Frida kahlo
Poema publicado el 26 de Noviembre de 2010
Déjame escribir con esta pluma enlutada
esos maremotos de tu vida embrujada
por el hechizo surrealista de almas
pintadas, espejos que lloran tus faldas,
tus amores, tu orco inundado de arena,
tu pincel, tu sxo lleno de Rivera.
Fuiste tú aquella dama de la amargura
hecha belleza, creada de figuras
tan niñas y hermanas. Naciste blanca
como un lienzo sin pintura, y en tus ojos
puros contemplaron cultura sentada,
y llorabas, tú llorabas como aquellas
cataratas de ensueño en tu triste casa
del color de aquellas lágrimas azules,
tan vasta al igual que el libro de tu vida,
mujer sucumbida por arte mortífero.
Alma soñadora, vivaz cual el viento
la que me exigen tus óleos de sangre,
de esterilidad, de tu impotencia ciega,
de tu júbilo pictórico en un mundo
que te alaga a ti y a tu pleno sufrimiento.
Frida, mujer de espinas, artista fina
de aquellos francos jazmines coloridos,
déjame escuchar esa respuesta muda
que escondes detrás de tus lienzos floridos.
Oh Frida, mujer de cama, roca de río
en corriente contraria, déjame preguntar:
Qué manzano dibujó tus labios?
Qué alfiler cruzó tu columna?
Qué cuervo hambriento besó tu boca?
Qué velo pasajero tapó tus ojos?
Qué espina rasgó tu piel de papel?
Qué abanico hizo bailar tu cabello?
Qué letras hicieron con tu mente
lo que el invierno hace con mis versos?
Qué alba virgen llenó tu vacío?
Qué dioses te ofrendaron el pincel?
Qué boca seca te cantó el nombre?
Qué pintor de calles, qué hombre,
qué amante hizo de tu vida y de
tu sangre un poco de miel de enjambre?
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Poema publicado el 26 de Noviembre de 2010
Déjame escribir con esta pluma enlutada
esos maremotos de tu vida embrujada
por el hechizo surrealista de almas
pintadas, espejos que lloran tus faldas,
tus amores, tu orco inundado de arena,
tu pincel, tu sxo lleno de Rivera.
Fuiste tú aquella dama de la amargura
hecha belleza, creada de figuras
tan niñas y hermanas. Naciste blanca
como un lienzo sin pintura, y en tus ojos
puros contemplaron cultura sentada,
y llorabas, tú llorabas como aquellas
cataratas de ensueño en tu triste casa
del color de aquellas lágrimas azules,
tan vasta al igual que el libro de tu vida,
mujer sucumbida por arte mortífero.
Alma soñadora, vivaz cual el viento
la que me exigen tus óleos de sangre,
de esterilidad, de tu impotencia ciega,
de tu júbilo pictórico en un mundo
que te alaga a ti y a tu pleno sufrimiento.
Frida, mujer de espinas, artista fina
de aquellos francos jazmines coloridos,
déjame escuchar esa respuesta muda
que escondes detrás de tus lienzos floridos.
Oh Frida, mujer de cama, roca de río
en corriente contraria, déjame preguntar:
Qué manzano dibujó tus labios?
Qué alfiler cruzó tu columna?
Qué cuervo hambriento besó tu boca?
Qué velo pasajero tapó tus ojos?
Qué espina rasgó tu piel de papel?
Qué abanico hizo bailar tu cabello?
Qué letras hicieron con tu mente
lo que el invierno hace con mis versos?
Qué alba virgen llenó tu vacío?
Qué dioses te ofrendaron el pincel?
Qué boca seca te cantó el nombre?
Qué pintor de calles, qué hombre,
qué amante hizo de tu vida y de
tu sangre un poco de miel de enjambre?
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