Borracho de pueblo
Poema publicado el 26 de Noviembre de 2010
Retumban en las cantinas
las gargantas de los mariachis,
las jorobas de los montes
parecen desvanecerse
con las caricias del tiempo
y el borracho, aún penando
por las desdeñadas calles, no decae,
sigue andando, lo maneja
el viento como a un títere
de trapo, lo zanganea
de lado a lado, lo deslumbra
la luz de las farolas, débil
ya su garganta, más quebrada
que la piel de aquellas manos
campesinas, que por odios
y amores la lengua virgen
a enjuagar en agua ardiente
se decide: Deleitando
primero los sordos tímpanos
con tonadas de guitarras,
bebiendo lento la gloria
fermentada que a mustios
pasados excluye como
por fieles actos de magia.
La música se convierte
en olvidos, el alcohol
en agua y el hombre sobrio
que entró por aquella puerta
sale hecho un felino, un animal
hambriento de sombras, de
noche, de calle, de luna.
Un borracho sigue cantando
sus olvidos a las dunas,
danzando por esas callejas
decrépitas de aquel pueblo,
masajeando los montes,
pisoteando sus amores
y sus odios; El borracho
sigue y seguirá haciéndolo
si no es que el buen crepúsculo
del mañana logra devorarlo.
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Poema publicado el 26 de Noviembre de 2010
Retumban en las cantinas
las gargantas de los mariachis,
las jorobas de los montes
parecen desvanecerse
con las caricias del tiempo
y el borracho, aún penando
por las desdeñadas calles, no decae,
sigue andando, lo maneja
el viento como a un títere
de trapo, lo zanganea
de lado a lado, lo deslumbra
la luz de las farolas, débil
ya su garganta, más quebrada
que la piel de aquellas manos
campesinas, que por odios
y amores la lengua virgen
a enjuagar en agua ardiente
se decide: Deleitando
primero los sordos tímpanos
con tonadas de guitarras,
bebiendo lento la gloria
fermentada que a mustios
pasados excluye como
por fieles actos de magia.
La música se convierte
en olvidos, el alcohol
en agua y el hombre sobrio
que entró por aquella puerta
sale hecho un felino, un animal
hambriento de sombras, de
noche, de calle, de luna.
Un borracho sigue cantando
sus olvidos a las dunas,
danzando por esas callejas
decrépitas de aquel pueblo,
masajeando los montes,
pisoteando sus amores
y sus odios; El borracho
sigue y seguirá haciéndolo
si no es que el buen crepúsculo
del mañana logra devorarlo.
¿ Te gustó este poema? Compártelo:
Compartiendo el poema con tus amigos en facebook ayudas a la difusión de estas bellas creaciones poéticas y ayudas a dar a conocer a los poetas.
