Poemas de Cristian Martín

Cristian Martín

Yo Cristian Martín Martín tan solo soy un chico normal y corriente, aunque un poco distinto para tener mi edad ya que desde muy pequeño me toco madurar muy pronto y darme cuenta de que la vida no es nada sencilla. Desde mi infancia mi vida ya se complico. Vivo en un pequeño pueblo en el que somos cuatro chavales nada mas y desde mi infancia esos chavales se metían mucho conmigo, lo que conllevaba a estar solo mucho tiempo y pasar muchas cosas malas.
Se que esto puede resultar habitual y puede que si pero no es lo único malo que he tenido que pasar en mi corta vida.

Con 10 años empezó la racha de desgracias, todo comenzó con la muerte de mi abuelo materno, al cual veía muy poco por la distancia que nos separaba pero estaba muy unido a el y esa perdida, la primera perdida familiar tan cercana y a tan pronta edad me dolió mucho.
Tras esa desgracia tuve en quien apoyarme que fue mi familia y amigos sobre todo mi primer y mejor amigo, un chaval de Burgos que venia los fines de semana al pueblo a ver a sus abuelos y siempre estábamos juntos como hermanos.
Tras unos años cuando tenia ya unos 14 falleció mi abuelo paterno junto con el que había convivido toda la vida, pese a estar junto a el siempre no sentí tanto su muerte ya que por cada desgracia me hago mas insensible a las que puedan venir, o eso creía.

Al año siguiente cuando yo tenia 15, tuve que sufrir una de las peores experiencias que fue ver como a mi padre le tenían que amputar una pierna. Jamas olvidare ese momento en el que volvió del hospital a casa en silla de ruedas y ves lo que a sufrido y esa imagen tan... tan... es que no hay ni palabras para explicarlo.

Con 16 años llego una de las dos peores desgracias que he tenido que soportar hasta el momento, que fue la muerte del amigo anteriormente citado. Es un día que se queda en la memoria ya que mi amigo, mi hermano, la mejor persona que e conocido en la vida murió atropellado por culpa de un conductor borracho.
Recuerdo que me avisaron por Whatsapp y no me lo creía porque era numero desconocido y parecía la típica broma de mal gusto que suelen hacer. Recuerdo contárselo a mi madre y no se lo creía y tras ello ir al servicio a afeitarme y al salir ver a mi madre llorar y mi padre muy triste porque una conocida les dio la mala noticia de que era real. En ese momento te das cuenta de que la vida no es nada y se te puede escapar en un simple parpadeo.

Cuando creía que había pasado todo lo malo que uno puede vivir en tan corta vida, a los 17 años volvió otra desgracia. La vida se ceba siempre con los que peor lo han pasado, y a mi padre le toco volver a pasar por una amputación mas, la segunda pierna. En ese momento se te cae el mundo encima, ves que ya no puedes seguir siendo un crió, tu familia va a depender de ti y tu eres el futuro de dicha familia.
Pero hay no acaba la cosa, hace poco tiempo con 18 años nada mas ocurrió lo peor hasta el momento, y te aviso que si eres muy sensible no leas lo que voy a escribir a continuación.

Tal día como el 14 de Enero del 2015, por la mañana sobre las 9:30 AM me desperté oyendo los llantos y gritos de ayuda de mi madre. Fue entrar a la sala donde se encontraba mi madre y en la que dormía mi padre y antes de entrar mi madre me dijo la frase mas dura que un hijo mas unido que nunca a su padre puede escuchar: "Cristian, tu padre no respira, esta muerto"
Nada mas entrar y girarme hay estaba, mi padre, inerte como si estuviera dormido solo que sin vida; no hay imagen mas indeseable para alguien que ver a su padre muerto, pero lo peor también fue saber que había sido hace poco e intentar reanimarlo. Es algo que jamas desearía a nadie que tuviera que pasar por ello. Tener que calcarte sobre tu padre para intentar que vuelva a la vida y frustrarte por no conseguirlo y ver que se va y que no puedes hacer nada. Ese momento, esa tensión, ese ambiente y lo que conlleva reanimar a una persona jamas se olvida y es algo que te atormenta desde ese instante hasta el resto de tu vida

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