Eco
Poema publicado el 20 de Noviembre de 2013
Se oyen las voces sonoras tras el viento,
¿Serán las de los heridos mortales?
No, es el eco de la vida
Que va cantando en su suspirar.
No llores paloma mía,
Haz oír tu voz en el silencio,
Haz de ello un murmullar,
Pero no de tristeza, sino de alegría.
Hazle compañía a otras aves,
Que en su vuelo juegan en el espacio,
Con un canto de felicidad y esperanza,
Enseñando a los desdichados sabiduría.
No dejes que los presagios
Atormenten la vida humana,
Ahuyenta los temores y los malos espíritus
Que acobardan la vida del ser humano.
Vientos mensajeros,
No soplen canciones tristes,
Hagan soplar el gozo,
Con los aires de entusiasmo.
Den aliento a las flores marchitas,
Hagan volar los pólenes de ilusión,
Traigan frescura y alivio a las almas heridas
Que ansían por una cura.
Silben en el espacio,
Que se oigan los ecos de consuelo,
Al corazón que está llorando,
Den vida a los moribundos,
Y esperanza a los que la han perdido.
Den sabiduría a los necios,
Y honra a los abatidos.
Soplen sobre los árboles,
Hagan traer las cosas hermosas,
Que los hombres hayan olvidado.
Se oye un clarín en el espacio,
¿Será el clamor de los necesitados?
No, es el eco de las avecillas,
Que cantan en la naturaleza,
Paradas sobre sus ramas,
Nos dicen:
¡Todavía hay esperanzas!
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Poema publicado el 20 de Noviembre de 2013
Se oyen las voces sonoras tras el viento,
¿Serán las de los heridos mortales?
No, es el eco de la vida
Que va cantando en su suspirar.
No llores paloma mía,
Haz oír tu voz en el silencio,
Haz de ello un murmullar,
Pero no de tristeza, sino de alegría.
Hazle compañía a otras aves,
Que en su vuelo juegan en el espacio,
Con un canto de felicidad y esperanza,
Enseñando a los desdichados sabiduría.
No dejes que los presagios
Atormenten la vida humana,
Ahuyenta los temores y los malos espíritus
Que acobardan la vida del ser humano.
Vientos mensajeros,
No soplen canciones tristes,
Hagan soplar el gozo,
Con los aires de entusiasmo.
Den aliento a las flores marchitas,
Hagan volar los pólenes de ilusión,
Traigan frescura y alivio a las almas heridas
Que ansían por una cura.
Silben en el espacio,
Que se oigan los ecos de consuelo,
Al corazón que está llorando,
Den vida a los moribundos,
Y esperanza a los que la han perdido.
Den sabiduría a los necios,
Y honra a los abatidos.
Soplen sobre los árboles,
Hagan traer las cosas hermosas,
Que los hombres hayan olvidado.
Se oye un clarín en el espacio,
¿Será el clamor de los necesitados?
No, es el eco de las avecillas,
Que cantan en la naturaleza,
Paradas sobre sus ramas,
Nos dicen:
¡Todavía hay esperanzas!
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