No vuelvas paloma viajera
Poema publicado el 20 de Noviembre de 2013
I
Un día alzó su vuelo
una paloma migratoria
buscando nuevos horizontes.
Aleteó, soñó y oyó el eco
de un lugar convertido
en paraíso,
donde había abundancia
y árboles para anidar.
Oyó que había semillas
Para alimentar su vientre,
que todo era un ambiente
de tierna y dulce paz.
Alzó su vuelo con el sueño
de llegar allá.
No soportó la horrible soledad
que había en su loma.
Lugar lleno de escasez,
donde una vez era un paraíso,
hoy convertido en desierto.
Decidió marcharse sin rasgo.
Se sumergió en las alturas,
lo celeste adornó su espacio.
El viento cálido iba a su favor
todo pacífico en su suave canción.
II
Llegó a un valle fértil,
pero los moradores no aceptaron
a una paloma extraña que en su vuelo
iba hacia un hermoso paraje.
Se marchó de aquel lugar.
Marcó la distancia,
Fijó las horas de su transitar
Hasta que llegó a la sombra
de un peñasco.
Allí durmió.
Soñó que la vida le decía:
No vuelvas paloma viajera.
Despierta y sigue tu rumbo.
El rocío del amanecer la despertó.
Llegó a otro desierto inmenso.
Se detuvo en una piedra en medio
del yermo.
Allí lloró en su canto lastimero,
al no soportar el hambre, la escasez
y las alas cansadas.
Se quería regresar.
Un vientecito la detuvo y le dijo:
¡No vuelvas paloma viajera!
Yo estoy a tu favor,
te cargaré en mis alas
hasta que puedas volar en libertad.
La dejó en una cima,
allí ella continuó.
Llegó a una ciudad,
sola y entristecida se paró
en un edificio.
Se unió a otras palomas
pero no quisieron su compañía.
De nuevo lloró, gimió y lamentó,
se quería regresar.
Pero el reloj de una iglesia
le marcó la hora, y le dijo:
No vuelvas paloma viajera,
No es el tiempo de volver
pero sí es hora de continuar.
Duerme sobre mí,
Yo te despertaré
y otro día continuarás
tu peregrinar.
III
Tiririrín,
La alarma sonó,
la paloma continuó en su vuelo.
Arribó a la rivera de un río
y bebió agua.
Le pareció una larga distancia de
recorrido,
se acongojó, y otra vez
gimió, lamentó y lloró,
se quería regresar.
Hasta que detrás de ella
oye a un pez que le dice:
No vuelvas atrás paloma viajera,
no seas de las cobardes que dejan
perder un sueño,
sigue adelante.
Sustentada de ánimo,
la paloma continuó
hasta que llegó a un bosque
de crueles cazadores
que con un dardo
la quisieron traspasar
lastimándole una de sus alas.
Herida hasta desangrar escapó.
Gimiendo y llorando por el dolor
regresó en su vuelo
hasta que una bandada de canarios
fueron tras ella, diciendo:
¡Vuelve paloma viajera!
No es el tiempo de volver atrás,
vuelve y camina hacia delante,
hacia la felicidad.
Regresó,
y la llevaron al nido con las alas
heridas.
La curaron y estuvo con ellos
hasta sanarse.
Alimentada de semillas y agua,
continuó su vuelo.
Llegó a alta mar donde los
contravientos azotan.
Fue golpeada por los vientos
hasta caer al anchuroso mar.
Y una de las olas la tiró hacia
la orilla de una hermosa isla.
Moribunda y golpeada despertó,
y he aquí que a su alrededor
habían palomas emigrantes como
ella,
otras aves y mamíferos diversos.
La rescataron, cuidaron de ella
y le dijeron: ¡Bienvenida a tu sueño
hecho realidad!
Entonces la paloma comenzó a volar
y a cantar de felicidad.
Tuvo amigos y amigas
y una familia feliz en su nuevo hábitat.
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Poema publicado el 20 de Noviembre de 2013
I
Un día alzó su vuelo
una paloma migratoria
buscando nuevos horizontes.
Aleteó, soñó y oyó el eco
de un lugar convertido
en paraíso,
donde había abundancia
y árboles para anidar.
Oyó que había semillas
Para alimentar su vientre,
que todo era un ambiente
de tierna y dulce paz.
Alzó su vuelo con el sueño
de llegar allá.
No soportó la horrible soledad
que había en su loma.
Lugar lleno de escasez,
donde una vez era un paraíso,
hoy convertido en desierto.
Decidió marcharse sin rasgo.
Se sumergió en las alturas,
lo celeste adornó su espacio.
El viento cálido iba a su favor
todo pacífico en su suave canción.
II
Llegó a un valle fértil,
pero los moradores no aceptaron
a una paloma extraña que en su vuelo
iba hacia un hermoso paraje.
Se marchó de aquel lugar.
Marcó la distancia,
Fijó las horas de su transitar
Hasta que llegó a la sombra
de un peñasco.
Allí durmió.
Soñó que la vida le decía:
No vuelvas paloma viajera.
Despierta y sigue tu rumbo.
El rocío del amanecer la despertó.
Llegó a otro desierto inmenso.
Se detuvo en una piedra en medio
del yermo.
Allí lloró en su canto lastimero,
al no soportar el hambre, la escasez
y las alas cansadas.
Se quería regresar.
Un vientecito la detuvo y le dijo:
¡No vuelvas paloma viajera!
Yo estoy a tu favor,
te cargaré en mis alas
hasta que puedas volar en libertad.
La dejó en una cima,
allí ella continuó.
Llegó a una ciudad,
sola y entristecida se paró
en un edificio.
Se unió a otras palomas
pero no quisieron su compañía.
De nuevo lloró, gimió y lamentó,
se quería regresar.
Pero el reloj de una iglesia
le marcó la hora, y le dijo:
No vuelvas paloma viajera,
No es el tiempo de volver
pero sí es hora de continuar.
Duerme sobre mí,
Yo te despertaré
y otro día continuarás
tu peregrinar.
III
Tiririrín,
La alarma sonó,
la paloma continuó en su vuelo.
Arribó a la rivera de un río
y bebió agua.
Le pareció una larga distancia de
recorrido,
se acongojó, y otra vez
gimió, lamentó y lloró,
se quería regresar.
Hasta que detrás de ella
oye a un pez que le dice:
No vuelvas atrás paloma viajera,
no seas de las cobardes que dejan
perder un sueño,
sigue adelante.
Sustentada de ánimo,
la paloma continuó
hasta que llegó a un bosque
de crueles cazadores
que con un dardo
la quisieron traspasar
lastimándole una de sus alas.
Herida hasta desangrar escapó.
Gimiendo y llorando por el dolor
regresó en su vuelo
hasta que una bandada de canarios
fueron tras ella, diciendo:
¡Vuelve paloma viajera!
No es el tiempo de volver atrás,
vuelve y camina hacia delante,
hacia la felicidad.
Regresó,
y la llevaron al nido con las alas
heridas.
La curaron y estuvo con ellos
hasta sanarse.
Alimentada de semillas y agua,
continuó su vuelo.
Llegó a alta mar donde los
contravientos azotan.
Fue golpeada por los vientos
hasta caer al anchuroso mar.
Y una de las olas la tiró hacia
la orilla de una hermosa isla.
Moribunda y golpeada despertó,
y he aquí que a su alrededor
habían palomas emigrantes como
ella,
otras aves y mamíferos diversos.
La rescataron, cuidaron de ella
y le dijeron: ¡Bienvenida a tu sueño
hecho realidad!
Entonces la paloma comenzó a volar
y a cantar de felicidad.
Tuvo amigos y amigas
y una familia feliz en su nuevo hábitat.
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