Ocio
Poema publicado el 17 de Junio de 2012
Zángano.
Para cazarla hay que tener
en punta de lanza un beso
hecho por un eclipse de luna llena.
Hay que saber escuchar su corazón
en la madrugada, cuando tiene el duro sonido
de las criaturas sonámbulas en sus manos.
Saber a que huelen sus sueños de madriguera
cuando la noche se desnuda en un derrumbe de caricias
y su colmena se siembra como ahogo en la sangre del aire.
Que su piel sea el perfume de hembra que domina al jaguar
para cazarla hay que besar sus labios de luto dulce.
Hay que tener cuidado con su aguijón
no vaya a ser que te envenene el bagazo
de tu zángano corazón.
Hay que esperar siempre la noche
cuando todos los astros estén en posesión
de zodiaco en su vientre.
Que sus ojos tengan la huella indeleble
hecha por el giro de los cielos.
Nunca cometas el error de cazarla a final
de mes, hay es un demonio, tiene el infierno regado
por todo el cuerpo.
Serás un pagano en la ira de su inquisición.
Cuando este arisca susúrrale al oído y con ternura
unas cuantas melodiosas mentiras.
A ella siempre le gusta que le ericen la piel.
Y cuando ella por fin abra la luz de su cuerpo infinito
y sientas que puedas tocar el paraíso con la punta
de tu lengua y reconozcas tu sed en medio de su humedad
ya no abra un avemaría
ni una conciencia
ni un padre nuestro
que te salve.
Zángano con tu última agonía
échate la bendición, aunque
es tiempo perdido.
Porque estas en medio de su tumba
de esa mujer oscura donde ni
Dios te podrá salvar.
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Poema publicado el 17 de Junio de 2012
Zángano.
Para cazarla hay que tener
en punta de lanza un beso
hecho por un eclipse de luna llena.
Hay que saber escuchar su corazón
en la madrugada, cuando tiene el duro sonido
de las criaturas sonámbulas en sus manos.
Saber a que huelen sus sueños de madriguera
cuando la noche se desnuda en un derrumbe de caricias
y su colmena se siembra como ahogo en la sangre del aire.
Que su piel sea el perfume de hembra que domina al jaguar
para cazarla hay que besar sus labios de luto dulce.
Hay que tener cuidado con su aguijón
no vaya a ser que te envenene el bagazo
de tu zángano corazón.
Hay que esperar siempre la noche
cuando todos los astros estén en posesión
de zodiaco en su vientre.
Que sus ojos tengan la huella indeleble
hecha por el giro de los cielos.
Nunca cometas el error de cazarla a final
de mes, hay es un demonio, tiene el infierno regado
por todo el cuerpo.
Serás un pagano en la ira de su inquisición.
Cuando este arisca susúrrale al oído y con ternura
unas cuantas melodiosas mentiras.
A ella siempre le gusta que le ericen la piel.
Y cuando ella por fin abra la luz de su cuerpo infinito
y sientas que puedas tocar el paraíso con la punta
de tu lengua y reconozcas tu sed en medio de su humedad
ya no abra un avemaría
ni una conciencia
ni un padre nuestro
que te salve.
Zángano con tu última agonía
échate la bendición, aunque
es tiempo perdido.
Porque estas en medio de su tumba
de esa mujer oscura donde ni
Dios te podrá salvar.
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