Proeza andina
Poema publicado el 15 de Enero de 2011
Al arriero Sergio Catalán y los sobrevivientes
uruguayos de la tragedia de los Andes, 1972.
Despiertan carnaval herboso
bandadas coloridas de vuelos fascinantes
Aromadas de chilcas calahuala y manzanilla
en torno del sorprendido Tinguiririca
desovan su alegría al arribo de mi asombro
Ojos humedecidos hambrientos de sol
en la espesura nevada a oídos arrieros
perseverantes colman el viento de lánguidas voces
y se levantan escapando del abismo intransigente
Acantilados escabrosos e insondables
inasibles roquedales matadores de alas y pupilas
derrotados por calor de abrazo andino
y el presuroso Tinguiririca camino del ancho mar
zigzagueante tobogán de buenas nuevas
estrena canto alegre en mis latidos
pregonando aromático el porvenir
Guijarros despiadados en los pasos
noches apremiantes de luna congelada
manos enlodadas a intemperie sin faroles
maraña escalofriante del azar tapizado de aludes
se han ido como hoja abandonada en turbulencia
Explosión jubilosa a los pies de los Andes
La brisa encantada se sube al canelo y danza
Estoquillo cortadera y otras hierbas milagrosas
al borde del cantor Tinguiririca los ven pasar
Desde la montaña implacable y hermosa
telúrica sonrisa vuelven por la huella del sol
***
Autor: Francisco Carrasco Iturriaga
(De: Epicentro Poético, 2010)
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Poema publicado el 15 de Enero de 2011
Al arriero Sergio Catalán y los sobrevivientes
uruguayos de la tragedia de los Andes, 1972.
Despiertan carnaval herboso
bandadas coloridas de vuelos fascinantes
Aromadas de chilcas calahuala y manzanilla
en torno del sorprendido Tinguiririca
desovan su alegría al arribo de mi asombro
Ojos humedecidos hambrientos de sol
en la espesura nevada a oídos arrieros
perseverantes colman el viento de lánguidas voces
y se levantan escapando del abismo intransigente
Acantilados escabrosos e insondables
inasibles roquedales matadores de alas y pupilas
derrotados por calor de abrazo andino
y el presuroso Tinguiririca camino del ancho mar
zigzagueante tobogán de buenas nuevas
estrena canto alegre en mis latidos
pregonando aromático el porvenir
Guijarros despiadados en los pasos
noches apremiantes de luna congelada
manos enlodadas a intemperie sin faroles
maraña escalofriante del azar tapizado de aludes
se han ido como hoja abandonada en turbulencia
Explosión jubilosa a los pies de los Andes
La brisa encantada se sube al canelo y danza
Estoquillo cortadera y otras hierbas milagrosas
al borde del cantor Tinguiririca los ven pasar
Desde la montaña implacable y hermosa
telúrica sonrisa vuelven por la huella del sol
***
Autor: Francisco Carrasco Iturriaga
(De: Epicentro Poético, 2010)
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