Pastillas para dormir
Poema publicado el 12 de Diciembre de 2021
Yo no pierdo la esperanza
de encontrarme por la calle
de nuevo contigo un día,
ni de decirte todo
lo que no me atrevía
a decir porque me intimidas.
Dominas allá donde pisas,
sin saberlo dejas huella
y sellas con tu discreción.
Yo te necesito aunque
no te acabe de conocer,
no es un capricho, es el cielo;
que me conmueve al pensar
que tu cabello es de oscuro,
lo blanco que son tus dientes.
Es juvenil y recurrente
hablar de cosas fantasiosas.
Allá, pues, yo aquí mismo,
sentado como un niño chico,
parado me pongo a pensar.
Y pienso que te me has ido
Y es posible que sea verdad.
Si no queda ni tu sombra,
no tengo hilo del que tirar.
Y me tiro las horas
cosiendo y descosiendo,
por el día y por la noche
pa escaparme de las musas.
Arrojado en el tálamo
difícil de presentar.
Espeso, penitente
hasta que me hago al remojo.
Y fresco, lúcido durante
unas horas, ahogo tu luna
y se me olvida tu cara,
si el día sale movido.
Pero la noche es distinta.
No sueño contigo porque
no me dan pa ti los ojos,
aunque entras en mi cabeza,
porque eres bajita y fina.
Y te mueves con gracia,
pero eres seria imponente,
echas miradas que parecen
llamaradas, camarada;
luces al sol morena
y brillas en la luz tardía,
qué mona, por favor no puedo.
Te pienso y me derrumbo
pero te veo y se me pasa
en seguida, como si mi
pena fuese un esparadrapo.
Te toco sobre el viento
y así pasa, que aún no sé
cómo eres, o qué roce tienes.
No puedo serte sincero
porque no te puedes fiar
de alguien que no sabe qué siente.
Perdóname por no acercarme
más a ti, y que me dijeras
tu verdad pa estar más tranquilo.
Y conocerte más a fondo
y curarme del idealismo.
Porque te tengo en un pedestal,
mi alma; te beso en recuerdos
y no me acuesto por respetar
tu cuerpo, lleno de carisma
y sensaciones puras, nuevas.
Ideas de recién adulta.
De tu color sé su tono
pero no tus matices,
tus lunares, poros, pecas,
tu barriga o el bajo del cuello.
Lo que escuchan tus orejas.
Lo que marcan tus latidos.
Me rompes en mil trocitos
con los ojos esos que tienes,
tan chicos y que tanto dicen,
que puedo entender muchas cosas
mirando tu oráculo.
Buceando en tus lagunas
se me hace más claro el paso.
Estoy a un paso de hablar solo,
de morirme viviendo
y viendo cómo te haces,
a ti misma, a dos manos...
a trirremo, a carro... a vuelo.
Despertaré con sudores
y dormiré con pastillas.
Me haré puños de hierro
pa batallar con mis ideas.
Me volveré de espino
sino queda más remedio.
Y esperaré, sin previo aviso
de que vayas a presentarte.
Me engañaré...
creeré que el pensamiento
me ayudará a olvidarte.
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Poema publicado el 12 de Diciembre de 2021
Yo no pierdo la esperanza
de encontrarme por la calle
de nuevo contigo un día,
ni de decirte todo
lo que no me atrevía
a decir porque me intimidas.
Dominas allá donde pisas,
sin saberlo dejas huella
y sellas con tu discreción.
Yo te necesito aunque
no te acabe de conocer,
no es un capricho, es el cielo;
que me conmueve al pensar
que tu cabello es de oscuro,
lo blanco que son tus dientes.
Es juvenil y recurrente
hablar de cosas fantasiosas.
Allá, pues, yo aquí mismo,
sentado como un niño chico,
parado me pongo a pensar.
Y pienso que te me has ido
Y es posible que sea verdad.
Si no queda ni tu sombra,
no tengo hilo del que tirar.
Y me tiro las horas
cosiendo y descosiendo,
por el día y por la noche
pa escaparme de las musas.
Arrojado en el tálamo
difícil de presentar.
Espeso, penitente
hasta que me hago al remojo.
Y fresco, lúcido durante
unas horas, ahogo tu luna
y se me olvida tu cara,
si el día sale movido.
Pero la noche es distinta.
No sueño contigo porque
no me dan pa ti los ojos,
aunque entras en mi cabeza,
porque eres bajita y fina.
Y te mueves con gracia,
pero eres seria imponente,
echas miradas que parecen
llamaradas, camarada;
luces al sol morena
y brillas en la luz tardía,
qué mona, por favor no puedo.
Te pienso y me derrumbo
pero te veo y se me pasa
en seguida, como si mi
pena fuese un esparadrapo.
Te toco sobre el viento
y así pasa, que aún no sé
cómo eres, o qué roce tienes.
No puedo serte sincero
porque no te puedes fiar
de alguien que no sabe qué siente.
Perdóname por no acercarme
más a ti, y que me dijeras
tu verdad pa estar más tranquilo.
Y conocerte más a fondo
y curarme del idealismo.
Porque te tengo en un pedestal,
mi alma; te beso en recuerdos
y no me acuesto por respetar
tu cuerpo, lleno de carisma
y sensaciones puras, nuevas.
Ideas de recién adulta.
De tu color sé su tono
pero no tus matices,
tus lunares, poros, pecas,
tu barriga o el bajo del cuello.
Lo que escuchan tus orejas.
Lo que marcan tus latidos.
Me rompes en mil trocitos
con los ojos esos que tienes,
tan chicos y que tanto dicen,
que puedo entender muchas cosas
mirando tu oráculo.
Buceando en tus lagunas
se me hace más claro el paso.
Estoy a un paso de hablar solo,
de morirme viviendo
y viendo cómo te haces,
a ti misma, a dos manos...
a trirremo, a carro... a vuelo.
Despertaré con sudores
y dormiré con pastillas.
Me haré puños de hierro
pa batallar con mis ideas.
Me volveré de espino
sino queda más remedio.
Y esperaré, sin previo aviso
de que vayas a presentarte.
Me engañaré...
creeré que el pensamiento
me ayudará a olvidarte.
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Compartiendo el poema con tus amigos en facebook ayudas a la difusión de estas bellas creaciones poéticas y ayudas a dar a conocer a los poetas.