Imantado viento
Poema publicado el 30 de Noviembre de 2011
IMANTADO VIENTO
imantado viento que me incumbe
tibia su luz apenas enterrada
entre labios y pájaros, deleída
su remota vanidad aún sin fuga
súbita perfección su voz tan clara
la tenue horizontalidad del cielo
no sin espejo su máscara riente
plateado velamen de la sombra
denso glaciar de remolino gris
mustio pasajero del crepúsculo
si clamas clara noche por la pluma
húmeda, silbaré una melodía azul
mármol quebrado tu ciega llovizna
estatua de polvo esculpida en vidrio
mariposa tallada en un instante
y puede no ser un espacio quieto
donde adormecido repose el vuelo
en escabel de humo alquitarado
sin cúmulos ni estelas derretidas
donde quepa tu sombra transparente
SOMOS
somos muchas cosas, también lo que nunca pudimos ser
fiebre púrpura, retozado coral o hambre sin mañana
placeres en árboles prestados, rústicas sonrisas sin gesto
máscaras templadas en la fragua, alquimia sin tregua
presagios húmedos colgados en ventanas sin balcones
contratos renovables, invulnerables transiciones a la nada
apetecida brisa maturina ensartada en un frágil presagio
adoro lo que no eres, lo que me haces ser, sin desmayos
de pura caricia festoneada, en mi piel de escamas invadida
vas lenta como en una pecera y te noto inquieta y dulce
bienvenida criatura que no es sino el aire que me inunda
que me abandona cuando no quiere ser más tus confines
eres tantas cosas como te imagino, y no alcanzo a imaginar
la mitad de mi mismo, de la misma distancia que me acerca
a lo que no eres, a lo que quiero que seas sin dejar de ser yo
medianoche sin herraduras ni espadas curvas, en un abrazo
algo acompasada la lluvia y aunque tarde en escampar
ondulado agua eres y sin serlo serás tierra húmeda y fragante
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Poema publicado el 30 de Noviembre de 2011
IMANTADO VIENTO
imantado viento que me incumbe
tibia su luz apenas enterrada
entre labios y pájaros, deleída
su remota vanidad aún sin fuga
súbita perfección su voz tan clara
la tenue horizontalidad del cielo
no sin espejo su máscara riente
plateado velamen de la sombra
denso glaciar de remolino gris
mustio pasajero del crepúsculo
si clamas clara noche por la pluma
húmeda, silbaré una melodía azul
mármol quebrado tu ciega llovizna
estatua de polvo esculpida en vidrio
mariposa tallada en un instante
y puede no ser un espacio quieto
donde adormecido repose el vuelo
en escabel de humo alquitarado
sin cúmulos ni estelas derretidas
donde quepa tu sombra transparente
SOMOS
somos muchas cosas, también lo que nunca pudimos ser
fiebre púrpura, retozado coral o hambre sin mañana
placeres en árboles prestados, rústicas sonrisas sin gesto
máscaras templadas en la fragua, alquimia sin tregua
presagios húmedos colgados en ventanas sin balcones
contratos renovables, invulnerables transiciones a la nada
apetecida brisa maturina ensartada en un frágil presagio
adoro lo que no eres, lo que me haces ser, sin desmayos
de pura caricia festoneada, en mi piel de escamas invadida
vas lenta como en una pecera y te noto inquieta y dulce
bienvenida criatura que no es sino el aire que me inunda
que me abandona cuando no quiere ser más tus confines
eres tantas cosas como te imagino, y no alcanzo a imaginar
la mitad de mi mismo, de la misma distancia que me acerca
a lo que no eres, a lo que quiero que seas sin dejar de ser yo
medianoche sin herraduras ni espadas curvas, en un abrazo
algo acompasada la lluvia y aunque tarde en escampar
ondulado agua eres y sin serlo serás tierra húmeda y fragante
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