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El embeleso de la mariposa. (a eveling lópez zeledón) - Poemas de David Garcilez



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Categoría: Poemas de Amor
El embeleso de la mariposa. (a eveling lópez zeledón)
Poema publicado el 30 de Diciembre de 2013

En la vasta primavera te he encontrado,
cual enigma, cual jardín improvisado
que abraza en su silencio a las flores bermejas,
y la trémula palabra en mis labios se detiene,
queriendo intelecto a la eufonía se mantiene
en la dulzura de tu alma, cual dulzura en la abeja.

¡Oh crisálida de encantos! vas huyendo del amorío,
no es que sea petulante y del tiempo hoy me sonrío
de sencilla mariposa que volando hoy se detiene,
deja el paso en la rosa que su vida ha estremecido,
con sutil delicadeza toca el pétalo indebido
y rebala en la corola y con delirios se sostiene.

¿Quién podrá con ternura robarle un beso primero?
¿o a flor del éxtasis pleno librarla como un velero?
o escribirle un poema que a su temor ahuyentara,
con inauditas palabras que la vistieran de amor,
y que en la insólita tristeza llevase a su mano una flor
y en palestra de campos verdes sus letras le declamara.

¿Quién podrá robarle tan solo un suspiro con alma?
¿o una sonrisa siquiera inducida en la efímera calma?
pues en tus ojos radiantes de flor hoy me embeleso,
cual Psiquis que va volando con un acento admirable,
que ondea belleza infalible en un cielo tan inestable,
que es sideral que fulgura con paz, con ternura y sin beso.

Y la trémula mariposa sigue volando en su acento,
queriendo posar su descanso sobre las alas del viento
en la mística rosa que nace en su improviso jardín.
y vuela sobre su corola, y vuela sobre su dulzura,
al campo lo viste de encantos al cielo de amor lo fulgura,
y a la mariposa sus alas impregna de olor cual jazmín.

No vueles ya mariposa sobre la rosa imposible,
son tus intentos banales y tu ilusión contingible
que sobre el azul de su cielo nunca podrias volar,
deja tus vuelos innatos sobre el efímero instante,
sobre su estambre sincero, sobre su tenue elegante,
que en sus pétalos bermejos no te podrias posar.

¿Quieres acaso arriesgar tus temores y tocar su pistilo?
¿o impregnar por designio olvidado de cristales un hilo
y lucirlo ante el frágil silencio del cielo?
ya no exaltes tu vuelo, no lo hagas más mariposa,
que sus fragancias te envuelven sobre su faz primorosa,
con sus inertes instantes que ilusionan tu anhelo.

No te encierres sumisa ante su fiel dinastía,
y ni le cantes canciones más a la aurora del día
o a la luz de una luna junto con tus versos de amor,
ya no exhortes a su ternura con tus banales intentos,
que al querer tocar a sus hojas tocarás más las del viento,
aunque el afán de tu insania estará siempre en la flor.


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