Hijo del sol
Poema publicado el 24 de Mayo de 2013
Sale el sol (despierta tu sonrisa), pues
va creciendo dulce el amor, va creciendo
en tu cuerpo de flor.
Sale el sol… va creciendo casi de la nada,
y se va transformando en toda una vida.
En la tierra labrada de tu cuerpo va
germinando puro el amor…en el árbol
de tu vientre va creciendo el fruto del amor.
Es inmensa la felicidad en la maravillosa
experiencia de sentir que algo tan pequeño,
pero inmenso a la vez, va naciendo dentro de ti.
La espera quizás se torne una eternidad,
pero de seguro que valdrá la pena tanto esperar.
Y cuando llegue el día en que nazca tu
primogénito, llegará al mundo dichoso…
será hijo del sol.
Y cuando llegue el día en que nazca tu
primogénito lo aguardarán celosas las manos
más suaves y más tibias, manos que lo
mimarán y lo protegerán de todo mal.
Y cuando llegue el día en que nazca tu
primogénito beberá de los pechos más dulces
y calidos la miel de tu savia, savia que
lo hará crecer sano y fuerte… y tendrá los
ojos más brillantes y nobles del mundo,
tendrá tus ojos, ojos que iluminarán su
camino, ojos que velarán por su seguridad.
Y cuando llegue al fin el día en que nazca
tu primogénito, el armonioso sonido de los
labios más dulces y serenos susurrará en
sus oídos pequeños, susurrará canciones de
cuna, poesías y consejos.
Y cuando llegue el día en que él salga a la
vida creerá haber nacido en el cielo,
reposará tranquilo en tu remanso, porque
no hallará en otra mujer tanta dulzura,
tanto amor y tanta paz de la que en tus
brazos hallará.
Será luz que traerá a tu vida Paz y armonía,
será luz de esperanza y alegrí, será luz...
hijo del sol.
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Poema publicado el 24 de Mayo de 2013
Sale el sol (despierta tu sonrisa), pues
va creciendo dulce el amor, va creciendo
en tu cuerpo de flor.
Sale el sol… va creciendo casi de la nada,
y se va transformando en toda una vida.
En la tierra labrada de tu cuerpo va
germinando puro el amor…en el árbol
de tu vientre va creciendo el fruto del amor.
Es inmensa la felicidad en la maravillosa
experiencia de sentir que algo tan pequeño,
pero inmenso a la vez, va naciendo dentro de ti.
La espera quizás se torne una eternidad,
pero de seguro que valdrá la pena tanto esperar.
Y cuando llegue el día en que nazca tu
primogénito, llegará al mundo dichoso…
será hijo del sol.
Y cuando llegue el día en que nazca tu
primogénito lo aguardarán celosas las manos
más suaves y más tibias, manos que lo
mimarán y lo protegerán de todo mal.
Y cuando llegue el día en que nazca tu
primogénito beberá de los pechos más dulces
y calidos la miel de tu savia, savia que
lo hará crecer sano y fuerte… y tendrá los
ojos más brillantes y nobles del mundo,
tendrá tus ojos, ojos que iluminarán su
camino, ojos que velarán por su seguridad.
Y cuando llegue al fin el día en que nazca
tu primogénito, el armonioso sonido de los
labios más dulces y serenos susurrará en
sus oídos pequeños, susurrará canciones de
cuna, poesías y consejos.
Y cuando llegue el día en que él salga a la
vida creerá haber nacido en el cielo,
reposará tranquilo en tu remanso, porque
no hallará en otra mujer tanta dulzura,
tanto amor y tanta paz de la que en tus
brazos hallará.
Será luz que traerá a tu vida Paz y armonía,
será luz de esperanza y alegrí, será luz...
hijo del sol.
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