Bitácora
Poema publicado el 21 de Octubre de 2011
No me imagines opuesta a ti,
en ese exacto momento
en que me pierdes,
en que me caigo de tus pensamientos.
Sigo siendo en ti,
aunque creas que somos diferentes.
Sé que me muevo torpemente,
que soy salvaje, sanguínea,
que nada tengo que ver
con la dama de tus sueños,
mi amor no se viste de etiqueta.
La felicidad siempre es tierra fértil,
los fantasmas son de uno.
Hay palabras que matan,
amores que no encajan.
No hay más adversarios
que nosotros de espaldas.
Tu silencio,
es una arritmia en mi corazón.
Sos una fortaleza
de muros infinitos que derribar,
como puedo ganar...
Si este dolor me sirviera
para escribir mi mejor poema,
si tan solo, haber dado tanto,
hubiese valido la pena.
Ahí estas tú, ahí estoy yo,
hipnotizados, sedientos,
por la sangre del otro.
Una fiesta profana de los sentidos,
aclamándonos.
Como los vampiros,
salimos cuando se oculta el sol,
para amarnos en las noches
que reclaman nuestro amor.
A veces tengo la cabeza como inerte,
a veces tengo la certeza de tenerte.
Tu amor se volvió radioactivo,
excitas mis átomos,
y todos mis sentidos.
Los vuelves inmanejables
completamente inestables.
Deseo una pluma mágica,
que guíe mi mano,
hasta los confines de la inspiración.
Hacer un bosquejo de mi vida,
dibujarte en ella con tinta indeleble,
volver a pintar en tu rostro
la emoción de estar enamorado.
Dejaras morir mi anhelo de besarte?
Ten la osadía para amarme,
o el valor para dejarme.
A veces creo, que debemos regresar
al lugar de donde nunca
debimos haber partido.
Si el destino nos vuelve a cruzar, ignorarnos.
Nuestro día no figura en el almanaque,
es atemporal, mágico, como nuestro amor.
Una imprudente maniobra del destino,
que se volvió una circunstancia obsoleta.
COPYRIGHT © 2011 ELEONORA VALENTINI
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
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Poema publicado el 21 de Octubre de 2011
No me imagines opuesta a ti,
en ese exacto momento
en que me pierdes,
en que me caigo de tus pensamientos.
Sigo siendo en ti,
aunque creas que somos diferentes.
Sé que me muevo torpemente,
que soy salvaje, sanguínea,
que nada tengo que ver
con la dama de tus sueños,
mi amor no se viste de etiqueta.
La felicidad siempre es tierra fértil,
los fantasmas son de uno.
Hay palabras que matan,
amores que no encajan.
No hay más adversarios
que nosotros de espaldas.
Tu silencio,
es una arritmia en mi corazón.
Sos una fortaleza
de muros infinitos que derribar,
como puedo ganar...
Si este dolor me sirviera
para escribir mi mejor poema,
si tan solo, haber dado tanto,
hubiese valido la pena.
Ahí estas tú, ahí estoy yo,
hipnotizados, sedientos,
por la sangre del otro.
Una fiesta profana de los sentidos,
aclamándonos.
Como los vampiros,
salimos cuando se oculta el sol,
para amarnos en las noches
que reclaman nuestro amor.
A veces tengo la cabeza como inerte,
a veces tengo la certeza de tenerte.
Tu amor se volvió radioactivo,
excitas mis átomos,
y todos mis sentidos.
Los vuelves inmanejables
completamente inestables.
Deseo una pluma mágica,
que guíe mi mano,
hasta los confines de la inspiración.
Hacer un bosquejo de mi vida,
dibujarte en ella con tinta indeleble,
volver a pintar en tu rostro
la emoción de estar enamorado.
Dejaras morir mi anhelo de besarte?
Ten la osadía para amarme,
o el valor para dejarme.
A veces creo, que debemos regresar
al lugar de donde nunca
debimos haber partido.
Si el destino nos vuelve a cruzar, ignorarnos.
Nuestro día no figura en el almanaque,
es atemporal, mágico, como nuestro amor.
Una imprudente maniobra del destino,
que se volvió una circunstancia obsoleta.
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