Vida
Poema publicado el 25 de Agosto de 2011
Puede que la vida
Se encuentre entre matices y escombros,
Que sólo sea un sueño diminuto,
Y sólo por eso vivamos:
Y no importa si todo lo demás
Te hace morir cien veces,
Y no importa si luego eres un fantasma
Siguiendo por la ruta
De la vida soñada…
Porque acá hay existencia,
Hay luz,
Hay pieles y besos con sabor a membrillos…
Porque hay vértices y esquinas….
Hay calles amarillas en degradé
Y murallas de adobe
Donde nos apoyaremos mil veces
Para tocarnos en silencio…
Y se nos desata un montón de sudor,
Y estallan las carnes
Y nos atraganta la risa,
Y nos embriaga el amor
Y Se nos cuela la pasión por entre los dedos…
Y nos percatamos que nuestra ilusión
Es el sueño que vimos en el espejo
Cuando nos conocimos,
El sueño que divisamos en el reflejo,
Cuando vagábamos por los escombros,
Mientras los ojos tristes
Se nos quedaban congelados en la nieve del pasado…
Y hoy, estamos ateridos de tanta emoción,
Y entre pinceladas de matices
Estamos agotados de tanta piel…
Y marcamos la hora en nuestros corazones,
Y les damos cuerda,
Somos una fracción amplificada por siete,
Arrojándose al vacío en un solo paracaídas,
Volando a la deriva en un azul contagioso…
Y esa es la vida,
La vida que vivimos en un diminuto sueño,
En una tarde de otoño, entre matices y escombros
Y que se repetirá para seguir vivos,
Para sentir que valía la pena
Surgir del precipicio negro en donde nos aterrábamos antes de saltar
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Poema publicado el 25 de Agosto de 2011
Puede que la vida
Se encuentre entre matices y escombros,
Que sólo sea un sueño diminuto,
Y sólo por eso vivamos:
Y no importa si todo lo demás
Te hace morir cien veces,
Y no importa si luego eres un fantasma
Siguiendo por la ruta
De la vida soñada…
Porque acá hay existencia,
Hay luz,
Hay pieles y besos con sabor a membrillos…
Porque hay vértices y esquinas….
Hay calles amarillas en degradé
Y murallas de adobe
Donde nos apoyaremos mil veces
Para tocarnos en silencio…
Y se nos desata un montón de sudor,
Y estallan las carnes
Y nos atraganta la risa,
Y nos embriaga el amor
Y Se nos cuela la pasión por entre los dedos…
Y nos percatamos que nuestra ilusión
Es el sueño que vimos en el espejo
Cuando nos conocimos,
El sueño que divisamos en el reflejo,
Cuando vagábamos por los escombros,
Mientras los ojos tristes
Se nos quedaban congelados en la nieve del pasado…
Y hoy, estamos ateridos de tanta emoción,
Y entre pinceladas de matices
Estamos agotados de tanta piel…
Y marcamos la hora en nuestros corazones,
Y les damos cuerda,
Somos una fracción amplificada por siete,
Arrojándose al vacío en un solo paracaídas,
Volando a la deriva en un azul contagioso…
Y esa es la vida,
La vida que vivimos en un diminuto sueño,
En una tarde de otoño, entre matices y escombros
Y que se repetirá para seguir vivos,
Para sentir que valía la pena
Surgir del precipicio negro en donde nos aterrábamos antes de saltar
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