Señora luna.
Poema publicado el 29 de Mayo de 2012
Bajo las estrellas y encima de mis sueños,
yo esperando tu llegada magistral,
verte es lo que me deja sin sentimientos,
luz sin brillo que brota de la oscuridad.
Ella siempre viste de plata,
cada noche me logra enamorar,
somos el reflejo en el agua,
era uno y contigo hice par.
Aquel sol ya lo sabe y me envidia,
pues cada que marcha sueles llegar tú,
eres la única dama de mis perfidias,
quien me brinda vida y no un simple cielo azul.
Existes para florecer cada uno de mis vicios,
tu anillo me anestesia contra todo amorío,
me alejaste de aquel cuento ficticio,
me corregiste cuando estuve confundido.
Tú, que me enseñaste lo que nadie sabe,
la condena sólo se padece una vez,
al viento no es ninguna ave,
y los peces nadan en la sed.
Serán gallardos momentos si me acompañas,
no prometo nada, y tú tampoco lo hagas,
me iluminarás con brindarme compañía,
qué más da sea noche o de día.
Haremos brocheta de estrellas,
un coctel de París,
si ella me oyera,
se quedaría aquí.
Cuánto falta para vernos de nuevo?,
ven y despójame de este mal,
yo espero a que nos reencontremos,
hasta que muera la claridad.
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Poema publicado el 29 de Mayo de 2012
Bajo las estrellas y encima de mis sueños,
yo esperando tu llegada magistral,
verte es lo que me deja sin sentimientos,
luz sin brillo que brota de la oscuridad.
Ella siempre viste de plata,
cada noche me logra enamorar,
somos el reflejo en el agua,
era uno y contigo hice par.
Aquel sol ya lo sabe y me envidia,
pues cada que marcha sueles llegar tú,
eres la única dama de mis perfidias,
quien me brinda vida y no un simple cielo azul.
Existes para florecer cada uno de mis vicios,
tu anillo me anestesia contra todo amorío,
me alejaste de aquel cuento ficticio,
me corregiste cuando estuve confundido.
Tú, que me enseñaste lo que nadie sabe,
la condena sólo se padece una vez,
al viento no es ninguna ave,
y los peces nadan en la sed.
Serán gallardos momentos si me acompañas,
no prometo nada, y tú tampoco lo hagas,
me iluminarás con brindarme compañía,
qué más da sea noche o de día.
Haremos brocheta de estrellas,
un coctel de París,
si ella me oyera,
se quedaría aquí.
Cuánto falta para vernos de nuevo?,
ven y despójame de este mal,
yo espero a que nos reencontremos,
hasta que muera la claridad.
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Compartiendo el poema con tus amigos en facebook ayudas a la difusión de estas bellas creaciones poéticas y ayudas a dar a conocer a los poetas.
