Melancolía
Poema publicado el 25 de Marzo de 2010
Es el agua, la colina, el manzano.
Es el viejo rocío, mi viejo rocío.
En la melancolía la vida nunca pasa y es siempre feliz,
Y si bien duele siempre,
Trae lo mejor de la vida consigo,
Una lágrima y una sonrisa,
La más completa dicha y miseria.
Melancolía. Se me escapan los cielos.
Se me escapa el corazón en bandada.
No existe arrepentimiento, ni redención.
Solamente nubes negras y truenos.
Y en mi mente vacía habitan cientos de personas,
Cada una usa su propia máscara.
Habitan también y al mismo tiempo,
El otoño y el invierno.
Habitas tú, y nuestros hijos no natos,
Cada uno me odia también.
Melancolía de café, papel y fotografías.
Melancolía de higos, pastas y sueños.
Melancolía de bares, teatros y fiestas.
Melancolía de veranos y primaveras en tus brazos.
En tu mesa o en mi escritorio,
La comida se sirve tibia y medio agria.
Cruzas una pierna y no me escuchas,
Como yo tampoco a ti,
Por turnos.
Y luego de darme la espalda en la cama,
También te la doy yo a ti,
Por turnos.
Se me escapan los años y las miradas,
Se me pierden y revuelven los recuerdos.
Se me precipita el ayer, y de tu amor, ni hablar.
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Poema publicado el 25 de Marzo de 2010
Es el agua, la colina, el manzano.
Es el viejo rocío, mi viejo rocío.
En la melancolía la vida nunca pasa y es siempre feliz,
Y si bien duele siempre,
Trae lo mejor de la vida consigo,
Una lágrima y una sonrisa,
La más completa dicha y miseria.
Melancolía. Se me escapan los cielos.
Se me escapa el corazón en bandada.
No existe arrepentimiento, ni redención.
Solamente nubes negras y truenos.
Y en mi mente vacía habitan cientos de personas,
Cada una usa su propia máscara.
Habitan también y al mismo tiempo,
El otoño y el invierno.
Habitas tú, y nuestros hijos no natos,
Cada uno me odia también.
Melancolía de café, papel y fotografías.
Melancolía de higos, pastas y sueños.
Melancolía de bares, teatros y fiestas.
Melancolía de veranos y primaveras en tus brazos.
En tu mesa o en mi escritorio,
La comida se sirve tibia y medio agria.
Cruzas una pierna y no me escuchas,
Como yo tampoco a ti,
Por turnos.
Y luego de darme la espalda en la cama,
También te la doy yo a ti,
Por turnos.
Se me escapan los años y las miradas,
Se me pierden y revuelven los recuerdos.
Se me precipita el ayer, y de tu amor, ni hablar.
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