Días de una pareja sublime
Poema publicado el 29 de Mayo de 2012
La realidad no les fue suficiente,
sus sentimientos se podrían acomodar,
en libros ficticios e historias sobresalientes,
donde el corazón siempre haya podido más.
El dependía totalmente de ella,
ella siempre lo soñaba al dormir,
sin duda la pareja perfecta,
quienes jamás les llegará su fin.
Bajo las estrellas se tomaron de la mano,
él le dijo sin dejarla de mirar,
"hoy aseguro que lo antes jurado,
será nuestro para toda la eternidad".
Han vivido todas las historias,
probaron cada esencia del amor,
cuentos trágicos y de gloria,
siempre derribaron a la adversión.
Llevaba puesto aquel vestido de tonos rojos,
con sus zapatillas contrastaba la mejor combinación,
hizo que brillaran los apagados ojos,
de ese muchacho con el que más se enamoró.
Los amaneceres llenaron sus esperanzas,
el cantar de las aves los hizo sonreír,
no se habían dado cuenta de las ganas,
que el destino tuvo de hacerles la vida feliz.
Se sentaron ambos en la arena para ver,
cómo entre montañas silenciaba el sol,
eran días mágicos y al atardecer,
las olas les sacudían brisas de amor.
Tomaron el café por las mañanas,
en la cocina dejaban besos por todos lados,
así ellos siempre despertaban,
sonriendo sin pizca de preocupados.
Se enseñaron a vivir uno del otro,
con el tiempo le abrazaba más la cintura,
juntos eran un sólo tesoro,
juntos hacían de una enfermedad la cura.
Las velas ya estaban encendidas,
él preparó la cena y adornó con rosas,
le dio una linda bienvenida,
a aquella mujer pues era su esposa.
Ella se peinaba frente al espejo,
él tapándole sus ojos para poderla besar,
ambos felices mirando sus reflejos,
sabían que eran la pareja ideal.
Por la ventana asomaban sus miradas,
las nubes lloraban de felicidad,
veían cómo ambos se amaban,
él la abrazaba sin poderla soltar.
De noche contemplaban cometas en el firmamento,
nunca cerraban los ojos para un deseo pedir,
pues no les faltaba ni un poco de aliento,
teniendo uno al otro era todo para ser feliz.
En el balcón estrecharon sus manos,
se observaban tan fijamente,
una lágrima resbaló por sus labios,
él la removía con besos y abrazos fuertes.
A la media noche siempre solía llorar,
cuando él le entonaba una canción,
lo abrazaba cuando apenas iba a la mitad,
eso sí era un verdadero amor.
Siempre tuvieron noches dulces,
cuando otros tenían un amargo sabor,
cada que vivían momentos lustres,
otros probaban ratos de dolor.
Los dos ya morían de sueño,
él siempre la dormía con un beso,
no había ninguna pesadilla,
pues el querer siempre era eterno.
En papel la inmortalizaba,
escribiéndole halagos y demás,
eran el modelo de la pareja deseada,
todo esto pasa cuando lo que sienten es real.
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Poema publicado el 29 de Mayo de 2012
La realidad no les fue suficiente,
sus sentimientos se podrían acomodar,
en libros ficticios e historias sobresalientes,
donde el corazón siempre haya podido más.
El dependía totalmente de ella,
ella siempre lo soñaba al dormir,
sin duda la pareja perfecta,
quienes jamás les llegará su fin.
Bajo las estrellas se tomaron de la mano,
él le dijo sin dejarla de mirar,
"hoy aseguro que lo antes jurado,
será nuestro para toda la eternidad".
Han vivido todas las historias,
probaron cada esencia del amor,
cuentos trágicos y de gloria,
siempre derribaron a la adversión.
Llevaba puesto aquel vestido de tonos rojos,
con sus zapatillas contrastaba la mejor combinación,
hizo que brillaran los apagados ojos,
de ese muchacho con el que más se enamoró.
Los amaneceres llenaron sus esperanzas,
el cantar de las aves los hizo sonreír,
no se habían dado cuenta de las ganas,
que el destino tuvo de hacerles la vida feliz.
Se sentaron ambos en la arena para ver,
cómo entre montañas silenciaba el sol,
eran días mágicos y al atardecer,
las olas les sacudían brisas de amor.
Tomaron el café por las mañanas,
en la cocina dejaban besos por todos lados,
así ellos siempre despertaban,
sonriendo sin pizca de preocupados.
Se enseñaron a vivir uno del otro,
con el tiempo le abrazaba más la cintura,
juntos eran un sólo tesoro,
juntos hacían de una enfermedad la cura.
Las velas ya estaban encendidas,
él preparó la cena y adornó con rosas,
le dio una linda bienvenida,
a aquella mujer pues era su esposa.
Ella se peinaba frente al espejo,
él tapándole sus ojos para poderla besar,
ambos felices mirando sus reflejos,
sabían que eran la pareja ideal.
Por la ventana asomaban sus miradas,
las nubes lloraban de felicidad,
veían cómo ambos se amaban,
él la abrazaba sin poderla soltar.
De noche contemplaban cometas en el firmamento,
nunca cerraban los ojos para un deseo pedir,
pues no les faltaba ni un poco de aliento,
teniendo uno al otro era todo para ser feliz.
En el balcón estrecharon sus manos,
se observaban tan fijamente,
una lágrima resbaló por sus labios,
él la removía con besos y abrazos fuertes.
A la media noche siempre solía llorar,
cuando él le entonaba una canción,
lo abrazaba cuando apenas iba a la mitad,
eso sí era un verdadero amor.
Siempre tuvieron noches dulces,
cuando otros tenían un amargo sabor,
cada que vivían momentos lustres,
otros probaban ratos de dolor.
Los dos ya morían de sueño,
él siempre la dormía con un beso,
no había ninguna pesadilla,
pues el querer siempre era eterno.
En papel la inmortalizaba,
escribiéndole halagos y demás,
eran el modelo de la pareja deseada,
todo esto pasa cuando lo que sienten es real.
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