en la danza de la adolescencia: un canto de amor y esperanza
Poema publicado el 23 de Febrero de 2024
En el umbral de la juventud, mi corazón suspira,
En el eco de los conflictos, donde la rebeldía germina,
Mi dulce hija, en la danza de la adolescencia,
Entre sombras de desafío, una flor en resistencia.
En el lienzo de sus días, pinceladas de rebeldía,
Como tempestad en el mar, desafiando la armonía,
Quisiera ser un roble fuerte, resistente al viento,
Pero sé que la ternura guía más que el tormento.
Entre susurros de desobediencia, en el vaivén del amor,
Mi corazón late con la fuerza de un clamor,
¿Cómo guiarla, protegerla, sin ser un faro severo?
En la encrucijada de la parentalidad, la incertidumbre espero.
Ella, dulce como la brisa que acaricia la mañana,
Inteligente, un faro de luz en su propia montaña,
En su rebeldía, una búsqueda de identidad,
Como mariposa emergiendo, en su propia verdad.
Quisiera ser el ancla en su mar de emociones,
Pero sé que el amor no florece en restricciones,
En la dualidad de quererla fuerte y comprender,
En el suspiro de mis noches, espero que entienda.
Que esta etapa, como nubes que ocultan la luna,
Pasará, dejando lugar a una nueva fortuna,
En su corazón, un rincón para la sabiduría,
Que el amor guíe, en esta travesía.
En el susurro de mis oraciones, en la vigilia de la espera,
Confío en que el amor, como brújula, la iluminará entera,
Mi hija, mi luz en la oscuridad, en este vaivén,
Espero que encuentre paz, en su propio edén.
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Poema publicado el 23 de Febrero de 2024
En el umbral de la juventud, mi corazón suspira,
En el eco de los conflictos, donde la rebeldía germina,
Mi dulce hija, en la danza de la adolescencia,
Entre sombras de desafío, una flor en resistencia.
En el lienzo de sus días, pinceladas de rebeldía,
Como tempestad en el mar, desafiando la armonía,
Quisiera ser un roble fuerte, resistente al viento,
Pero sé que la ternura guía más que el tormento.
Entre susurros de desobediencia, en el vaivén del amor,
Mi corazón late con la fuerza de un clamor,
¿Cómo guiarla, protegerla, sin ser un faro severo?
En la encrucijada de la parentalidad, la incertidumbre espero.
Ella, dulce como la brisa que acaricia la mañana,
Inteligente, un faro de luz en su propia montaña,
En su rebeldía, una búsqueda de identidad,
Como mariposa emergiendo, en su propia verdad.
Quisiera ser el ancla en su mar de emociones,
Pero sé que el amor no florece en restricciones,
En la dualidad de quererla fuerte y comprender,
En el suspiro de mis noches, espero que entienda.
Que esta etapa, como nubes que ocultan la luna,
Pasará, dejando lugar a una nueva fortuna,
En su corazón, un rincón para la sabiduría,
Que el amor guíe, en esta travesía.
En el susurro de mis oraciones, en la vigilia de la espera,
Confío en que el amor, como brújula, la iluminará entera,
Mi hija, mi luz en la oscuridad, en este vaivén,
Espero que encuentre paz, en su propio edén.
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