Callados
Poema publicado el 26 de Noviembre de 2010
El silencio de los cedros
puede carcomer enteros
los cantares de los grillos
afinados. Lleno en filo,
el baile de aquellas hojas,
que rozan como alforjas
su contenido. Se escucha
en la hierba, al morir la
luz, un sosiego que hasta ya
los trotamundos conocen
cual el silencio de los cedros:
Suave y efímero, solo
por una noche, descanso
natural, nubes del oro
más sigiloso, retraso
del tiempo más eterno,
un nuevo suspiro entero,
elegante, y todo gracias
al silencio de los cedros.
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Poema publicado el 26 de Noviembre de 2010
El silencio de los cedros
puede carcomer enteros
los cantares de los grillos
afinados. Lleno en filo,
el baile de aquellas hojas,
que rozan como alforjas
su contenido. Se escucha
en la hierba, al morir la
luz, un sosiego que hasta ya
los trotamundos conocen
cual el silencio de los cedros:
Suave y efímero, solo
por una noche, descanso
natural, nubes del oro
más sigiloso, retraso
del tiempo más eterno,
un nuevo suspiro entero,
elegante, y todo gracias
al silencio de los cedros.
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