Padre Dios.
¿Quién estas enamoradas emociones escribiría?
André
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