Por eduardo
Poema publicado el 11 de Marzo de 2010
El río desciende a borbotones entre las piedras,
Con agua fresca y clara de deshielo,
Con avidez de lagos y de océanos,
Con promesas de vida y brotes nuevos
La atmósfera, diáfana, templada
El aire de montaña siempre nuevo
Los árboles con su paleta de verdes ocres
Y silbantes juncos acariciados por el viento
El hombre, con su cuerpo, estático, inmóvil,
Con su mente ávida de trofeos,
Su brazo castea pendulante
Y la línea en viaje interminable por el éter
Crea ignorante, la perfecta cinta de Moebius
El ataque del pez es imprevisto,
El agua estalla en un momento,
El hombre despierta de su ensueño,
El pez se inmola, el hombre ríe satisfecho
Creado 11 de Marzo 2010
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Poema publicado el 11 de Marzo de 2010
El río desciende a borbotones entre las piedras,
Con agua fresca y clara de deshielo,
Con avidez de lagos y de océanos,
Con promesas de vida y brotes nuevos
La atmósfera, diáfana, templada
El aire de montaña siempre nuevo
Los árboles con su paleta de verdes ocres
Y silbantes juncos acariciados por el viento
El hombre, con su cuerpo, estático, inmóvil,
Con su mente ávida de trofeos,
Su brazo castea pendulante
Y la línea en viaje interminable por el éter
Crea ignorante, la perfecta cinta de Moebius
El ataque del pez es imprevisto,
El agua estalla en un momento,
El hombre despierta de su ensueño,
El pez se inmola, el hombre ríe satisfecho
Creado 11 de Marzo 2010
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