A dos manos
Poema publicado el 13 de Marzo de 2016
Estas manos que me delatan,
estas que estimulan,
del lenguaje mudo de nuestras manos juntas.
A dos manos recorro las curvas
entiendo tu piel desnuda.
Detallo tu cuerpo;
siento el latir entre tu pecho,
encuentro tus puntos,
a dos manos llego a tu cintura,
llego a ese punto,
llego donde inicia la lujuria.
A dos manos,
más los besos se excitan nuestros cuerpos.
Tiemblo de nervios,
tiemblas porque es nuevo,
nos invade el deseo,
de estar solos;
de estar en el mismo lecho.
A dos manos descubres mi cuerpo,
lo tántrico cuando nuestras mentes se juntan.
Recorres mi vientre, llegas a un orgasmo en tu mente.
Es un éxtasis soy adicto;
es tacto, no es sexo, es sentir,
es embriagante como el vino.
Y en nuestro lenguaje de texturas:
suaves, blandas y duras,
de un lenguaje en el que nuestros rostros murmuran;
llego a un climax en abundantes caricias,
deseo tu cuerpo desnudo para apreciar
esas curvas finas.
… en complemento del desborde,
la ternura y la lascivia; cae la noche en frío espeso y
la belleza emerge desde su piel tibia.
Toma sus riesgos y sus manos descubren
lo que su mente había,
descubre mi cuerpo como solo a dos manos podría.
Y en este lenguaje de besos y caricias:
tu cuerpo se estremece en placer,
siento mis manos caer,
siento lo que a solo dos manos podría hacer.
Cristian A. Lópe C.
28-12-15
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Poema publicado el 13 de Marzo de 2016
Estas manos que me delatan,
estas que estimulan,
del lenguaje mudo de nuestras manos juntas.
A dos manos recorro las curvas
entiendo tu piel desnuda.
Detallo tu cuerpo;
siento el latir entre tu pecho,
encuentro tus puntos,
a dos manos llego a tu cintura,
llego a ese punto,
llego donde inicia la lujuria.
A dos manos,
más los besos se excitan nuestros cuerpos.
Tiemblo de nervios,
tiemblas porque es nuevo,
nos invade el deseo,
de estar solos;
de estar en el mismo lecho.
A dos manos descubres mi cuerpo,
lo tántrico cuando nuestras mentes se juntan.
Recorres mi vientre, llegas a un orgasmo en tu mente.
Es un éxtasis soy adicto;
es tacto, no es sexo, es sentir,
es embriagante como el vino.
Y en nuestro lenguaje de texturas:
suaves, blandas y duras,
de un lenguaje en el que nuestros rostros murmuran;
llego a un climax en abundantes caricias,
deseo tu cuerpo desnudo para apreciar
esas curvas finas.
… en complemento del desborde,
la ternura y la lascivia; cae la noche en frío espeso y
la belleza emerge desde su piel tibia.
Toma sus riesgos y sus manos descubren
lo que su mente había,
descubre mi cuerpo como solo a dos manos podría.
Y en este lenguaje de besos y caricias:
tu cuerpo se estremece en placer,
siento mis manos caer,
siento lo que a solo dos manos podría hacer.
Cristian A. Lópe C.
28-12-15
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